El imposible olvido
Años después, coincidieron en un funeral. Ella ocultaba en el bolso su orgullo y algunos sobres arrugados. “¿Sabes quién soy?”, preguntó cohibida. Él, dolido, contestó que no la recordaba, pero que aún conservaba la nota en la que le rogaba que la olvidara y que no le escribiera más cartas.
Este encuentro tiene sabor a resentimiento y a expectativas no cumplidas, o incluso a frustraciones implícitas que han lastrado lo que pudo ser en un nunca fue nada. Y nada peor que el sabor de lo que no sabe. Ni carne ni pescado, ni dulce ni salado. Amores vacíos, terrenos de nadie.
ResponderEliminarHay un montón de recovecos que recorrer en este jugoso relato que juega con tiempos pretéritos conjugados en un presente carente de futuro (el muerto lo atestigua y, también, la letra muerta arrugada entre las cartas.
Saludos, Mª José.
El orgullo, ese maldito sentimiento que paraliza, que coloca muros de resquemor para ocultar el sentir verdadero. Cuántas veces no se habrá arrepentido ella de lo que dijo. Cuánto habrá sufrido él con sus palabras. El error se hizo ley, pero ni uno ni otro se han olvidado, de ahí lo acertado del título, real, bello y doloroso para ambos. Eso de que el tiempo todo lo cura no es aplicable a todos los casos.
ResponderEliminarUna maraña de psicología y sentimientos muy bien expresados, que juegan en contra de los protagonistas, distanciados sin necesidad por unas palabras desafortunadas, no como las tuyas, que componen este hermoso texto.
Un abrazo grande, María José
Un habilidoso juego de cruce de mensajes equívocos.
EliminarPorque ni ella parece que quisiera en su día que realmente él le olvidara, ni él se olvidó de ella (pese a la petición expresa de ella), ni de hecho él la olvidó (aunque finja lo contrario), ni siquiera lo quiso o no del todo, pues cuando menos conservó los sobres... Pero es que ni siquiera era cierto que en el encuentro del funeral él no la recordara, pues que la reconoció...
Dolidos y tal vez despechados sí estaban los dos, pero no desmemoriados el uno del otro.A pesar tel tiempo transcurrido y las llamadas de ambos a las memorias, propia y ajena, para que les ayudaran.
María José, me ha gustado. Muy bien escrito tu micro.
Una historia que conjuga muy bien dos tiempos, un pasado que no ha podido ser olvidado y un presente lleno de dolor y resentimiento. Es un amor que se vio truncado sin llegar a ser y al que el orgullo le impidide una segunda oportunidad.
ResponderEliminarUn excelente micro muy bien contado, María José. Besos.
Muy bonito, María José. El orgullo no es buen consejero, muchas veces destroza las relaciones, pone una enorme barrera que evita que el sentimiento fluya con libertad. Es bueno tenerlo, pero siempre dentro de un límite. Me ha gustado mucho. Besos.
ResponderEliminarEste relato mezcla amor, resentimiento, remordimiento y sobre todo cobardía, porque, una vez muerto, entiendo que el marido, el corazón de ella apunta a su verdadero amor, ahora sin estorbos morales.
ResponderEliminarMe parece un relato con una gran idea de base desarrollada impecablemente. Enhorabuena María José.
Un abrazo.
Me ha gustado tu relato. Casi siempre el orgullo, al igual que las palabras, aunque en este caso no tengo claro si llegadas a leer por el otro, condicionan la vida y los recuerdos de sus protagonistas. Saludos y suerte, María José.
ResponderEliminarMe ha gustado este micro, María José. Un curioso duelo de olvidos: la que no olvida y el que finge que ha olvidado. Saludos
ResponderEliminarEs imposible olvidar según qué cosas y según qué sentimientos, sin duda, María José. Me ha gustado tu manera de tratar ese orgullo que sojuzga y paraliza. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buen micro el que propones, María José. Da qué pensar. Creo que el orgullo ha dejado paralizado al chico, quien se ha visto sorprendido por un encuentro inesperado. Aceptar que sabe quién hubiese sido, en mi opinión, una respuesta más natural. Quizá el dolor o el resentimiento le han llevado a tomar esa respuesta. La situación es realmente embarazosa y comprometida para ambos.
ResponderEliminarEl hecho de que ella lleve los sobres que él la escribió hace tiempo me hace pensar en que ella podría intuir que le encontraría, pero no sé si ese es un camino que pretendías dejar en el aire o es que ella llevaba siempre esas cartas consigo.
Un micro estupendo.