Esas aves tan extrañas
Ellas lo saben todo, porque ellas nos vigilan y tanto tú no lo adviertas... ¡zas!, te comen las ideas. Con sus cantos hipnóticos llenos de voces, y las voces envolviéndolo todo con sus pesadas máquinas de fabricar imanes... ¡Es de tarados! Un lugar lleno de espejos, que hasta da vértigo.
¿Mundo orwelliano? Da mucho miedito tu relato, como siempre, pero me han fascinado esas aves vigilantes que nos comen las ideas. Voy a meterme dentro de un espejo, a ver si las encuentro.
ResponderEliminarAcuérdate de mí si no vuelvo.
Lo de los espejos es complicado, yo no entraría ahí. Quizás termines con un montón de Patricias Richmond (cada una con su propio alias y su propia personalidad), como el protagonista de Múltiple.
EliminarSi tuviera que decir un referente, y si el relato fuera lo suficientemente largo para explayarne con la trama principal... sería Lewis Carroll,quizás más tétrico.
Todo son referencias al mundo de la demencia y de la locura.
Un abrazo fuerte.
Inquietante desconcierto el de estas de máquinas que roban las ideas. Los espejos remiten al laberíntico mundo de las pesadillas o al de una realidad distópica amenazante (al menos, así me llega a mí).
ResponderEliminarSaludos, Raquel.
Gracias Bocanegra. El adjetivo inquietante es mi preferido. Pues es un descenso al mundo de las diferentes locuras, así que tu interpretación me parece acertada. Gracias por leer y comentar.
EliminarUn abrazo.
Buen relato Raquel...¿referencias de D. Alfredo...?
ResponderEliminarEspejos, pájaros, vértigo....me sugieren cine en blanco y negro...¿puede ser..?
Un saludo
Puede ser inconscientemente porque soy muy fan. En realidad habla sobre la locura, pero usando un mundo de ciencia ficción.
EliminarUn saludo y gracias por comentar. Me gusto mucho tu último relato.
De hecho... Si que tiene mucho que ver con Hitchcock. ¡Tienes toda la razón! No sé me he criado con el universo de sus películas, y forman parte de mi. De hecho tenía un libro de relatos de miedo de él de pequeña. Uno de los mejores libros que he tenido,y gordisimo, no sabía como cogerlo cuando llevaba un rato con él.
Eliminar😊☺️
Jopé. Menos mal que es de día. Me ha gustado y aterrado a la par. Ojalá mis ojos no vean el advenimiento de tales aves, o lo que sea que representen. Enhorabuena y suerte, Raquel. Saludos.
ResponderEliminarGracias Jesús Garabato.
EliminarUn abrazo.
Raquel, a mi también me ha recordado la película de "Los pájaros", desde que la vi, en cuanto veo unos cuantos pájaros reunidos, ya me resultan inquietantes. Tu relato me produce inquietud al leerlo. Eso de que estén esperando para robarnos las ideas...
ResponderEliminarBuen relato.
Besos.
Gracias Pilar.
EliminarUn beso.
Para mí refleja un mundo onírico poblado de imágenes inquietantes -como ya se ha dicho más arriba-. Las aves que roban las ideas, sus cantos hipnóticos, los imanes y los espejos estremecen como en las peores pesadillas.
ResponderEliminarBesos, Raquel.
Gracias Carmen.
EliminarBesos.
Ser vigilado de forma continua; estar condenado a escuchar unos cantos que atraen de manera fatal, como los de las sirenas; voces capaces de crear magnetismos de los que no es posible desprenderse; para rematar, unas imágenes que se multiplican en un bucle sin fin. Si lo que pretendías era crear un escenario imaginativo en el que confluyeran diversas fuentes capaces de crear inquietud, tengo que decirte que lo has conseguido. Como a los compañeros que me han precedido, también me ha recordado un poco a Hitchcock.
ResponderEliminarUn abrazo, Raquel
Gracias Angel.
EliminarUn abrazo
Tremendo el mundo a parte de la locura... O no tan a parte!Siempre revolotean cerca... y hay que estar alerta. Cualquiera podemos ser pasto... Tan fácil como llegar un día y al mirarse frente a un espejo, no reconocerse... Ser alguien ajeno a uno mismo. Un invento obtuso de la mente...
ResponderEliminarMe apasiona este tema!
Felicidades... super conseguido tu micro.
Que bien,muchas gracias Galilea.
EliminarUn abrazo.
