Barras y estrellas
Miau, miau; miau, miau, miauuu...; marramiau, marramiauuu...; requetemiau, requetemiauuu...
Estas notas cantarinas a ritmo de "Barras y estrellas" son los saludos de los dos gatos. El siamés Sar y la persa Dina, haciendo coro, despiertan por las mañanas y dan los buenos días a la soledad de su ama Olvido.
Estas notas cantarinas a ritmo de "Barras y estrellas" son los saludos de los dos gatos. El siamés Sar y la persa Dina, haciendo coro, despiertan por las mañanas y dan los buenos días a la soledad de su ama Olvido.
Con unos gatos tan artistas la soledad de esta mujer ha de ser mucho más llevadera. Unas mascotas únicas que cada mañana se acuerdan de su benefactora, que logran que el nombre de aquella de quien no parece acordarse nadie deje de tener sentido.
ResponderEliminarSimpático relato, María Jesús
Un abrazo
Angel. Gracias por emplear tu tiempo en mi lectura y comentarme.
EliminarSaludos
María Jesús, un relato que hace esbozar una sonrisa. Y a tu protagonista le hace ver que no está sola.
ResponderEliminarMe encanta el nombre de esos graciosos gatos Sar-Dina.
Buen relato, María Jesús.
Besos.
Gracias por tus palabras, siempre animosas.
EliminarSaludos virtuales.
Muchas veces los animales domésticos palían la soledad de algunas personas, haciéndoles más agradable la existencia. Una imagen muy tierna la de estos gatitos que alegran las mañanas de Olvido, quien supongo los llamó así para evitar problemas de posible falta de memoria. Un abrazo, Mª Jesús.
ResponderEliminarSí, he querido reflejar la soledad de muchos ancianos, desdramatizandola con el punto de humor de los gatos.
EliminarOtro abrazo para ti, Juana
Todos necesitamos sentir que importamos a alguien. Olvido, esas barras y estrellas no se las maúllan a todo el mundo. Por algo será y creo que el sentido del humor tiene algo que ver.
ResponderEliminarComo el de la autora a la que mando este puñadico de besos.
Qué bonito, vecina.
Eso de las Barras y Estrellas, es algo fuera de serie gatuna. y creo que también en muchas partes de la humanidad, Bromas aparte, te agradezco el comentario.
EliminarBesicos, sicos.
Muy gracioso, María Jesús. Me viene a la cabeza Gloria Fuertes, no sé por qué, pues una cosa es la poesía y otra los micros. La relación entre los nombres de la dueña y los gatos me parece de un gran ingenio. Un relato afable y simpático. Diferente, original y por eso me gusta mucho. Muchos besos.
ResponderEliminarMaría José me alegro, que te haya alegrado, al menos un momento, al leerme.
EliminarGloria Fuertes es una Gloria muy fuerte para mi humildito "50".
Besito virtual.
Para que Olvido no se olvide de sí misma, Sar y Dina se lo hacen a coro gatuno. Has encontrado una forma de hacer sonreír hasta a la mismísima Soledad, siempre ella tan tiesa y tan poco dada.
ResponderEliminarUn beso, María Jesús.
Tu comentario se ha sacado una sonrisa de las buenas.
EliminarGracias, Manuel
Qué agradable despertar le dedican cada amanecer estos gatos cantores de nombres tan simpáticos y coordinados. Seguro que, de este modo, Olvido recordará con facilidad sus nombres y dejará de sentirse sola.
ResponderEliminarUn relato muy gracioso y original, María José. Besos.
Gracias, Carmen por tu punto de vista.
EliminarMás besos para ti
M. Jesús, cuantos animales palían la soledad de muchas personas. Olvido tiene con quién despertar cada mañana.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
Una historia sencilla para una persona sencilla, Olvido.
EliminarMiles de gracias por tu comentario, Pilar
Simpático micro con gatos de nombres coordinados y canto “affiatato”. Me los imagino maullando a todo volumen para delicia de Olvido y desgracia de sus vecinos. Jaja.
ResponderEliminarUn cordial saludo, María Jesús.
Desgracia para los vecinos, ninguna. Han contratado al dúo para que cante las mañanitas frente a las Cortes, para despertar al personal durmiente.
EliminarGracias Georges
Por lo menos Olvido tiene quien le acompañe, con sus voces, al despertarse. Y lo de Sar y Dina, un hallazgo. Me ha gustado. Saludos y suerte, María Jesús.
ResponderEliminarGracias, en nombre de Sar y Dina, que ya acabaron con las raspas del pez.
