Oportunidad
Algo habrá que hacer, exclamó antes de venirle el mundo encima. Ya parecía tarde y, sin embargo, justo después del fracaso, las puertas se le abrieron de par en par, mostrando un camino ahora bien distinto. Había nacido para reencarnarse, y en esta segunda ocasión debería hacerlo con más acierto.
Una segunda oportunidad puede ser el remedio de subsanar errores o, por el contrario, de ahondar más en ellos, confirmando aquello de que somos la especie que tropieza dos veces en la misma piedra.
ResponderEliminarCreo, sin embargo, que tu relato trata de decirnos que depende de nuestra actitud hacia la vida el que las cosas adquieran uno y otro cariz. Saludos, Antonio.
No dejamos de reinventarnos aprendiendo de la experiencia. Nunca es tarde para empezar de nuevo, aunque parezca que el mundo se nos cae encima.
ResponderEliminarUn monologo en apariencia sencillo, pero cargado de profundidad y sentido positivo.
Un saludo, Antonio.
A veces, me gustaría reencarnarme, pero vista mi mala suerte sería mejor que no ocurriera. ¿Y si en la siguiente vida nos encontráramos mucho peor? Casi nunca hay segundas oportunidades.
ResponderEliminarSaludos, Antonio
Eso sí que es una oportunidad y lo demás son tonterías. Si es cierto que dan a elegir, voy a ir pensando... ja, ja, ja...
ResponderEliminarUn beso, Antonio.
Malu.
Una segunda oportunidad que debería saber aprovechar, porque seguramente no se va a ver en otra. Buen relato Antonio, con el tema de la reencarnación vital presente.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un saludo.
Agradezco todos vuestros comentarios. Oportunidades las que sean, y si es para volver a vivir, pues quién quita un quite. Saludos. Antonio Ortuño
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