A caballo regalado
Catalino Mustieles era un tipo muy insensato. Tan insensato que, haciendo caso omiso al dicho, cuando le regalaron un caballo examinó su dentadura. A partir de entonces su imprudencia trastocó en desfachatez; ahora exhibe orgulloso, como si de un importante trofeo se tratara, el muñón que remata su brazo izquierdo.
¡Menudo bocado le atizó el caballo! Y es que, nos guste o no, todos los refranes son ciertos. Catalino pagó muy cara su osadía. Me ha gustado tu micro, Rafa. Un saludito.
ResponderEliminarA quien le falta sentido común, la osadía se le descompensa y le da estos malos ratos que nos cuentas. Has tirado con desparpajo del refranero y de los dichos. No se puede poner la mano en el fuego por nadie, hoy día. Aunque sí podemos disfrutar, y mucho, de tu historia. Me encanta el nombre que le has dado al prota. Rafa, saludos.
ResponderEliminarLa insensatez se paga muy cara, Rafa.
ResponderEliminarMe parece muy original tu propuesta, enhorabuena.
Malu.
Insensato antes por no cuidarse. E insensato después, que sentirse orgulloso de haber perdido el brazo!
ResponderEliminarCarne de cañón el tal Catalino.
Muy bueno y original tu micro. Enhorabuena!
Muy buen giro de tuerca Rafa. Me sacaste una sonrisa repletita de dientes Jijiji
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que el refrán va por otro lado. Además, los dientes de los caballos no están hechos para arrancar carne. Sin embargo, eso no impide que el micro resulte bastante divertido. Saludos, Rafa
ResponderEliminarSí, claro, el refrán significa que no hay que cuestionar ni poner faltas a lo que se nos ofrece de modo gratuito. A lo mejor el caballo al final no era tan viejo y tenía buenos incisivos....
ResponderEliminarSiempre lo digo, "A caballo regalado no se le mira el diente, que muerde", y tú me has dado la razón.
ResponderEliminarSuerte, Rafa
Es una buena ejemplificación del refrán. Más que insensato, este protagonista de nombre tan divertido parece necio, sobre todo cuando muestra orgulloso el muñón.
ResponderEliminarUn micro original y con sentido del humor. Un abrazo, Rafa.
¡Eso le pasa por mirarle el diente! Rafa, un relato que deja lugar a la reflexión sobre la importancia de valorar los detalles de las personas por su intención y no por su valor material.
ResponderEliminarUn tipo verdaderamente singular este Catalino Mustieles, y no solo por su atrevimiento insensato, sino por el modo en que el suceso lo transforma.
ResponderEliminarSimpático y singular también tu relato, Rafa.
Un abrazo.