Culpable
Lo encontraron al amanecer, junto a la vía del tren, con la única compañía de una botella de licor y las cenizas de un cigarrillo sin fumar.
Lo encontraron junto a una nota a medio escribir, tal vez una despedida, abandonado a su suerte.
Encontraron una sola culpable: la soledad.
Lo encontraron junto a una nota a medio escribir, tal vez una despedida, abandonado a su suerte.
Encontraron una sola culpable: la soledad.
La soledad puede ser nuestra mejor amiga o, por contra, nuestra enemiga mayor. Depende de si es buscada u obligada. En este caso, queda totalmente claro. Tan claro como es culpable tu relato de hacernos estremecer ante la crónica de una muerte tan solitaria.
ResponderEliminarun beso, Mª José.
Es un arma de doble filo, a veces la necesitamos y anhelamos, otras la odiamos. Gracias por leerme y comentar.
EliminarUn beso.
Somos seres sociales, aunque también necesitemos nuestros ratitos con nosotros mismos. Por ello, cuando por algún motivo la socialización y las relaciones humanas flojean toda la existencia parece tambalearse, necesitamos alguien que nos sirva de reflejo de lo que somos, que nos escuche, que nos valore, hasta que nos critique, pero alguien. La culpable es la soledad en sí, aunque a veces también en clara connivencia con quien no es capaz de disiparla.
ResponderEliminarUn saludo, María José
M. José, la soledad es buena cuando la elegimos, pero es muy dolorosa cuando es impuesta y no la deseas.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
La soledad no elegida es la peor de las enfermedades y sin duda la peor compañía. Gracias Pilar.
EliminarMaría José, como bien se ha dicho más arriba, la soledad es la peor compañía. Aunque como ha comentado Ángel, en ocasiones es bueno buscarla y disfrutar de ella. Lo malo es no vencerla cuando nos abraza y nos empuja a soluciones como la que toma tu protagonista.
ResponderEliminarUn relato bello, lleno de sentimientos. Me gusta esa repetición de la palabra "encontraron" al principio de cada párrafo.
Besos.
Gracias Javier!!!! Por tu comentario y leerme, a veces es necesaria la repetición para dar énfasis a la situación. Un abrazo.
EliminarMaría José, a mí me parece un relato magístral. Tan bien contado, dejando unas imágenes potentes y con un gran final, sin olvidar el título, que me parece muy bueno.
ResponderEliminarEn resumidas cuentas, de los que da gusto leer.
Enhorabuena.
Un beso.
Pablo
Muchísimas gracias por tus palabras. Me siento alargada y abrumada a la vez. Un abrazo enorme.
EliminarY tan culpable. Aunque, en ocasiones, seamos nosotros los que nos buscamos la soledad, por el motivo que sea y no permitamos que nos ayuden. Me ha gustado. Un saludo y suerte, María José.
ResponderEliminar¿Culpable la soledad? Culpable el protagonista de tu cuento que no ha sabido llenarla. No hay nada mejor que la soledad.
ResponderEliminarEnhorabuena por el micro. Saludos, María José
Había que buscar un culpable para ese final tan malo. Un abrazo.
EliminarLos humanos siempre buscamos culpables para todo lo que nos sucede. En este caso la soledad se muestra como culpable absoluta, lo que sí me gustaría saber es el por qué de esa soledad. Ahí se abren muchas posibilidades.
ResponderEliminarEnhorabuena, Mª José, me parece muy potente el micro.
Un beso.
Malu.