Echando un capote

El noble animal cruzó el albero, saltó las tablas y recorrió el callejón, cuya única salida era un círculo vicioso. Acudió reiteradamente al engaño, hasta sucumbir de un artero bajonazo. Aunque el estoque le llegó hasta lo más hondo, no logró hacerle sentir la presencia del duende. División de opiniones.
Escrito por Javier Igarreta Egúzquiza - Web

9 comentarios :

  1. Controvertido donde los haya, este tema, de vigente actualidad, tiene, efectivamente dos caras irreconciliables. La una mira el sufrimiento del animal como una salvajada y la otra, el arte, el duende del toreo cuasi como una expresión metafísica.
    Desde el tendido cero, aplausos y pañuelos para tu faena, Javier.

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  2. Ya lo ha dicho Manuel mucho mejor que yo: arte, sufrimiento y tema controvertido donde los haya. Los tiempos cambian y con ellos las sensibilidades y las costumbres. Un asunto en el que es dificil no tomar partido en una de las dos posturas, perfectamente planteadas, bajo el punto de vista de quien más pierde.
    Un saludo, Javier.

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  3. Desde luego que hay división de opiniones. El torero consiguió finalizar la faena, aunque mal. El toro, sin embargo, no: le resultó imposible salir del laberinto circular de la plaza.
    Un buen micro. Saludos, Javier

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  4. Dificilmente se puede sentir ese arte y ese duende cuando te están masacrando en aras de la tradición y, encima, para divertimento del "respetable". Me ha gustado, Javier. Suerte y un saludo.

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  5. Tú lo has dicho, Javier, "división de opiniones", que parten del punto de vista de las dos posibles sensibilidad de cada cual, y que has sabido compendiar magistralmente en tu relato.
    Muy difícil lo que has conseguido y de la forma en que lo has hecho. Enhorabuena.
    Un abrazo.

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  6. Adivino, que en la imagen del toro, hay algo más que un animal. Lo has escogido para expresar el acorralamiento, explotación y callejón sin salida en que muchos humanos se encuentran.
    Suerte, Javier.
    Saludos virtuales.

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  7. Opino como Mª Jesús, muchas personas sufren ese acorralamiento, avocadas a un callejón estrecho sin opción de retorno y salida a un círculo vicioso del que le será imposible escapar.
    Lo de los toros, no opino porque no soy nada taurina, no entiendo que consideren arte el hecho de matar a un animal. Y lo del duende ya se me escapa totalmente, no creo que ningún "duende" bueno permita una matanza similar.
    Un beso, Javier.
    Malu.

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  8. Qué bien contado el acorralamiento del toro. Las opiniones divididas son, por ahora, irreconciliables. Donde unos ven duende y arte, otros vemos crueldad convertida en espectáculo.
    Tú sí has sabido rematar la faena, Javier. Un abrazo.

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  9. Gracias por leer y comentar. Un abrazo.

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