Gallinópolis
Todas cacarean menos Lina, de huevos gordos y cresta de alto copete. Sus clases de canto despiertan al pueblo hipnótico y adormecen al macho dominante.
Emprende batida de ovoides contra el zorro, que huye.
La algarabía del corral despabila al amo. Retuerce sus pescuezos, respetando a Lina, convertida en gallo.
Emprende batida de ovoides contra el zorro, que huye.
La algarabía del corral despabila al amo. Retuerce sus pescuezos, respetando a Lina, convertida en gallo.
Levantada en plumas, esta nueva ciudad marca su territorio en cincuenta imponiendo su rey.
ResponderEliminarFértil creatividad, Mª Jesús. Asombrado me dejas. Un abrazo.
Muchas gracias, Jesús.
EliminarTus mpalabras me halagan, y me suben al palo de Lina.
Otro abrazo para ti.
Lo siento por las demás, pero esta gallina tan especial merecía tener otra oportunidad, también que le fuese reconocida su personalidad auténtica.
ResponderEliminarTus micros tienen una virtud común e indudable: siempre son diferentes.
Un abrazo, María Jesús
Los temas de mis relatos son diferentes, igual que lo son cada uno de los que se publican en esta página.
EliminarUn universo de imaginación y fantasía.
Como siempre, agradezco tus sabios comentarios, Ángel.
En esta ciudad gallinácea Lina, tan distinta a sus congéneres, acaba convertida en rey. Viva la diferencia. ¿Podemos extraer moraleja de esta fábula de animales?
ResponderEliminarTambién tu relato marca la diferencia, tiene sello propio, María Jesús. Un beso.
Carmen, creo que exageras un tanto. Mi relato es muy normalito, y se queda pálido e comparación con los de vuestras plumas.
EliminarMil gracias por regalarme los oídos.
Besito virtual
Hola María Jésus, si que original el relato, muy divertido,incluso podría quedar en un divertido cuento.
ResponderEliminarUn beso.
Me hace ilusión que mi "cuentito", te haya divertido, Jean
EliminarSaludos desde la otra orilla del Atlántico.
Me falto aclarar que quedaría muy bonito como cuento de niños (con ilustraciones), una bella alegoría de la superación ante las adversidades y la forma de pensar en masa...
EliminarMe encantan tus "tour de force". Son, como la palabra que tu usas en este relato, "imbatibles".
ResponderEliminarGracias, por ese piropo. Pero eso de imbatible... habría mucho que hablar.
EliminarSaludos virtuales, Iñaqui
¡Por fin un cuento con fundamento! Tengo a Enriqueta enloquecida, dándome picotazos en la cabeza de lo contenta que está de que alguien haya hecho protagonista de un relatazo a una congénere.
ResponderEliminarAbrotes fuertes de las dos.
Patri. ¿Estás segura que Enriqueta pertenece a las gallinaceas?
Eliminar¿No será más bien un ejemplar córvido?. Esos picotazos en la cabeza...
Unos cuantos besazos virtuales para ambas.
Mª Jesús, qué divertido y qué original.
ResponderEliminarMe ha encantado esa batida de ovoides, ja, ja, ja...
Tu creatividad no tiene límites, querida. Siempre nos sorprendes con relatos frescos y diferentes. Enhorabuena.
Un beso grande.
Malu.
Malu, un comentario tuyo es una balsa de sosiego y elegancia.
EliminarY éste lo es.
Muchas gracias por ser tan positiva.
Otro beso aún más grande para ti.
Maria Jesús, una fábula como ya te ha comentado algunos compañeros con buena moraleja.
ResponderEliminarEn una palabra esta Lina, ha demostrado tener más huevos que nadie.
Muy buena historia, muy bien contada.
Besos.
Gracias por tus animosas palabras, Javier, pero a pesar de todo, éste no es mi mejor historia. Me han quedado deseos de mejorarla. Creo que tiene otras posibilidades.
EliminarSaludos afectuosos
Si tuviéramos muchas Linas como esta, otro gallo nos cantaría. Los tiene muy bien puestos. Genial, Mª Jesús.Un abrazo.
ResponderEliminarJuana, tú siempre tan optimista. Lina sólo hay una, sus huevos son de oro, y el oro escasea.
EliminarUn abrazo
De armas tomar esta Lina...¡Qué no le toquen los huevos! Y hace bien, que si una no defiende su espacio... ¿Quién lo hará? No necesita gallo que le cante... y eso, el amo, lo ha entendido.
ResponderEliminarMe ha encantado. Felicidades!
Toda una guerrera nuestra gallina, sí. Lina desmiente la leyenda del cacareo.
EliminarMuchas gracias, Galilea por emplear tu tiempo en comentar.
No se porqué pero tu relato me trae a la cabeza al dicho ese de "Te vas a quedar como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando en la mejor ocasión", aunque ahora podríamos decir "Donde esté la pujante Lina, que se quiten gallo
ResponderEliminary gallinas". Saludos y suerte, María Jesús.
Tu letrilla, es de lo más pegadza y certera, no la conocía.
