Paredón
La pared gris y oscura fue testigo de lo nuestro. Tú, tan jovial, vivaracho y risueño; y yo, entusiasmada con tus cálidos besos.
Hoy, la barda yace manchada por algunas de mis lágrimas cargadas de recuerdos y por tu sangre que lo salpicó todo, tras confesar tus intenciones de abandonarme.
Hoy, la barda yace manchada por algunas de mis lágrimas cargadas de recuerdos y por tu sangre que lo salpicó todo, tras confesar tus intenciones de abandonarme.
Un hermoso testimonio de amor ensombrecido por el ego funesto de los celos y de la posesión. Todo un ciclo sentimental contenido en el tiempo en que la pared se convierte en la barda de las lamentaciones.
ResponderEliminarRelato con pulso vital. Saludos, Cristopher.
Menuda sonoridad tiene la palabra barda, y más si está manchada de sangre y lágrimas. Y menuda intensidad, también, tiene lo que nos cuentas, Cristopher. Me ha gustado. Suerte y saludos.
ResponderEliminarLa pared se convirtió en paredón, con unas manchas que son muestra de un crimen pasional. Los celos, como la sangre, lo salpican todo y su mancha es difícil de quitar.
ResponderEliminarUn saludo
Amores que fueron felices y que se convirtieron en posesión y celos. Un final trágico, con sangre y lágrimas.
ResponderEliminarMuy intenso, Cristophe. Un abrazo.
La transmutación de una simple barda en un Paredón lleno de nostalgia contada en 50 palabras. Bien logrado.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Bien hallada la idea de la pared como escenario y sostén de amores y como testigo y marco de un crimen de amor. Buen relato, Cristopher.
ResponderEliminarSaludos coridales.
La protagonista se ha tomado bastante mal la ruptura. Micro un tanto escabroso. Saludos, Cristopher
ResponderEliminarDe barda (tapia o pared) a paredón, escenario este siempre de alguna muerte. Creo entender que en esa pared, como testigo de un amor, además de guardar los nombres de los amantes escritos en ella, ahora contiene lágrimas y sangre; aquellas de ella, esta de él, tras el asesinato pasional, fruto de los celos nacidos del despecho previo al abandono.
ResponderEliminarMe ha gustado tu cincuenta, Cristopher. Enhorabuena.
Saludos cordiales.
Muchas gracias por leerlo y más por los comentarios.
ResponderEliminarEspero que todos tengan una barda en la que puedan recargar algunos recuerdos, pero ninguno fatídico.
Saludos y abrazos
Has utilizado el paredón como escenario de tu relato. Un lugar donde esta historia ha visto amor, besos y finalmente muertes.
ResponderEliminarOtros paredones también vieron en la historia muchas muertes...
Muy buena historia Cristopher. Enhorabuena.
Malu.
Gracias, Malu. Sí, los paredones tienen mucha "tela de donde cortar" para tejer historias.
EliminarSaludos y gracias