Yo... te esperaré siempre
Compañero de alegrías y penas. Siempre a su lado, conectando miradas confiadas en las que se entiende todo.
La velocidad cedió y un golpe seco lo arrebató del regazo amigo. Voló a través de la ventanilla. Solo en el arcén, ya no encuentra su mirada. Hace frío en el corazón.
La velocidad cedió y un golpe seco lo arrebató del regazo amigo. Voló a través de la ventanilla. Solo en el arcén, ya no encuentra su mirada. Hace frío en el corazón.
Ese tipo de abandono que en todos los periodos vacacionales, lamentablemente, se sigue produciendo y que pone a la altura del betún a los que se consideran humanos. Menudo pago para el que lo a dado todo. Muy buen relato. Suerte y saludos, Galilea.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús
EliminarUn ser noble, agradecido y fiel, nunca comprenderá que aquel a quien ha entregado todo lo deje en la nada. Y luego decimos que somos una raza superior. El personaje innombrable de tu relato, al que solo se alude pero no se le nombra, no solo carece del mínimo de consideración de despedirse, además arroja a su mascota por la ventanilla; aún así, él siempre le esperará.
ResponderEliminarUn relato emotivo sobre una realidad que se repite demasiado.
Un saludo
Muchas gracias, Ångel
EliminarCon toda crudeza hacemos uso de los seres como si se tratara de objetos. Poco respeto hay por la vida en general, pero por la de los animales, mucho menos...maltrato, abandono, humillación...qué repertorio. Nuestros malos hábitos hablan de nosotros como especie.Poco alentador.
ResponderEliminarEmotivo y necesario tu relato, Galilea. Saludos.
Muchas gracias, Manuel
EliminarHay personas que eso de el mejor amigo de... no lo entienden, y solo ven juguetes que se tiran cuando no sirven.
ResponderEliminarUn relato con mucho sentimiento, Galilea.
Me ha gustado.
Besos.
Muchas gracias, Javier
EliminarTal y como dice el título de tu relato, "le esperará siempre", a pesar de la traición y el abandono de su mejor amigo. Nunca entenderé que alguien sea capaz de semejante crueldad.
ResponderEliminarBuen relato, Galilea.
Besos.
Muchas gracias, Pilar
EliminarPersuasiva la forma en que plasmas la situación de manera que no quede lugar para justificar este tipo de acciones.
ResponderEliminarSobrecogedo relato, Galilea.
Un abrazo.
Nuchas gracias, Enrique!
EliminarPobres perros!, menos mal que nos vamos concienciando, aunque sea lentamente, de que son nuestra mejor compañía, y ya hasta se busca un acomodo para ellos en vacaciones.
ResponderEliminarSentimental y bruto relato, Galilea
Saludos virtuales
Muchas gracias por comentar!
EliminarOh, una historia de abandono. Una historia de traición. Una historia de, esperanza (vana), a pesar de todo. Una historia indigna.
ResponderEliminarUna historia bien contada.
Saludos cordiales, Galilea.
Muchas gracias!
EliminarCincuenta bien narrado para dejarnos patente la malévola actuación de ciertas personas (¿se merecen este título?) con los animales que lo dan todo por aquellas para recibir, finalmente, el pago del abandono.
ResponderEliminarEl título ya es explícito de por sí: Una primera persona (aunque sea animal) para manifestar una voluntad que contradice lo que «la persona» hace.
Enhorabuena, Galilea. Un placer leerte.
Saludos cordiales.
Muchas gracias!
EliminarUna mascota abandonada, la historia que se sigue repitiendo a pesar de las denuncias.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Galilea
¡Ay, qué dolor! Una historia que encoge el corazón.
ResponderEliminarEnhorabuena, lo has contado perfectamente bien.
Besos.
Malu.
La verdad es que paradójicamente en algunos casos los animales muestran rasgos más humanos que algunas personas. Un micro muy doloroso, pero muy bien contado. Saludos, Galilea.
ResponderEliminarPenosa situación. Galilea, la has descrito con gran precisión. Las palabras están justamente medidas, y se nota. ¡Cuánto tenemos que aprender los humanos!. Yo creo que algunos debía ser condenados a dejar la bipedestación y volver a las cuatro patas. Un saludo. Suerte.
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