Sonrisas
Hasta el coño estaba de doña Marta, siempre con aquella sonrisita. Le iba a decir cuatro verdades y se iba a volver al pueblo tan contenta. Que no necesitaría interna si no fuera tan guarra, vamos.
"¿Pepi? ¡Estupenda! No sabes qué suerte hemos tenido con ella… Trabajadora y siempre sonriente".
"¿Pepi? ¡Estupenda! No sabes qué suerte hemos tenido con ella… Trabajadora y siempre sonriente".
¡Qué jugo más sabrosos le has sacado a estas dos caras de una moneda siempre encontradas!
ResponderEliminarSaludos, Aurora.
Ojalá tuviera yo la capacidad de disimulo que tiene la protagonista de tu micro, Aurora; desgraciadamente, no puedo evitar que la cara me delate: yo no me habría ido; a mí me habrían echado.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos
Las sempiternas dos caras de la misma moneda. Real como la vida misma. Muy bueno. Enhorabuena, Aurora. Suerte y un saludo.
ResponderEliminarMe encanta la puesta en escena, Aurora. Hay sonrisas y sonrisas...
ResponderEliminarLo que ocurre es que la mayoría de las personas trabajadoras tienen que poner buena cara aunque se mueran de asco por dentro, desafortunadamente no todo el mundo puede permitirse quedarse sin trabajo.
Un beso.
Malu.
Dos caras de una misma moneda. Pepi y doña Marta no ven con igual criterio la relación doméstica que mantienen. Me quedo con la opinión de Pepi.
ResponderEliminarBuena historia, Aurora.
Enhorabuena y saludos.