EliminarSaludos.
Ay me encanta jejjeje. Buen día María Jesús.
ResponderEliminarTienes una risa contagiosa, Carmen. Me estoy partiendo.
EliminarBesitos virtuales.
Esperemos que Olvido no olvide mirar al monte para ver correr a las Sar y Dina. Aunque quizás sueñe con las liebres haciendo surf en el mar.
ResponderEliminar¡Muy evocador!
Un abrazo, Mª Jesús.
Isidro, Me encanta ese juego que traes con la Fauna. Te ha quedado una exposición redonda.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo.
Es curioso, pero los independientes gatos suelen asociarse a la soledad. Quizás sea porque ellos, a pesar de su felina autonomía, no olvidan.
ResponderEliminarMe ha gustado ese dúo de gatos de nombre conjunto 'sardina' ejerciendo de gallos.
Un relato muy simpático, María Jesús.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Antonio, por tus apreciaciones, siempre acertadas.
EliminarSaludos cordiales
Jajajaja, me encanta, María Jesús. Los gatos siempre han sido motivo literario, algunas veces para meternos el susto en el cuerpo, con su mirada retadora, y otras, como es el caso de tu micro, nos hacen reír.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Estos gatos son extra-literarios, y cantarines. Se deben en cuerpo y maullidos a Olvido.
EliminarMe hace ilusión que te hayan Jajaja.
Besito cariñoso, María José.-
Si tiene dos gatos, no está sola. Por cierto, muy cariñosos veo a los mininos. Generalmente no lo son tanto. Me ha gustado el micro. Saludos, María Jesús
ResponderEliminarMininos, como los humanos, los hay para todos los gustos, simpáticos y huraños. Yo me he quedado con el primer grupo.
EliminarAgradezco un montón tu comentario, Plácido.
Saludos para ti y tu simpática tierra.
Me gusta el relato y sobre todo el nombre de los gatos: Sar-Dina, seguro que estos gatos son de un puerto de mar, allí siempre hay...
ResponderEliminarBesicos
Lo de puerto de mar, no se me había ocurrido, pero bien por la aportación.
EliminarMuchos besicos virtuales, Cabopá
Maria Jesus,no era broma cuando me decias que escribirias un relato basado en.mis gatitas. Lo que no me comentaste es,que su estilo seria un tanto surrealista,pero va con el contenido. Me hace gracia,miau!!!
ResponderEliminarPor cierto,lasgatas protagonistas de este relato resultan tan cariñosas porque las mias en verdad lo son...
ResponderEliminarBueno, pues aquí está, Iñaqui.
EliminarGracias por pasarte a leerlo.
Un micro muy tierno. Realmente los animales tienen una eficacia contrastada en dar felicidad al ser humano. Estoy seguro de que para Olvido estos dos gatos le dan la vids y suponen una fuente de alegría y de energía positiva diaria.
ResponderEliminarFelicidades, María Jesús.
Gracias, Enrique por tu amable comentario.
EliminarSaludos virtuales
Simpático, tierno, original..., y con ese toquen de surrealismo que además lo hace enigmático, llevando a pensar que ese título quizá signifique algo más...
ResponderEliminarMe encanta, María José.
Un abrazo.
Millones de gracias, Enrique.
EliminarOtro abrazo para ti
Miauuuuuuuuuuuuuuu, un relato muy gatuno y original, dos gatos que si unes sus nombres forman el de un pez SarDina.
ResponderEliminarMuy bien reflejada la gran compañía que los animales domésticos hacen a las personas que viven solas.
Un beso, Mª Jesús.
Malu.
Malu, tus comentarios son una balsa de aceite.
EliminarGracias por tu interés.
Llamarse Olvido y sufrir de soledad ya es indicativo de la importancia que a veces cobran los nombres en nuestras vidas. Y que los gatos se llamen Sar y Dina también en un guiño humorístico que le quita un poco de hierro a la historia, y más teniendo en cuenta que los gatos en cuestión son bastante marchosos e imagino que hermosos al ser uno siamés y el otro persa.
ResponderEliminarAsí que esa sabor agridulce por la soledad de tantas personas, queda mitigado por la compañía de esos animales domésticos que la suavizan y a la que tú has querido dar un aire positivo y de homenaje y conmiseración hacia tantos olvidados.
Mi enhorabuena por el microcuento y un abrazo, María Jesús.
Gracias, Enrique por haber ampliado el punto de mira a esta historia.
ResponderEliminarUn abrazo