El viajero del tiempo
—Todo listo, Sr. Verne —anunció el científico, cuando hubo establecido el siglo XIX en la máquina del tiempo—. Y recuerde, no puede hablar del futuro en el pasado porque podría...
—No te preocupes -—lo interrumpió Julio, sonriendo pícaramente, mientras se abrochaba el cinturón de seguridad—. Haré que todo parezca ficción.
—No te preocupes -—lo interrumpió Julio, sonriendo pícaramente, mientras se abrochaba el cinturón de seguridad—. Haré que todo parezca ficción.
Qué tramposo. Aunque, a pesar de todo, no hay quien le quite el mérito de ser uno de los mejores escritores de todos los tiempos, viajados o sin viajar.
ResponderEliminar¡Viva don Julio!
¡Qué viva!
EliminarVerdadera máquina del tiempo y de precisión narrativa este cincuenta, Sir. Un viaje en toda regla para homenajear a tan grande viajero de las letras. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel.
EliminarUna hipótesis que explicaría la creatividad de un genio, cuya capacidad de anticipación no ha dejado de asombrar. Ahora que gracias a tu relato conocemos su secreto podríamos compartirlo con el mundo, con el consiguiente escándalo, pero el señor Verne nos gusta tanto, pese a todo, que seremos discretos y continuaremos disfrutando de su obra.
ResponderEliminarUn micro bien desarrollado a partir de un buen planteamiento.
Saludos
Muchas gracias, Ángel, es la única explicación lógica que se le puede encontrar a las novelas de Julio y todos los inventos que previó en ellas. Saludos
EliminarEl futuro ya está aquí y el pasado volverá. Es lo que me sugiere tu cuento, de la mano del visionario Verne.
ResponderEliminarCreo que todo escritor tiene algo de futurista. Por eso muchos, cuanto más acertados están en sus previsiones, más incomprendidos y fuera de lo normal son considerados.
Fenomenal ese "Haré que todo parezca ficción".
Saludos
Muchas gracias, Maria. Estoy de acuerdo con tu comentario, el pobre Julio no debió habérselas visto fácil en su época con toda su excentricidad. Saludos.
EliminarMuy bueno. Realmente hay sucesos en el s.XX más cerca de la ficción que de la realidad. Julio, seguro que se quedó corto.
ResponderEliminarMuchas gracias, María Luisa, saludos.
EliminarHaber conocido el futuro, como le ocurre al Julio del relato, no le resta ni un ápice al mérito de haberlo sabido contar como si fuera ficción.
ResponderEliminarIngeniosa idea y buen relato, Sir. Saludos.
Muchas gracias, Carmen; pero sin duda lo ayudó bastante a escribir sus novelas, saludos.
Eliminar¡Podría haber sucedido así!, le da otro giro más emocionante a la obra de este escritor futurista. Lo leeré con otro sentimiento, pero seguiré guardando su secreto ;)
ResponderEliminarSaludos Sir
Muchas gracias, Yoli, y discúlpame por haberte arruinado la magia, saludos.
EliminarMuy ingenioso relato,jugando entre la realidad y la ficcion. Me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas, gracias, Iñaki, saludos.
EliminarQue buen relato, donde está tan presente la fantasía que no se sabe si es real o imaginario. Un saludo de los dos.
ResponderEliminarMuchas gracias, José Maria, saludos.
EliminarYa me parecía a mí que tuvo que ser algo así! Jeje
ResponderEliminarMuy ingenioso tu micro!
Felicidades
Muchas gracias, Galilea, besos :*
EliminarAjá, así que Verne jugaba con ventaja. Pues voy a releer alguno de sus libros, a ver si encuentro alguún boleto de la primitiva.
ResponderEliminarSaludos, Helder.
Hola, Carles, seguro que encuentras una u otra pista, así que léelos con detenimiento, saludos.
EliminarEn el libro Viaje al centro de la Tierra, los protagonistas ingresan por un volcán de Finlandia y salen por Stromboli (una isla de Sicilia con un volcán con erupciones permanente y cuya población estable no supera los ¿1000? habitantes. A falta de hospicios para corregir la desobediencia de los genios de la época se los enviaba en la Stultifera Navis a vivir como ermitaños en un sitio más que peligroso, hoy solo dedicado a ser visitas de turistas, cuando el clima es benigno).
