Dios ya no juega a los dados (Relatos cúbicos II)
El astrofísico observaba atónito por el telescopio. Su teoría de dividir las nebulosas en seis colores fundamentales había sido rechazada. Pero, ahora, parecía que las galaxias, lentamente, se estaban agrupando por color; como si Dios jugara...
Encontraron al científico completamente chiflado y carcajeando con un cubo rubik en la mano.
Encontraron al científico completamente chiflado y carcajeando con un cubo rubik en la mano.
Yo creo que tu científico chiflado es el más cuerdo de todos,Dios juega a los dados, lo que pasa es que en ocasiones se le caen de las manos y pasa lo que pasa...
ResponderEliminarOriginal relato, Jean.
Un abrazo,
La contundente realidad catastrófica que nos rodea demuestra que tu micro no es ficción, Dios anda a otras cosas, claro, intentando agrupar nebulosas de colores en un gran universo rubik entre las manos. el mundo, mientras tanto, manga por hombro.
ResponderEliminartu imaginación, Jean, no cabe duda, portentosa. Saludos.
Tal vez haya que esperar a que descubra el spinner. Igual con un centrifugado de giros se arreglan el universo y nuestras cabezas.
ResponderEliminarMuy bueno, Jean.
Abracicos.
El ser humano es esa especie curiosa que no para de hacerse preguntas, conocer las respuestas es su anhelo mayor, llegar a descifrar el sentido de todo. Cuando uno de sus representantes descubre lo que tanto se ha buscado, le parece tan inaudito que no puede evitar perder el norte. Saber que el universo, la creación entera, no es más que un capricho, un juego, que el intuido eje lógico en realidad no existe, hace que todo se tambalee.
ResponderEliminarUn relato genial y diferente, además de divertido. Un reto de creatividad que complementa a la anterior entrega de una serie que sentimos se termine
Un abrazo grande, Jean
Mientras a Dios no le dé por jugar a la petanca podemos estar tranquilos. Un divertido micro, Jean. Saludos
ResponderEliminarDios no juega a los dados, sólo con nosotros, sus cobayas.
ResponderEliminarSaludos desde el otro lado del Atlántico.
Por algún lado tengo escrito algo así como: Dios no juega a los dados, pero alguna partida al mus sí que se echa de vez en cuando. Y perdón por citarme a mí mismo.
ResponderEliminarLo anterior viene a colación de que ante nuestra ignorancia -supongo que incluso Einstein, enfrentado a los descomunales misterios de la vida se sentiría así-, muchas veces no nos queda a mano otra cosa que la ironía, porque la contrapartida es el fanatismo y, a mi entender, esa opción es mucho menos aconsejable.
En tu microcuento has reflejado uno de los peligros de los científicos y sabios que se obsesionan con el conocimiento y, prácticamente, no viven para otra cosa. Jorge Santayana escribió que la vida no se ha hecho para comprenderla sino para vivirla. No sé si tenía razón, pues lo cierto es que la ciencia siempre quiere llegar más lejos y, nuestro deseo secreto es el de convertirnos en dioses, lo cual no sé si es censurable, porque supongo que se vive mejor siendo dios que hombre, al menos eso es lo que se deduce al leer la Ilíada y la Odisea, por ejemplo.
Así que Dios ya no jugará a los dados, pero nosotros seguimos jugándonosla en ese asedio a los misterios últimos de la materia, a esa partícula de Dios, que se ha llamado al bosón de Higgs.
El relevo de tu científico chiflado jugando con el cubo de Rubik lo tomarán muchos otros, inventarán nuevas teorías, descubrirán nuevos misterios, y el final de esta historia no tenemos ni idea cuál va a ser.
Muy ingenioso e inspirador, como siempre, tu microcuento, y más este inserto en una magnífica, ¿trilogía?, de la que espero nuevas satisfacciones.
Mis aplausos, Jean, y un abrazo.
Sabias palabras las de Santayana, concuerdo con ellas. Además de tus apreciaciones, muchas gracias Enrique, un abrazo enorme para ti.
EliminarDe momento son las galaxias las que se agrupan por colores... ya nos llegará el turno a los humanos de movernos en bloque cuando vaya cambiando de cubo. Genial la imagen del científico riéndose que nos haces ver a los lectores.
ResponderEliminarMuy original tu relato, que enlaza con las combinaciones del relato cúbico I.
Un abrazo, Jean.
Jean, a veces los científicos tardan en aceptar nuevas teorías, mientras tanto el universo viaja a otro ritmo. El científico al final acaba creyéndose Dios, por haber acertado en su teoría.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos apretados.
Original, interesante, bien contado y muy bien resuelto. ¿Qué más se le puede pedir a un relato?
ResponderEliminarHas construido una historia colosal dándole la vuelta al famoso dicho de una manera magistral y dejando un micro de gran calidad. Enhorabuena Jean.
Un abrazo.
Esférico o redondo, más que cúbico, este relato, Jean. Todo cuadra, no obstante, a la perfección, apuntando además, sin decirlo, hacia ese lado mágico de la física y las matemáticas que tanta fascinación produce en quien se aventura en él.
ResponderEliminar¡Estupendo!
Un abrazo.
Bravísimo, Jean. Muy original, enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso grande.
Malu.
Todo el Universo en forma de cubo de Rubick y Dios jugando con él. Así nos va a los insignificantes seres humanos. El descubrimiento es de tal magnitud, que el científico pierde el oremus.
ResponderEliminarGenial micro de fantasía desbordante, Jean. Enhorabuena y un fuerte abrazo.
Mis queridos Javier, Manuel, Patricia, Ángel, Plácido, María Jesús, Enriques (ambos dos), M. Carme, Pilar, Antonio, Malu y Carmen, agradezco vuestras palabras y lamento estar un poco liado de tiempo para poder responder como corresponde. Gracias!
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