Menuda faena
Desde la redacción observaban sorprendidos el atasco que la Guardia Civil había ocasionado con su control de alcoholemia en la M-40.
Esa noche no se escaparía ningún borracho pero seguro que algún conductor deseoso de volver a su casa a las cuatro de la madrugada se estaría acordando de ella.
Esa noche no se escaparía ningún borracho pero seguro que algún conductor deseoso de volver a su casa a las cuatro de la madrugada se estaría acordando de ella.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchoS piensan que hacen una faena desagradable, pero salvan tantas vidas.
ResponderEliminarOjalá no hiciese falta la Guardia Civil en nuestras carreteras, sería una buena señal.
pero por desgracia hay mucho loco e inconsciente suelto por nuestras carreteras.
Un beso, Gloria.
Javier opino lo mismo que tú. Realizan una labor increíble, pero cuando escribí este relato pensaba en mis compañeros que se van a casa a las cuatro de la madrugada y que no podían librarse de soplar en ese control pues era su única ruta posible. Y como comprenderás después de trabajar a esas horas solo estás deseando irte a dormir. Me encantó encontrarme de nuevo contigo aunque fuera muy brevemente. Hasta Sevilla...
EliminarGloria, cada vez que la Guardia Civil hace su trabajo todos sufrimos las consecuencias, aunque he de reconocer que son totalmente necesarios vistas las estadísticas de accidentes. A veces, pagamos justos por pecadores.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos apretados. Me ha encantado volver a verte, al igual que a tu hijo.
Como le he dicho a Javier mi texto no encerraba una crítica a la Benemérita sino al hecho que como tú dices tengamos que pagar justos por pecadores, y gente que viene de trabajar, y completamente sobrios tengan que someterse a ese control que lo único que le ocasiona es perder parte de su tiempo de descanso. Me encantó reencontrarte. espero que sigas recuperándote. Besos mil y hasta Sevilla.
EliminarTiene gracia la situación. El que tenga que guardar turno a esas hora y encima ni esté de marcha ni haya bebido copas, se va a mosquear bastante, pero no hay escapatoria. Todo el mundo a soplar.
ResponderEliminarSaludos, Gloria.
Bueno este fue el caso de mis compañeros que a las cuatro de la mañana veían desesperados el inmenso tapón y la larga cola que iban a tener que sufrir para poder regresar a casa. Temerosos estaban, pero no por tener que soplar, sino por el tiempo que iban a perder, y lo tarde que iban a llegar a sus casas, situadas en algunos casos a cincuenta kilómetros de la M-30. Un abrazo y gracias por tus comentarios. Gloria
EliminarVivimos en sociedad y hemos de ajustarnos a las normas que van en beneficio de todos,
ResponderEliminaraunque alguna vez, de forma puntual, parezca que no llueven a nuestro gusto. Lls seres humanos somos complicados, a veces individualistas en exceso y capaces de generar multiples puntos de vista al mismo tiempo.
Me alegro de haber coincidido otra vez contigo y con el campeón.
Un abrazo fuerte, Gloria
Muchas gracias, Ángel. Tienes razón, pero es que esa noche fue increíble. El control duró horas. Creo que eran las 2 de la mañana cuando comenzó y hasta las 6 o 6:30 no se fueron los coches, que eran como unos doce o trece. La imagen era digna de ver, tanto que como curiosos y periodistas que somos, intentamos hacer una noticia pero se negaron a darnos información. Aseguraron que los controles eran secretos, y llegaron a preguntarnos como nos habíamos enterado. Les sorprendió cuando les dijimos que lo estábamos viendo desde la redacción. Me encantó, tanto a mi como a Adrián que volviéramos a coincidir. Espero que volvamos a encontrarnos en Sevilla o en otra microquedada. Un abrazo. Gloria
EliminarEl problema no es la Guardia Civil, sino quienes se empeñan en conducir después de beber y, añadiría, los que a las cuatro de la mañana todavía siguen despiertos: ¿qué horas son esas?
ResponderEliminarSaludos, Gloria
Sí, normalmente los que conducen a esas horas y más en fines de semana suelen ir pasados de vuelta. Pero a veces entre ellos hay sufridos trabajadores, como ocurría ese día con mis compañeros. Por eso se me ocurrió este micro, aunque veo que ha despertado suspicacias. No fue mi intención, ni muchísimo menos, criticar su labor tan valiosa. Perdonadme aquellos que os halláis sentido ofendidos. Gracias por comentar desde la ironía y el humor, Plácido. Un saludo cariñoso, Gloria
EliminarPodríamos considerarlo como un pequeña molestia colateral. Pero, claro, para el que lo sufre... de ligero, nada. Me ha gustado, Gloria. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarGracias, Jesús. Como digo arriba me pareció algo sorprendente por la amplitud del despliegue, la hora y la duración tan larga. Fue tan excepcional que le hicimos fotos incluso, pero como tu dices fue un daño colateral. Un abrazo. Gloria
EliminarNos recuerdas, que las mujeres son tan competentes como los hombres, en un cuerpo cómo la G. Civil.
ResponderEliminarSuerte, Gloria
Besito virtual
Sí, en ese cuerpo y en cualquier otra labor. Creo que todas las trabajadoras, y también las de la Guardia Civil lo han demostrado. Recibe un abrazo y gracias por comentar.
EliminarPues son males menores que tenemos que sufrir todos si no queremos sufrir males peores... Yo la verdad es que cuando veo un control policial me pongo a temblar sin haber bebido, no te digo más.
ResponderEliminarUn beso, Gloria.
Malu.
Sí que son males menores, pero a nadie le gusta pasar por uno, aunque si no has bebido no debes temerlo. Por cierto, Malú te eché de menos en Valencia. Esperemos que no faltes al de Sevilla. No es un mal destino, ¿no crees?
EliminarHay tanto incauto y desaprensivo por ahí...Ojalá algún día no hagan falta esos controles. Y ella, el y todos los demás se vayan cuando les toque.
ResponderEliminarMucha suerte Gloria. Tu hijo ha dado un buen estirón, me alegró compartir mesa con vosotros.
Besicos
A mí también. Gracias por comentar. Recibe un beso muy grande. Gloria
ResponderEliminarUnos hacen su trabajo, por el bien de todos, evitando accidentes en las carreteras, y otros, los cansados trabajadores nocturnos, sufren las consecuencias. Hay que tomárselo con calma y esperar que los conductores sean sensatos y no conduzcan después de haber bebido.
ResponderEliminarMe encantó volver a verte, Gloria. Muchos besos para ti y para Adrián.
Gracias, Carmen Cano. Sí, cada uno hace su trabajo. Y esperemos que muchos descerebrados o inconscientes se lo piensen antes de ponerse al volante. Así tal vez nadie tendrá que recibir una llamada nocturna avisando de una ausencia que sea para siempre. Por cierto, a mi también me encantó volver a charlar contigo, y espero volver a hacerlo próximamente, tal vez en Sevilla. Cuídate mucho. Un fuerte abrazo. Gloria
ResponderEliminar