ResponderEliminarConozco la historia de Verne de primerísima mano. Mi abuela materna nació allí y a los 23 años vino a Argentina. Su hermano menor -aunque amaba Argentina murió añorando su isla, a la que tuvo oportunidad de visitar con más de 80 años).
Hermoso recuerdo del tío Julio.
Si no me creen pueden ver la película Stromboli o Stromboli, Terra di Dio de 1950 dirigida Roberto Rossellini y con Ingrid Bergman como actriz principal. Es considerada como un ejemplo clásico del neorrealismo italiano.
Dos erratas, pido perdón porque la mente traiciona: El volcán del manuscrito de Snorri Sturluson (citado por el genial Borges y de quien se pensaba que era un personaje de ficción) está situado en ISLANDIA (no Finlandia).
ResponderEliminarSnæfellsjökull («glaciar de Snæfell») es un glaciar y un estratovolcán situado en el oeste de Islandia, en el extremo oeste de la península de Snæfellsnes
Y el otro es de sintaxis: Las erupciones eran "permanentes". No se puede editar. Disculpas.
Genial micro en donde plasmas muy bien una de las teoría que muchos piensan sobre Julio Verne.
ResponderEliminarFelicitaciones!
Hola, Jean, muchas gracias, saludos.
EliminarYa decía yo que era mucha casualidad que don Julio fuera un visionario en todo lo que escribió. Dicen las malas lenguas, que antes de viajar al siglo XIX, dejó escrito los guiones de lo que luego se convertiría en una famosa saga de películas. Steven Spielberg estuvo listo y se ahorró pagarle por los derechos de autor.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena.
Hola, Asun, no me sabía esa teoría, con razón las pelis de Steven son tan buenas, saludos.
EliminarPues me alegro de que fuera el Sr. Verne el escogido, porque con lo que aprendió en el futuro supo elaborar unas novelas magníficas.
ResponderEliminarFantástica idea y aún mejor elaboración de este refrescante relato, Sr. Sir. Enhorabuena.
Un saludo.
Muchas gracias, Antonio, sí, sus novelas son impecables y excelentes en todos los sentidos, Saludos.
EliminarUna buena explicación del origen de las anticipaciones de Verne. Sin embargo, algunos de los aparatos imaginados por él, como la nave de Robur o la casa de vapor –mis preferidos–, nunca han existido. En cualquier caso, un buen micro. Saludos, Helder
ResponderEliminarHola, Plácido, muchas gracias y bueno, hay que darle tiempo al tiempo, no sabemos de que data provenía Julio, quizás las naves como Robur y las casas de vapor sean un futuro más lejano, saludos.
EliminarUn gran micro, Sir, sobre uno de los mejores escritores de todos los tiempos. Viajar en el tiempo -como decía el legendario doctor Emmett Brown en Regreso al futuro- puede crear paradojas que pueden alterar el continuo espacio-tiempo.
ResponderEliminarDe ahí que, como bien apuntas, nuestro Julio Verne sea prudente en guardarse para sí toda información revelante sobre el lugar (o tiempo) del que procede.
Felicidades por el micro obtenido. Un abrazo.
Muchas gracias, Enrique, así mismo es, los viajes en el tiempo son veramente delicados, pero menos mal que Julio supo utilizar bien sus escritos para darnos las bases o ideas científicas del futuro en sus novelas sin romper el hilo del tiempo, saludos, un abrazo.
Eliminar¡Ah, conque ahí estaba el truco! ¡Verne, don Julio, era un viajero en el tiempo! Claro, esto nos lo explica todo... O casi todo, porque uno podrá desplazarse en un continuo espacio-temporal con cierta solvencia, pero como no tengas una buena pluma para describir lo que ves, no dejas de ser un turista, aventajado sí, pero turista al fin y al cabo.
ResponderEliminarMuy buen cincuenta, Helder, con una magnífica resolución de tu propuesta microrrelatista.
Saludos y enhorabuena.
Muchas gracias, José Antonio, saludos, un abrazo.
EliminarIngenioso y simpático relato, Elder, llevado a cabo con mucho oficio.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Saludos.