Nueva casa tomada
Ya conocen aquel cuento de los ruidos invasores. No es eso. En el silencio de la noche puedo oírlos, sentir cómo se acercan y alejan como si fueran olas de un mismo mar insólito, que amenaza con ínfulas de tsunami nuestra casa de hermanos vitalicios. Los otros, che, tus lectores.
La inquieta presencia de los visitantes lectores de la página conforman una vasta otredad, la sombra latente tras los relatos, los que vamos y venimos asombrados ante la exquisitez literaria de esta Nueva casa tomada con que nos deleitas, Miguel. Saludos.
ResponderEliminarHay autores que merecen todos los homenajes, así como relatos que forman parte de nuestra vida. Los lectores, como deseados intrusos de todo escritor.
ResponderEliminarUn texto donde se respira respeto y cariño, con la introducción de elementos poderosos e inevitables como ese tsunami, que apoeta enriquecimiento al cuento clasico.
Un saludo, Miguel
(Quise decir "aporta", no "apoeta")
EliminarCuando escribimos, mejor no pensar en los lectores, sino en uno mismo. Aunque, bien mirado, los lectores son fantasmas entre el mundo real y el otro mundo.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Miguel
Me gusta el tratamiento de intrusos a los lectores.
ResponderEliminarMuy original, Miguel.
Malu.
Cada cincuenta, cada relato que se publica, es como una casa que se ve ocupada por «invasores» a los que no les vemos las caras. Son «los otros», son los que leen con avidez y delectación las variopintas historias que por aquí aparecen. Me siento, en este momento, Miguel, como un fantasma violando la intimidad de esta nueva casa que por aquí nos dejas.
ResponderEliminarEnhorabuena y cordiales saludos.
Muy interesante la visión de los lectores como intrusos del escritor. Somos esos "otros", los fantasmas de la película de Amenazar, y los invasores de la "Casa tomada" de Cortázar.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Miguel. Un abrazo.
Quise escribir Alejandro Amenábar.
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