Pinocho juega a la Ballena Azul
Tras esquivar los afiliados dientes, llegó al primer estómago en donde los jugos gástricos empezaron a corroer la madera.
Ser tragado por una ballena azul fue el último de sus cincuenta retos. No pudo compartirlo con Pepito Grillo, pues él terminó su juego entrando en una ciénaga plagada de batracios.
Ser tragado por una ballena azul fue el último de sus cincuenta retos. No pudo compartirlo con Pepito Grillo, pues él terminó su juego entrando en una ciénaga plagada de batracios.
Original propuesta para presentarnos con afilada perspectiva aspectos de una actualidad que invita a pensarla enferma de sí misma, envuelta como parece en un nihilismo deformante y trágico. El toque de negro humor resultante, si cabe, más corrosivo y funesto. Saludos, Perraka.
ResponderEliminarExcelente micro, Perraka, asociando el tétrico juego –por llamarlo de alguna manera– de la ballena azul y el cuento de Pinocho. ¡Pobre!
ResponderEliminarSaludos
Madre mía, algo tan impensable como "la ballena azul" llegando a los cuentos! (icono carita de horror)
ResponderEliminarCada uno con sus retos "personalizados".
En el micro, como en algunos tristes casos de la vida real, nadie se da cuenta del problema en los afectados. Deprimente.
Saludos.
Carme.
El terrible delito disfrazado de juego ha llegado al mundo de los cuentos infantiles. Pinocho y Pepito Grillo han sido víctimas de sus destructivos retos.
ResponderEliminarUn fenómeno actual que amenaza a nuestros menores. Un abrazo, Perraka.
¡Qué bien traído el juego de la ballena!
ResponderEliminarDuro relato con una cruda realidad que está azotando en los jóvenes.
Enhorabuena.
Un beso, Perraka.
Malu.