Náufragos del más allá
En los dos meses que llevo atrapado en esta maldita isla desierta, ya han aparecido flotando en la orilla veintisiete botellas con sus respectivos mensajes en el interior. Si echamos las cuentas, sale casi a una botella cada dos días. Los mensajes son explícitos: que vaya a rescatarlos, me escriben.
Escrito por José Manuel Dorrego Sáenz - Web
Nada menos que el gran José Manuel por aquí. Un placer leerte en todas partes, con ese humor creativo, negro y genial que siempre te acompaña, como genial es ese naúfrago protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, don Ángel. La verdad es ue la página me la recomendó un amigo y 50 palabras me parecen un número número muy redondo. Abrazo¡¡
EliminarUn naúfrago aislado, recibiendo mensajes que le reclaman un rescate imposible. Un micro muy ocurrente, que te arranca una sonrisa.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Jose Manuel.
Un saludo.
Gracias, Asun, efectivamente, rescates imposibles... Saludos¡¡¡
EliminarLa cosa se está poniendo negra y el mundo del revés, qué desperdicio, los náufragos requeridos para rescatar naufragados del sistema. La paradójica paradoja de un micro sensacional. Saludos, José Manuel
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. Y sí ¡¡Hay náufragos por todas partes!!. Saludo¡¡
EliminarJosé Manuel, bienvenido a 50palabras. No sé si me equivoco en mi interpretación. El relato me transmite que, hay demasiada gente aislada, en soledad, que pide que la rescate. El que recibe el mensaje está en la misma situación y se siente incapaz de salir de allí. Buena metáfora de una realidad cada vez más individualista.
ResponderEliminarMuy buen estreno. Enhorabuena.
Besos.
Gracias, Pilar, creo que yo no lo habría resumido mejor. Saludo¡¡
EliminarQué pesados. Si tienen tantas botellas y medios,... que se busquen la vida y dejen de incordiar. Cada naufrago es su isla y un barco... alguna día... en alguna... si hay suerte.
ResponderEliminarTiene que estar hartito.
No respetan ni el aislamiento, esa gente. Gracias por pasar, Luisa. Abrazo¡¡
EliminarLos que tendrían que rescatar, son los que piden ser rescatados. Aquel que aparentemente podría necesitar ayuda, es al que se la piden. Curiosa situación, donde las realidades se invierten. Donde... nunca se sabe, quién puede estar más necesitado de rescate. Las apariencias de felicidad e infelicidad, se confunden.
ResponderEliminarMuy bueno!
Muchas Gracias, Galilea, efectivamente es como pedirle dinero prestado a un tipo que están a punto de ahorcar, jé. Saludos¡¡¡
ResponderEliminarUn consejo: reutiliza las botellas. Otra opción es acudir a la otra isla: los náufragos que hay allí parecen desesperados. Un buen micro, José Manuel. Saludos
ResponderEliminarTanto literalmente como metafóricamente, es muy buen relato. Si sumas ambos estilos, resulta un:
ResponderEliminarMagnífico relato.
Bienvenido a esta familia cincuentista. Espero que te quedes mucho tiempo.
Un abrazo.
Siempre he tenido eso de los mensajes en botellas por poco menos que una quimera; supongo que por la fascinación que producen en su uso literario, sobre todo al ir asociadas a náufragos y otras gentes solitarias.
ResponderEliminarEn tu relato se goza con la magia de la situación que creas (de muchas interpretaciones) y, cómo no, con tu exquisita narración.
Saludos, José Manuel. Encantado también de leerte por aquí.
Náufrago al que le solicitan ayuda otros náufragos. Situación paradójica de soledad, incomunicación e individualismo del sistema en el que vivimos.
ResponderEliminarEstupendo micro, José Manuel. Bienvenido a esta familia. Un abrazo.
¡Enhorabuena!
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