Me gusta mucho tu micro, Raquel. Creas un clima alienante que atrapa al lector con el estupendo ritmo que has conseguido darle a tus palabras. Las sensaciones son muy fuertes y el relato se disfruta sin necesidad de buscarle una interpretación.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
Gracias Georges.
EliminarUn saludo
Uf! Leído de buena mañana, este relato es muy desasosegante. Apagaré la radio. Prefiero no escuchar voces, de momento.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Raquel.
Mucho mejor leerlo por la noche y a oscuras Carles jejeje.
EliminarUn abrazo
Onírico, ya, Alfred, loco, pájaros, freudiano, estoy.
ResponderEliminarVuelves, mente, revés. Tevas, abrazo, bueno.
Puzzle, un, miedo, relato.
Uf!
Gracias Isidro muchas. Besos. Agradece se comentario tu. 😀😀😀
EliminarEs inquietante tu micro, Raquel, primero me he ido por Hitchcock, pero veo que vas más allá.
ResponderEliminarAy, tengo miedito...
Muy bueno, querida, me resulta muy difícil crear relatos de este tipo y tú has creado un ambiente del que es inevitable no pensar en escapar.
Felicidades, besos.
Malu.
... me he puesto tan nerviosa que hasta he escrito mal el anterior comentario... OMG!
Que bien que te haya gustado un poco. Estoy todavía en primero de miedito. Espero algún día poder hacer un relato que de verdadero terror. Algún día...
Eliminar... LOL.
Un abrazo grande Malu.
Un relato que parece poner palabra a las pesadillas. De una ambientación opresiva y espesa, consigues imprimir sensaciones de desasosiego directamente en vena.
ResponderEliminarUn abrazo, Raquel.
Gracias Antonio.
EliminarUn abrazo. Nos seguimos leyendo.
Pues sí que has conseguido una atmósfera bastante desasosegante con esas aves chillonas comeideas. Podrías hacer una serie y continuarlo, Raquel. La locura da para mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy convencida, la locura es uno de mis temas fetiche.
EliminarUn gran abrazo Juana.
Inquietante relato, casi una pesadilla, pero por que mucho que parezca ficción lo que has escrito, tiene visos de una realidad futura, o a lo mejor ya están aquí. Saben tanto de nosotros esos pájaros que son capaces de robarnos hasta el alma.
ResponderEliminarBesos, Raquel.
Lo saben todo Javier. Futura y no tan futura, ya ves lo que destapó Snowden.
EliminarUn abrazo.
Las aves de tu micro, Raquel, me recuerdan todos las distracciones que hacen que el tiempo vaya desapareciendo sin que nos demos cuenta. Saludos
ResponderEliminarInteresante interpretación Plácido.
EliminarGracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Seré tonta, yo solo he visto una fábrica con sus obreros haciendo imágenes, vigilados por videocámaras y con música de fondo. Los cristales son los reflejos que de todos ellos trabajando al mismo son y con el mismo uniforme. Siento, no haber visto a Alfred. Me ha encantado.
ResponderEliminarAnda que interpretación más original, espero que fuese tipo obreros del SXIX con jornadas imposibles tipo steampunk.
EliminarUn abrazo
Lo interpreto como una metáfora de la vida actual. La tecnología, te controlan, siguen tus huellas, ven y oyen lo que haces a través del vídeo, del móvil, de Internet. Y ya nunca más serás libre.
ResponderEliminarEs para reflexionar, Raquel.
Acertada la imagen de los espejos.
Un besito virtual
Gracias Maria Jesús.
EliminarUn gran abrazo virtual para ti también.
Inquieta un tanto tu relato, Raquel. ¡Y cómo! Aún sigo intentando averiguar quiénes o qué son «esas aves tan extrañas» (solo el hecho de nos vigilen continuamente ya asusta). Mientras lo consigo, de lo que no estoy seguro, me recreo leyendo una vez más tu cincuenta. Me gusta, de eso sí que estoy seguro.
ResponderEliminarEnhorabuena y nos seguimos leyendo.
Besos.
Nos seguimos leyendo por supuesto. José Antonio.
EliminarUn abrazo.
Has pintado una escena con muchas posibilidad. Yo no he visto a Hitch. Los pájaros no son aves. Las dendritas le bailan al/la protagonista (eso me ha gustado mucho también) al son de unas maracas que retumban en un cerebro, cuyos imanes intentan conexionarlas, pero no lo consigue, o en todo caso, muy de tanto en tanto. Un abrazo, Raquel. Suerte.
ResponderEliminarJajaja Muchas gracias Cristina.
EliminarUn saludo.