Perdido en la trama
Apenas esbozado el planteamiento, el escritor se sintió vacío y abocado a un nudo gordiano. El presunto asesino, libre del corsé argumental, incubaba un creciente deseo de matar al padre. Pero el escritor reaccionó, justo a tiempo de desarmarlo. Ya en vena, se deshizo de él en un desenlace fatal.
A brazo partido consigue el escritor domeñar los deseos de libertad del personaje creado. Creas un conflicto de altura argumental que se libra en un campo de batalla tan particular como un micro de cincuenta y sales tan bien librado, que hubiera dado igual que el escritor ganara o perdiese. Aunque dado el caso de esta segunda posibilidad, no estoy seguro de su hubiese llegado hasta nosotros el relato. Enhorabuena, por el texto, y por haber sobrevivido a él, Javier. Saludos.
ResponderEliminarCada vez estoy más convencido de que los personajes que los escritores crean, aunque hijos suyos, tienen también una vida propia. El de tu protagonista le ha salido respondón, más que eso, posee una peligrosidad que no puede pasarse por alto. Por suerte, su padre-creador ha sido capaz de de dominarle a tiempo; en este sentido, él mismo es quien ha propiciado su propio final.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
A los personajes hay que atarles en corto, no dejar que se tomen demasiadas libertades.
ResponderEliminarMe ha gustado tu micro, Javier. Saludos
Me gusta mucho tu micro, Javier. Utilizas la metaliteratura para que vayamos siguiendo los pasos del quehacer del escritor. El protagonista cobra vida cuando su creador se enreda con el nudo de la trama y alberga intenciones parricidas. Se desmandan a veces los personajes, pero olvidan que el autor tiene la última palabra. Me ha recordado al diálogo que mantiene Unamuno con el protagonista de "Niebla".
ResponderEliminarUn micro original. Un abrazo.