Eliminar¡Todos con Lina, la gallina, que no hizo honor a su nombre!
Valoro el tiemo que has emleado leyéndome, Tocayo
Saludos de afecto
Los raros lo cambian todo. Ser común es fácil. pero Lina no era común, tus relatos tampoco.
ResponderEliminarUn abrazo de los dos.
Os ha dado por marcarme la diferencia. Mis cuentitos son de lo más sencillitos. Eso sí, me lo paso bomba inventándolos.
EliminarOtro par de abrazos para cada uno
Mira, me quedo con el comentario de José María.
ResponderEliminarY añado una felicitación y un beso.
Carles, con vuestras formas sois como los caballeros, que decía mi abuelita, que ya no quedan. Admirada estoy de vuestra cortesía y perfectos modales.
EliminarSaludos afectuosos.
Es que Lina lo tiene todo: pone huevos y canta como un gallo. Aunque quizá su suerte cambie algún día.
ResponderEliminarUn curioso micro. Saludos, María Jesús
No seas agorero, Plácido. Esta es una gallina politicamente lider, y cómo tal, irrompible y eterna, por los huevos de los huevos...
EliminarMil gracias, Plácido
Lina es diferente a las demás, como si fuese una gallina que se siente gallo. Tal vez, ha nacido con un sexo equivocado. Ha demostrado valentía y se esfuerza por ocupar el lugar que le corresponde. Ahora ha dejado de ser gallina para ser gallo.
ResponderEliminarHay animales y personas que hacen que el mundo cambie.
Enhorabuena, M. Jesús, muy original tu micro.
Besos
Lina es el gallo que todos llevamos dentro, y que el cacareo mata, para conservar el pescuezo.
EliminarMillones de gracias, Pilar.
¡Ja, ja, ja, ja! ¡Esta gal-Lina es muy fina! Tan fina que consigue todo lo que se propone. Incluso transformarse en gallo. ¡Es el colmo, del gallinero! Bueno, bueno y tendrá que ser muy respetada, porque eso de hacer huir al zorro a base de echarle huevo al asunto, tiene su mérito. Eso sí, con el pollo que monta, se ha quedado sola tras el holocausto que ejecuta el amo. Para mí, y con todo el respeto, es una gallina «turuleta», que está loca de verdad. ¿O está demasiado cuerda?
ResponderEliminarEnhorabuena por este cincuenta, tan original y divertido, con trasfondo social con algo que rasquemos sus palabras. Enhorabuena, María Jesús. Es un placer leer tus propuestas mensuales, siempre diferentes. Nos seguimos leyendo. En mi caso, con total delectación.
Un beso de este humilde lector.
Este humilde lector, siempre que con amables palabras, para esta humilde cuenta-cuentitos.
EliminarMillones de gracias, por esos deseos que aún te quedan de seguir leyéndome.
Beso y abrazo virtual
Me encanta Lina y me encanta leerte. Que divertido relato te marcaste, el remango de Lina me conquistó jajajaja. ¡¡ Será por güevos!! Toda esa valentía se puede decir que le salvó el pescuezo.
ResponderEliminarUn beso enorme
Lina se ganó el respeto y el liderazgo de su entorno. ¡Toda una galli-gallo!.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Yoya.
Fuerte personaje el de Lina, de huevos bien puestos y canto tan efectivo como polivalente, que no le teme al zorro y diría que tampoco al returcepezcuezos. Esperemos que su soledad sea breve, ya que devenida gallo necesita vasallos a quien capitanear.
ResponderEliminarUn placer leerte, María Jesús.
Un abrazo.
Seguro que no le faltarán vasallos, atraídos por sus cantos rotundos y cantando a cada cual lo que quiere oír.
EliminarOtro abrazo para ti, Georges.
Me encanta la gallina Lina, convertida en gallo, ¡qué bien sabe defender su gallinero! Con ese carácter es normal que el granjero no se atreva a ponerle una mano encima.
ResponderEliminarUn beso, Maria Jesús.
Si sólo hay que tenerlos bien puestos!.
EliminarAgradezco mucho tus palabras, Asun.
Besito virtual.
Historia de personalidad, valor y respeto elaborada con tintes surrealistas que crea un universo propio en un espacio tan pequeño como un gallinero
ResponderEliminarNo abandones esa creatividad, María Jesús, que nos deja relatos con ese sello tan personal.
Un fuerte abrazo.
La creatividad es la de todos vosotros, qué con estilos diferentes abrís miles de posibilidades a la fantasía y a la reflexión.
EliminarMuchas Gracias, Antonio
Saludos de afecto
Totalmente de acuerdo contigo, María Jesús. Cada uno escribimos de modo distinto, aunque el grado de originalidad es sobresaliente en tu caso. Este relato, con todas las lecturas que de él se pueden extraer, muchas diría yo, es una magnífica muestra. Lina posiblemente se sienta gallo, quizá hasta lo sea en cierto modo, aunque también es cierto que lo de tener huevos no está nada reñido con la femineidad.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Me admira, que alguien con tu nivel literario, tenga ese concepto de mí.
ResponderEliminarMil gracias, Enrique