Quimera
—Mira, sobre la mesa hay un hermoso ramo de rosas, con capullos a punto de abrirse, hojas llenas de vida y un olor que embriaga. Míralo bien.
—¿Qué dices? Si solo son cuatro flores marchitas y algunos pétalos secos.
—Bueno, perdona, quizás tengas razón... Es que no lo estaba mirando.
—¿Qué dices? Si solo son cuatro flores marchitas y algunos pétalos secos.
—Bueno, perdona, quizás tengas razón... Es que no lo estaba mirando.
Nos puede la idea que nos hacemos de las cosas. El poder subjetivo de nuestra mirada nos domina, ella es la que crea los sueños y también, la quimera si se confunden realidad y fantasía.
ResponderEliminarUna invitación a mirarnos de nuevo a través de tus letras. Saludos, Crispín.
Gracias Manuel.
EliminarLo esencial es invisible a los ojos, Antoine dixit
Puede que sobre la mesa haya un hermoso ramo de rosas, con capullos a punto de abrirse, hojas llenas de vida y un olor embraguiador, pero, si se mira bien, está formado de rosas cortadas y muertas. Un buen micro, Crispín. Saludos
ResponderEliminarOtro punto de vista, muy enriquecedor.
EliminarGracias Plácido
Esa frase que habla del cristal con el que se miran las cosas está llena de fundamento. Las percepciones varían según la persona y el instante. No somos máquinas cortadas por un mismo patrón, sino sujetos llenos de subjetividades, marcados por condicionantes y sentimientos. De ahí la complicación de los seres humanos, pero también su riqueza.
ResponderEliminarUn relato que rompe una lanza a favor de la fantasía individual, el punto de vista de cada cual que a todos enriquece.
Un saludo
Gracia Ángel. Como bien dices, es la subjetividad lo que nos hsce individuos enriquece lo que nos rodea
EliminarEs la mirada que proyectamos sobre la realidad la que puede crear belleza, y no la realidad misma.
ResponderEliminarHermoso mensaje, Crispín. Un abrazo.
Un profesor mío diferenciaba la realidad objetiva de lo que el llamaba "realidad real", mucho más rica ya que incluía nuestra subjetividad. Nos animaba a trabajar siempre con la realidad real.
EliminarGracias por tu comentario.
Como buena pesimista que soy, o pragmáticamente realista, me ha encantado el relato. Tengo que reconocer que me hastía un poco tanto optimismo ante a una realidad que a veces es brutal. No me gusta el optimismo que se convierte en complacencia con lo que conlleva, simplemente porque " no se está mirando la realidad"
ResponderEliminarCompletamente a favor del pesimismo realista, que puede ser el impulsor de los cambios que son necesarios.
Todo desde el punto de vista de esta pesimista empeñada en cambiar lo malo del mundo. ¡Un Saludo!
Ánimo Amelía en tu lucha por arreglar el mundo desde tu realidad real. En el camino nos encontraremos.
EliminarGracias por tu lectura e interpretación.
La imaginación al poder!!! Sin perder el norte, me parece genial "ver" otras cosas, llegado el caso.
ResponderEliminarDiez personas mirando un ramo probablementa hagan diez ramos.
EliminarGracias, Luisa, por tu comentario.