Secreto de familia
Nuestro pacharán siempre ha sido excelente; su receta, el secreto mejor guardado. Año tras año, la cosecha es insuperable.
Desconocen que, además de un buen anisado y endrinas recolectadas en octubre, contiene la esencia familiar morando bajo las espinas. Es el precio que, a cada generación, nos reclama la tierra.
Desconocen que, además de un buen anisado y endrinas recolectadas en octubre, contiene la esencia familiar morando bajo las espinas. Es el precio que, a cada generación, nos reclama la tierra.
Pilar, este "Secreto de familia" pienso que esconde algo más. Una buena receta, una buena cosecha, unas buenas endrinas, pero esa esencia familiar que mora bajo las espinas, me da mala espina. Ese precio que pagan, no sé si será voluntario, y quien es el encargado de llevarlo a cabo. ¿Quién debe morir, para continuar la tradición? y esa muerte ¿es voluntaria? Miedito me da averiguar todas esas respuestas, me tomaré una copa de pacharán para que se me pase este susto.
ResponderEliminarPilar, un relato con misterio y escrito con belleza y maestría. Al leerte nos dejas con ganas de saber más, de averiguar... seduces al lector. Cuando tu lado oscuro sale en tus letras es asombroso como nos sorprendes agradablemente, como nos has demostrado en otras ocasiones, y ocurre en esta también.
Muy bueno, felicidades, Pilar.
Besos y muchos.
Javier, este pacharán tiene el valor añadido de contener el ingrediente secreto que solo familia conoce y que la tierra les demanda si quieren obtener la mejor cosecha, aunque para ello deban pagar un altísimo precio.
EliminarAgradezco mucho tus palabras para mis letras.
Besos muy muy apretados.
Crónica negra, Pilar, una cosecha con muy buen abono. Digna de toda una larga trama, con un buen detective que indague sobre las virtudes de tan rico pacharán. Me he reido también, humor negro y del bueno. Bien conseguido. Abrazos.
ResponderEliminarCarmen, me alegro que te haya gustado. Un secreto de familia siempre resulta muy misterioso...
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
A la vista de tu relato, parece apropiado aplicar aquello de "polvo al polvo" y "cenizas a las cenizas". Todo acaba donde tiene que terminar, pero en este caso, con la virtud añadida del reciclaje y el aprovechamiento. Si el cuerpo de un familiar que se ha ido puede ser útil en forma de órganos para otras personas, o para estudiantes de medicina, por qué no aplicarle esta utilidad que apuntas, así todo queda en familia. Otra cosa sería que la muerte de estas personas emparentadas, utilizadas como abono secreto, no fuese natural, pero eso queda a la interpretación de cada uno, una de las virtudes de estas cincuenta palabras, aparte de los detalles sobre el proceso de la bebida, que se detallan en la segunda parte; la primera, está dedicada a ensalzarla como única, enlazada con el secreto al que alude el título.
ResponderEliminarUn relato bien construido en torno a algo oculto, un secreto clave, bien guardado y, como poco, inquietante.
Te mando un abrazo grande, Pilar
Ángel, esta familia mantiene oculto su secreto a cambio de una cosecha excelente. Falta saber como paga el precio que le reclama la tierra...
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos muy apretados, amigo.
Yo no veo tu micro como una crónica negra. Posiblemente me equivoque, pero mi visión es que tras una vida de trabajo dedicada a la elaboración del pacharán, los hombres y mujeres del caserío siguen aportando a la obtención del mejor licor abonado la tierra con sus cenizas.
ResponderEliminarComo siempre. Un gusto leerte, Pilar.
Besos.
Georges, me gusta tu interpretación romántica de mi relato, aunque creo que la realidad es un poco más negra.
EliminarMuchas gracias por tus cariñosas palabras.
Besos apretados.
Muy bien contado ese secreto, Pilar.
ResponderEliminarNos dejas el misterio enterrado bajo la tierra, y bajo las palabras, donde sabemos que cada generación ha de pagar un alto precio, pero, ¿quién y por qué método elegirán al sacrificado? Me encantan este tipo de enigmas que me hacen pensar en la posible solución.
¡Bien hecho, Pilar!
Un beso.
Pablo
Pablo, me parece que el secreto es inconfesable, solo te puedo decir que me alegro de no pertenecer a la familia...
EliminarMuchas gracias por dejarme tu comentario.
Besos apretados.
Pilar, el misterio que esconden esos árboles me tiene en ascuas. A ver si cuando pase el mes nos lo cuentas. Estaré a la espera, no te quepa la menor duda. Me ha gustado muchísimo. Un besito.
