Perdida

—Nunca pensé que pasaría nada así —dijo Marcos enojado.

—Intentamos comunicarnos, pero...

—¡No quiero excusas! —gritó—. Esta mañana casi atropello a mi madre, que creía bajo su cuidado en este centro geriátrico. A saber cuánto tiempo llevaría perdida.

—Se-señor... —dijo el director, pálido—. Intentamos llamarle ayer. Su madre falleció anoche.
Escrito por Valentín Bayón Muntaner - Web

16 comentarios :

  1. Que yuyu. Puede que la pobre mujer no haya encontrado el camino adecuado para llegar al cielo o, quién sabe, puede que quisiera darle un susto de muerte a su hijo por internarla en la residencia. Sin bromas, me ha gustado. Suerte, Valentín. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Un tiempo de irrealidad se cuele en el relato y pulsa una cuerda vibrante que permite el suspense.
    Interesante propuesta. Saludos, Valentín.

    ResponderEliminar
  3. Del enojo mas mundano y justificado, a la inquietud ante lo inexplicable. Un diálogo bien llevado con sorpresa final. Lo peor es pensar que esa mujer, sea cual sea su estado, pueda seguir perdida.
    Un saludo, Valentín

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, parece que esa mujer anda perdida tras haber dejado este mundo. Coincido con el primer comentario, el de Jesús: entreveo algo de venganza por haber sido ingresada en ese centro geriátrico (a lo mejor, una vez fallecida, se sintió de alguna forma liberada y quiso dejarle una señal a su hijo).
    Muy bien gestionado ese diálogo (no es fácil en un microrrelato) y cierras perfectamente la historia con ese final sorpresivo.
    Me ha gustado, Valentín. Buena historia las que nos dejas. Un placer leerte.
    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  5. No sabemos cómo era la relación entre madre e hijo. Tampoco las circunstancias que llevaron a ese hijo a ingresar a su madre en el geriátrico. Prefiero pensar que la aparición de la madre fue una manera de despedirse de él. Felicidades por este intrigante e impactante relato,Valentín. De los que te dejan pensativa. Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Veo una madre que quiere ver por última vez a su hijo... después de muerta.

    Pero caben muchas lecturas que pueden trascender de las 50 palabras... Toda una historia!
    Magnīfico micro!

    ResponderEliminar
  7. ¡Vaya final! Creo que al protagonista su madre va a perseguirle por toda la eternidad: es lo que hacen nuestras madres, incluso cuando están vivas. Terrorífico.
    Saludos, Valentín

    ResponderEliminar
  8. Pues mira yo me alegro por ella, porque en su nueva circunstancia lo que primero que haga sea darse un paseo, pese a quien le pese. Ahora... me creo que el director y el hijo lo vean de otro modo.
    Bien hecho y contado!!!

    ResponderEliminar
  9. Menudo giro imprimes al final, Valentín. Realmente se pasa de compartir el cabreo del hijo a un fulminante desasosiego que te deja clavado a la pantalla.
    Un relato muy conseguido. Enhorabuena.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  10. Uy... vaya giro final.
    Muy buena historia, Valentín. Enhorabuena.
    Malu.

    ResponderEliminar
  11. Completo catálogo de seres y estares, que diría el inimitable Manolo García. Un hijo precipitado de cólera fácil, un responsable de un geriátrico apocado, y una difunta que no acaba de encontrar su sitio
    en el otro mundo.
    No está mal para cincuenta palabras, no señor.
    Saludos, Valentín.

    ResponderEliminar

Si no tienes cuenta, elige "Nombre/URL" en lugar de "Anónimo". ¡Gracias!