Tiempos modernos
Un ajustado corsé bajo una transparencia negra. El espejo le devolvió una imagen forastera. Tocaba intentar camuflar las ojeras de ese corazón aún convaleciente. Con algo de maquillaje, rojo carmín en los labios y confiando en una tenue luz se dio por satisfecha. No quería ser impuntual. Encendió su ordenador.
Lo que ha cambiado la vida. Lo que se ha desdoblado. Magnífica la forma en que levantas la alfombra que cubre los desgarrados sentimientos y ese clip final, que enciende una pantalla reveladora. Un abrazo, Fina.
ResponderEliminarLa tecnología permite que desde cualquier rincon sea posible abrirse al mundo. Los detalles en la manera de hacerlo ya dependen de cada uno. Tu protagonista parece salir de una experiencia sentimental negativa para, aprovechando las nuevas tecnologías, abrirse al mundo, en un borrón y cuenta nueva digital. Somos hijos de nuestro tiempo y acorde con él y sus posibilidades caminamos.
ResponderEliminarUn relato ameno en su forma y actual y posible en su temática.
Un abrazo, Fina
Curioso cómo son las citas hoy en día. Habrá que ver quién está al otro lado de la pantalla. Saludos, Fina
ResponderEliminarEstos tiempos modernos sin duda tienen cosas muy buenas. Esta chica cuenta con el apoyo de la tecnología para recuperarse emocionalmente y quién sabe si para salir con buen pie de su soledad. Siempre me encantan tus personajes, Fina, vulnerables a veces, pero siempre puros y entrañables.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tiempos modernos. Parece que las redes sociales, con un efecto superficial, tienen el efecto de paliar el desánimo y el descontento de las personas a golpe de click.
ResponderEliminarTristeza por dentro pero alegría por fuera. Un poco de luz a la foto y una sonrisa instantánea y ¡la realidad da un vuelco espectacular! La humanidad reducida a una red social. Muy buen relato, Fina.
Un abrazo.
Aunque uno este roto por dentro y las circunstancias no sean las más adecuadas, toca camuflar y engañar para salir adelante, para que los demás no lo noten. No sé si tu protagonista se pone delante del ordenador por trabajo o por amor, pero sea como sea por obligación.
ResponderEliminarBuen relato, Fina.
Un abrazo.
Internet, esa enorme autopista de soledades, parece que ha captado la atención de, al menos, un corazón roto. Espero que esa capa de maquillaje bajo tan tenue luz, permita ver quién habita dentro y no contribuya a un nuevo desengaño.
ResponderEliminarSe palpa la indefensión de tu protagonista entre una densa atmósfera muy conseguida.
Buen relato, Fina. enhorabuena.
Un abrazo.
Fina, me gusta tu relato, una pantalla abierta a un nuevo amor. Aunque virtual, amor al fin y al cabo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tiempos modernos, tiempos en los que se hacen muchas cosas de forma virtual, camuflados detrás o delante de la pantalla, según se mire. Si ese contacto con otra persona, aunque sea de forma virtual, ayuda a tu protagonista, están más que justificados estos tiempos modernos. Lo que no sabemos es si el día de la "desvirtualización", si es que llega a producirse, habrá realidad o seguirá siendo todo virtual. Voto por realidad, el tiempo lo dirá.
ResponderEliminarMe dejas pensando. Y mucho, además.
Un beso enorme, Fina.
Malu.
¡Cuánta tristeza y soledad supura tu cincuenta, Fina! ¡Y qué bien nos lo cuentas, con tu estilo metódico y de frases cortas, que engarzan perfectamente como en un collar de palabras. Con tu historia nos trasladas el proceso previo al encuentro virtual de una solitaria alma, que no termina de encontrar lo que busca, con alguien al otro lado de una pantalla.
ResponderEliminarPerfecto el título y muy redondo ese final, con el encendido del ordenador, esa puerta que hará que, de nuevo y una vez más, tu protagonista mantenga un contacto que podemos presumir que tampoco esta vez será el que busca. ¿O sí?
Enhorabuena y nos seguimos leyendo. Por mi parte, con la devoción que tus fantásticas historias me provocan.
Un beso grande.
Supongo que no es lo ideal esto de relacionarse mediante una pantalla, pero no sabemos cómo ha sido el fracaso o la pérdida que todavía está sufriendo. Quizás se siente engañada y ha optado ella también por engañar. Muy buen tema para la reflexión, Fina. Saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por vuestros comentarios, Manuel, Ángel, Plácido, Enrique, Javier, Enrique, Antonio, Asun, Malu, José Antonio y Juana. Vuestras palabras me animan a seguir aportando mi granito de arena a esta extraordinaria familia en la que con cada nuevo relato que leo, más pequeñita me siento.
ResponderEliminarBesos.
Una historia desgarradora que quizás no se revelase tras una pantalla y en tenue luz, pero, con tus palabras, sí que se siente y se aprecia el hilo de unta triste historia.
ResponderEliminarBuen relato, amiga.
Un fuerte abrazo, Fina.
Muchas gracias por regalarme tus palabras, Isidro.
EliminarUn abrazo.
Fina, cuánta tristeza y soledad habita en el interior de tu protagonista. Su maquillaje, su vestuario son la máscara con la se cubre. La relación que va a establecer a través del ordenador es otra máscara. Quizá pueda aliviar su corazón de modo efímero, pero se trata sin duda de un autoengaño.
ResponderEliminarMuy buen relato. Un beso.
Me alegra saber que te ha gustado, Carmen.
EliminarUn abrazo.