ResponderEliminarMaria José, cuanto me alegro que te haya gustado. Seguiré investigando...Jajaja
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
La elaboración de este exquisito pacharán tiene ocupada a la familia: el cultivo de las endrinas, la recolección en octubre, el anisado que se le agrega... Pero contiene un secreto muy bien guardado, encubierto bajo tierra. Y dejas que el lector imagine las decisiones, los ejecutores, las víctimas elegidas en cada ocasión y los modos más terribles de continuar esta tradición. Sugieres mucho más de lo que cuentas, Pilar. Y esa es una de las virtudes de un buen relato. Vuelves al lado oscuro -ya lo hiciste con el psicópata de los maniquíes en "Tras el cristal"- con una crónica negra impecable, de brillante composición.
ResponderEliminarTe felicito, amiga, y te deseo mucha suerte. Besos tan apretados como gustes.
Carmen, esta familia mantiene guardado el secreto generación tras generación. En él se basa su éxito. Me alegro de no pertenecer a la familia... por si acaso. Jajaja
EliminarTe agradezco mucho tu gran comentario y las hermosas palabras que le dedicas a mi relato.
Besos muy muy apretados, amiga.
Fíjate, Pilar, que a mí el texto me parece precioso y sugerente, pero no me decanto por el lado oscuro. El secreto de la familia sobre el pacharán es puro amor por la tierra. Cada generación entierra sus muertos bajos las espinas y de esta forma las plantas dan a sus frutos su especial esencia, que si es grata al paladar de los demás, al de la familia debe saber a pura memoria y tradición inveterada. Secreto familiar, pero secreto blanco, ¿o será que me gusta demasiado mirar las cosas tan amablemente?
ResponderEliminarUn besito apretao para ti, por ese micro con tanto sabor.
Pues va a ser que no, porque me he leído tus contestaciones. Cobra una dimensión, visto así, negra, sí, que le dan al pacharán y al relato, otra dimensión. Besitos-
EliminarManuel, qué bonita tu interpretación de mi micro, pero siento decirte que el secreto es negro y muy negro. Pero como bien sabes, caben muchas interpretaciones a un mismo relato y la tuya es preciosa. Me encanta. Ya sabes que soy más de interpretaciones blancas, pero esta vez ha vencido mi lado oscuro. Jajaja.
EliminarMuchísimas gracias por tan bello comentario.
Besos muy apretados,amigo.
Pues yo me decanto por lo oscuro y salvaje, por algún tributo que haya que saldar, con sangre, regularmente. Leer tu texto me ha hecho recordar, además, mi época en la mili, allá en Irún, donde probé alguna vez el pacharán. Y también un paseo por la isla de Ons, donde nos mostraron algunos endrinos. Casi mejor este último recuerdo ¿no? Me ha gustado, Pilar. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarJesús, me parece que no andas desencaminado, el secreto es muy negro y salvaje . jajaja.
EliminarMil gracias por pasar y dejarme tu comentario.
Besos apretados.
La esencia de la familia morando en las moradas endrinas, la sustancia de los muertos alimentando al arbusto espinado y éste el prestigio de los vivos. No sólo está impecablemente contado, es que el guión es excelente y el sabor y sensación el relato mejora cada vez que lo lees.
ResponderEliminarUn micro extraordinario, Pilar. A tu salud y enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Antonio, lo explicas de forma tan preciosa, que el secreto parece menos oscuro. Me parece que este secreto de familia corre peligro... jajaja.
EliminarMuchísimas gracias por dedicarme palabras tan hermosas que me han emocionado.
Besos muy apretados, amigo.
¡Vaya sorpresa, Pilar! Un micro terrorífico. No lo esperaba de ti. Magnífico. Sin embargo, me ha quitado las ganas de tomar pacharán.
ResponderEliminarSaludos
Plácido, siento haberte abierto puesto sobre la pista con mi secreto y que ya no te apetezca beber pacharán. Al menos, me alegro de haberte sorprendido...
EliminarMuchas gracias por dejarme tu valoración para mi micro.
Besos apretados.
Los grandes secretos en las grandes fortunas... Los pequeños detalles que pasan desapercibidos y que son fundamentales. Enhorabuena amiga. Grandes tus letras. Besitos
ResponderEliminarCarmen, esta familia basa su fortuna en el terrible secreto. A veces se nos descubren cosas, como esta, que nos hacen jugar un poco con la imaginación para ver las distintas posibilidades que se ocultan tras el secreto.
EliminarMuchas gracias por tan hermoso comentario, amiga.
Besos apretados.
Bueno, visto lo visto, habrá que decir aquello de "no hay mal que por bien no venga". Es una paradoja que un fruto que crece sobre la muerte sea fuente de vida para la familia. Han conseguido endulzar lo más amargo, aunque solo en apariencia, tal como se desprende de la frase final del relato. A partir de ahora, cuando vea e tono rojizo del pacharán que solemos tener en casa, me acordaré de ese "Secreto de familia" tan sugerente y misterioso que nos has dejado, Pilar. Felicidades y un beso.
