Sin manual
Te lo llevaste sin manual de instrucciones, sin preocuparte por saber quién era y qué necesitaba. Te lo llevaste porque yo quise que te lo llevaras.
Porque aun siendo un hombre de costumbres, él había perdido la costumbre que a mí más me gustaba, había perdido la costumbre de quererme.
Porque aun siendo un hombre de costumbres, él había perdido la costumbre que a mí más me gustaba, había perdido la costumbre de quererme.
El amor como costumbre, se me antoja rutinaria, deberíamos estar más alerta al respecto y tratarlo y vivirlo como estado de excepción para que nunca decaiga y se nos aburra o se nos pierda esa costumbre, tan vital por otra parte, tan necesaria de amarnos.
ResponderEliminarSu ágil narración nos hace percibir, delicadamente, que alguien acaba de pasar página en su manual de vida. Saludos, Mª José.
Las rutinas son tediosas en todos los aspectos, en el amor mucho más. Saludos.
EliminarUnas palabras muy bien combinadas para hablar de desamor. Una mujer habla con la nueva compañera de aquel a quien quiso, por quien no se ha molestado en luchar, pues todo había terminado antes.
ResponderEliminarDos puntos sobresalen en tu relato, dos grandes verdades: el amor no necesita un manual de instrucciones para manifestarse, simplemente aparece. Perdida la costumbre de quererse, pierde todo el sentido aferrarse.
Un saludo, María José
Así es Ángel, no somos conscientes o no queremos serlo de que todo tiene un principio y un final, incluso el amor, gracias por leerme
EliminarCoincido con lo dicho por Ångel. También parece que la que se lo quedó, se ha llevado alguna sorpresa...
ResponderEliminarMuy bueno tu micro.
Todos guardamos sorpresas, en el amor y en todos los aspectos de la vida. Gracias por leerme y comentar.
EliminarUn amor despechado. Él ha dejado de quererla; ella, no. Ahí lo llevas, parece decir la protagonista. Me ha gustado el micro. Saludos, María José
ResponderEliminarUn amor con principio y final, y algún que otro hilo de despecho, también de advertencia hacia la otra parte, el amor como todo tiene sus luces y sus sombras. Gracias por leer y comentar.
EliminarTodas las personas estamos sin manual, y sin manual se vive el amor; lo cual no deja de ser estimulante y fresco.
ResponderEliminarPor otro parte, todos venimos a necesitar lo mismo, que nos quieran y respeten.
Esperemos que aquella con quien se fue, sepa al menos eso.
Así es Luisa, pero sí es cierto que después de un tiempo, las costumbres se convierten casi en manuales de instrucciones de cada uno de nosotros. Gracias por leer y comentar. Un saludo.
EliminarMaría José, me gusta como plantea la protagonista esta historia de desamor, plantando cara a la nueva pareja de su marido.
ResponderEliminarUn lenguaje preciso, concreto y muy bien contado.
Enhorabuena.
Besos
Muchas gracias Pilar, todo un elogio viniendo de ti este comentario. Gracias por leerme y comentar, un abrazo enorme.
EliminarPuede que él hiciera bien en marcharse porque dejó de quererla y porque no quiso tomar el amor por costumbre.
ResponderEliminarUn buen relato al que no le hace falta manual para disfrutarlo. Enhorabuena, María José.
Un saludo.
Las costumbres a veces no son tan buenas como queremos pensar. Las rutinas sobre todo en el amor son mortales, en ocasiones es mejor reiterase a tiempo y dejar un bonito recuerdo, aunque también dejarás un corazón roto. Gracias por comentar y leer. Un abrazo.
EliminarLlegados a este punto de no retorno, lo mejor es que se haya marchado con otra. Con o sin manual. Buena historia de amor... roto. Pero sin rencor.
ResponderEliminarEnhorabuena, María José.
Saludos.