Recuperando el paraíso
Tras el largo viaje, desde un remoto lugar al otro extremo de la galaxia, la nave interestelar descendió en silencio. El alienígena buscaba algo en concreto, algo de inmenso valor. Cuando lo encontró, lo observó, acarició y olió con cariño: eran flores.
En su planeta, la Tierra, ya no había.
En su planeta, la Tierra, ya no había.
Precioso micro, Luis. Coincidimos en temática galáctica este mes, aunque con perspectivas diferentes. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. Tienes razón. En tu relato tratas, si no lo he entendido mal, de las relaciones interpersonales virtuales (espero con interés tus continuaciones del relato) y éste mío de la importancia de cuidar la ecodiversidad del planeta, empezando por las flores. En ambos casos tratamos de la vida. Un saludo.
EliminarLuis, un micro súper original que invita a reflexionar sobre el trato que le estamos dando a nuestro propio planeta. Algo que está tan al alcance de nuestra mano como oler una simple flor puede que sea inaccesible en un futuro.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Enrique. Sin flores no tendremos futuro, al menos un futuro confortable. Confiemos en que no estropeemos el planeta de forma irreversible. Un saludo.
EliminarSi este alienígena, en realidad un habitante terrestre como nosotros, tuvo que viajar tan lejos para encontrar algo que fue tan corriente, es de temer que sea debido a que su planeta de origen tiene todos los visos de haberse convertido en inhóspito del todo. Hacia ello vamos si no le ponemos remedio. Como bien planteas en tu relato, cada vez menos paraíso y más infierno.
ResponderEliminarUn saludo, Luis
Muchas gracias, Ángel. Tienes razón, me he colocado en un escenario cuasi-postapocalíptico pero en el que aún existe algo de esperanza, aunque para ello debamos buscar flores al otro extremo de la galaxia. Esperemos que no lleguemos a tanto. Un saludo.
EliminarLas flores son obra de la magia de la naturaleza. ¿Podremos vivir sin ellas? En un mundo donde su hechizo mágico hubiera quedado deportado a la memoria de las leyendas, también atravesaría el universo para volver a aspirar su perfume.
ResponderEliminarHorrible distopía y bellísimo relato, Luis.
Un abrazo.
Muchas gracias, Patricia. Todo esfuerzo es poco para evitar el fin de la Tierra y, por tanto, el nuestro. Esperemos que si llegamos a esa agónica situación, los humanos que aún sobervivan todavía recuerden aquellas leyendas que hablarán de antiguos prados verdes, ríos de agua abundante, cielos azules, nubes blancas y ese sol amarillo que desprendía calor y luz; y de aquellas maravillosas criaturas vegetales que daban belleza al paisaje y oxígeno al ser humano y al resto de seres vivos, y sean capaces aún de emprender tan importante misión como será ir en busca de flores para repoblar nuestra maltrecha casa común. Besos y flores.
EliminarLuis, al leer tu relato me ha recordado la película de animación WALL-E, donde una simple planta es la única superviviente de un planeta destruido. En tu relato, el alienígena busca una flor.
ResponderEliminarMuy bonito relato. Enhorabuena.
Besos
Muchas gracias, Pilar. Un planeta con flores aún tiene futuro, por eso es importante cuidarlas, porque sin ellas nuestro planeta, y por tanto nosotros, estamos abocados a un final incierto. En WALL-E la existencia de flores en la Tierra indica que el planeta se está recuperando y la humanidad puede volver a tener un futuro. En mi relato, las flores hay que encontrarlas fuera de la Tierra (misión comparable a encontrar una aguja en un pajar, pues en el universo no abundan planetas con flores). En ambos casos, no obstante, las flores son la puerta a un futuro mejor. Besos.
EliminarEn esta distopía las flores han desaparecido de la Tierra. Este alienígena o terrícola me recuerda al famoso personaje de El Principito, cuidando y amando su rosa en un planeta lejano.
ResponderEliminarHermoso relato, Luis, a pesar de la desertización del planeta. Un abrazo.
Muchas gracia, Carmen. No había pensado en El Principito cuando lo escribí, pero se puede ajustar también a él. En todo caso, hay que cuidar nuestro planeta si queremos dejar un buen futuro a nuestros descendientes. Besos.
EliminarPrecioso y aleccionador tu micro, Luis.Si seguimos maltratando así el planeta, las tierras desertizadas cada vez serán mayores y los seres vivos, incluidas las plantas y flores, se irán extinguiendo. Este enlace es muy interesante hablando del tema que tocas. Un saludo. http://www.ecologiaverde.com/como-seria-el-mundo-sin-flores/
ResponderEliminarMuchas gracias, Juana. Es cierto, si no cuidamos el planeta estamos cabando nuestra propia tumba. Confiemos que aprendamos antes de que sea demasiado tarde. Un saludo.
EliminarUna visión realista a lo que estamos abocados, por nuestros intereses económicos y codicia.
ResponderEliminarEl humilde símbolo de una flor, será todo un tesoro en otras Galaxias.
Suerte y saludos, Luis.
Muchas gracias, María Jesús. Cuidar la Tierra comienza cuidando lo más pequeño. Quien cuida lo pequeño, cuida lo grande. Un saludo.
EliminarUn hermoso micro, Luis. Triste que en la Tierra no queden flores, pero yo no me fiaría de las de otros planetas. El cuento podría tener una continuación.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Plácido. Inquietante la continuación que has añadido a mi cuento... con esas plantas carnívoras. En todo caso tengamos confianza en que no lleguemos nunca a tal extremo de extinguir por completo nuestras plantas en la Tierra, pues sin su oxígeno ¿podremos quizá seguir viviendo para explorar otros mundos? Un abrazo.
EliminarEmotivo y original. El ser humano descubriendo nuevos planetas para continuar su designio. Excelente.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lu. Me alegro que te guste mi relato. Un saludo.
EliminarEsperemos que no lo estropee... que los terrestres somos muy dados a la destrucción.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Luis.
Muchas gracias, Carles. Sí, cofiemos que no tengamos que llegar a esos límites. Saludos.
EliminarNos estamos cargando el planeta, pero me temo que no nos vamos a dar cuenta hasta que esté como lo deja en el futuro no muy lejano) este terrícola.
ResponderEliminarOjalá pongamos freno a esta situación.
Un beso, Luis.
Malu.
Deseo que este alienígena terrícola se quede, tras encontrar esas flores, en observarlas, acariciarlas y olerlas, porque como le dé por hacer lo que suelen hacer sus congéneres, lo de recuperar el paraíso va a ser una entelequia pura y dura.
ResponderEliminarBuen relato, Luis.
Saludos cordiales.