Orgullo
¡Bullía de odio! Sentía que tenía que acabar con ellos. Me hacían la vida imposible por ser de otra pasta. Pero también me sentía superior, más inteligente. Me topé con uno del grupo, frente a frente. Quise matarlo. Pero le perdoné. Entonces, creí ganar aunque perdí: me ganó el orgullo.
Nos traes una reflexión construida en torno al ego y una de sus manifestaciones más soberbias. En este caso, aunque el protagonista siente que pierde, yo creo que no; la contención ante el instinto nos distingue como especie. Considero el perdón, tanto en el sentido de otorgarlo como de pedirlo, una evidencia del desarrollo de la evolución emocional de los seres humanos.
ResponderEliminarUn interesante y reflexivo micro, Iñaki, que despierta nuestras contradicciones latentes. Saludos.
Gracias, Manuel, por tu muy interesante comentario. Cordial saludo.
ResponderEliminarInteresante tu historia, Iñaqui.
ResponderEliminarRespira, rezuma y expide un fuerte temperamento interno frente a las diversidades del entorno.
Un campeón, que se alza en el podio de la vida, narrado con rotundidad e inteligencia.
Suerte, y saludos virtuales
Gracias,M.J.
EliminarSi tu protagonista ha dejado de cometer un crimen, el más atroz de los actos, debería felicitarse. El que haya sido por el orgullo de creerse más inteligente que los demás queda en mero detalle, un pecado capital equiparable a la soberbia, convertido en venial. Ojalá todos los problemas fuesen como este.
ResponderEliminarUn personaje interesante, sin duda.
Un saludo, Iñaki
Pues para mí... se creía más inteligente que ellos, muy justificadamente. ¡Es que lo era!. Los otros le hacían la vida imposible, porque no eran capaces de ver más allá de sus narices y encima, dedican toda su energía en degradar a una persona, sólo por ser diferente a ellos... Muy listo no son...
ResponderEliminarEl orgullo de tu personaje es en positivo. Se valora mientras otros lo desprecian... ganó su orgullo... afortunadamente. Además, es capaz de perdonar y sentir clemencia. Tu personajes es un cielo!
Y tu cincuenta me ha encantado! Felicidades!
He puesto alguna "s"...que ha bailado fuera de su lugar jeje Disculpas por no repasar antes de enviar
EliminarUn texto y un personaje que nos hace pensar con sus aparentes, o no tanto, "contradicciones". Me ha gustado, Iñaki. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarA veces las derrotas son victorias al margen de las virtudes o las maravillosas tentaciones. A veces la tentación de escribir te convierte en un genio, a veces, los genios dominan el mundo a pesar de que solo sea en la fantasía de su tinta
ResponderEliminarBUEN RELATO
Saludos..
Que buen relato.
Al parecer, el protagonista de tu micro, Iñaki, siempre pierde. Cuando se deja avasallar por otros y cuando se deja ganar por su orgullo. Curioso micro. Saludos
ResponderEliminarIñaki, realmente has dado en una de nuestras grandes debilidades: nuestra incapacidad para dejar a un lado el ego y trascender las circunstancias.
ResponderEliminarOpino que tu protagonista, al elegir el perdón en detrimento de su orgullo, ha pasado a otro nivel. Un nivel donde se comprende a los demás y se eleva el espíritu. De ahí que las cosas se puedan ver con más perspectiva. Estoy seguro de que el perdón de tu protagonista ha calado con más fuerza en sus adversarios ideológicos que si hubiera confrontado directa y frontalmente con ellos.
Una gran lección la que has mostrado.
Felicidades. Un saludo.
Cuando el odio deja paso al perdón, esto no se hace por orgullo, sino que se trata de inteligencia, porque no resulta nada fácil saber perdonar. Tu protagonista podrá sentirse derrotado, pero ha sabido demostrar que su superioridad radica en ser magnánimo.
ResponderEliminarMuy buena tu reflexión, Iñaki. Enhorabuena por tu propuesta.
Saludos.
Interesante reflexión y sabia decisión la de tu protagonista, Iñaki.
ResponderEliminarFelicidades.
Malu.
El orgullo como debilidad, curiosa paradoja nos dejas, Iñaki.
ResponderEliminarSaludos cordiales.