ResponderEliminarAy, Juana, que no se enteren que he compartido con vosotros su secreto, si no, tengo los días contados. Jajaja
EliminarMuchas gracias por tus palabras para mi micro.
Besos apretados.
Lo que se llama "tener raíces"...
ResponderEliminar¡Quién sabe...!
Jajaja Rafa, muy buena deducción.
EliminarBesos
Esta receta esconde un misterio inquietante, quizás secretos oscuros de familia a través de años, quizás siglos, pienso que hasta algún crimen.
ResponderEliminarSuerte, Pilar
Besito virtual
Maria Jesús, me parece que andas muy bien encaminada en tus sospechas sobre cual es el secreto. Caliente, caliente...
EliminarMuchísimas gracias por tu visita y por tu comentario.
Besos apretados.
¡Ay las familias, cuántos secretos guardan! Escribió Tolstói, al comienzo de Ana Karenina: “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada”.
EliminarAsí que, a través de algo tan cotidiano como la elaboración de un pacharán, tocas uno de los temas más peliagudos de la vida, pues, de entrada, ya se sabe que la familia es algo que no podemos elegir, como los amigos, o la pareja, y que los conflictos que surgen en el seno de las familias suelen ser los más dolorosos, los que pueden marcar la vida entera de una persona, y como de muestra sirve un botón, puede leerse La carta al padre de Kafka, al respecto.
Así que en tu microcuento has esbozado muy bien, como en un lienzo, esos claroscuros, por un lado, la exitosa elaboración del pacharán cuyas cosechas son insuperables, lo que hace deducir que la familia gozará de una buena posición económica; y, por otro, lo oscuro, lo subterráneo, lo oculto bajo la tierra, los misterios mejor guardados, quizá el precio siniestro que es necesario pagar para alcanzar ese éxito económico que permite a los miembros de la familia llevar una vida holgada, pero que, a su vez, esconde iniquidades y crímenes.
Inquietante atmósfera la que has creado con tu historia, Pilar, mi enhorabuena y besos apretados.
Enrique, cómo me gustan tus comentarios, tan llenos de sabiduría y de los que siempre aprendo.
EliminarMe alegra ver que aunque no he podido desvelar muchos datos sobre este secreto de familia, se ha entendido y ha habido interpretaciones blancas y negras. Esto me hace muy feliz, ya que en 50palabras es muy difícil contar historias y que se comprendan.
Me has emocionado al leer tu comentario y ver lo bien que has valorado mi micro.
Besos muy apretados y llenos de cariño.
LO que está claro es que ese pacharán lleva una carga importante de sufrimiento y sacrificio (quizá en el sentido literal de la palabra) de esa familia. Un alto precio por el éxito de su cosecha. Has creado una atmósfera inquietante en pocas palabras. Enhorabuena; Pilar.
ResponderEliminarUn beso,
Asun, a veces un pequeño secreto esconde lo más grande.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Caramba Pilar, que negrura de relato. ¿Será cada año la necesidad de añadir el "ingrediente especial"? Espero que no!
ResponderEliminarIgualmente yo me cambiaría de familia, creo que no valoro ese nivel tan alto de sacrificio, jeje.
Un beso!
Carmen, me parece que en esta familia han aceptado muy bien el pacto con la tierra a pesar de lo espeluznante del precio.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Cuando alguien se dedica en cuerpo y alma a algo los buenos resultados llegan tarde o temprano. Esta familia parece dominar el arte de hacer un buen pacharán, haciendo además que el concepto"bebida espirituosa" obtenga en las bodegas familiares su más completa dimensión.
ResponderEliminarGran idea, Pilar, escrita magníficamente, como es natural en ti.
Un abrazo.
Enrique, cuanta razón tienes, este pacharán alimenta el "espíritu" con mayor intendidad...
EliminarMuchas gracias por tu buen comentario para mi micro.
Besos apretados.
Pues yo pienso como Manuel y Antonio. Que entierran a sus muertos y de ahí el secreto, el amor a la tierra. Para mí es muy difícil ir al lado oscuro, Pilar, ya lo sabes...
ResponderEliminarPero también es cierto que "morar debajo de las espinas" y "precio que hay que pagar" son pistas que van directos al negro... ja, ja, ja.
Muy bien contado, querida Pilar. Lo que no sé es si esta familia te va a perdonar que hayas revelado el secreto.
Un beso grande.
Malu.
Malu, nuestra tendencia es encontrar una interpretación romántica, que me encanta, pero esta vez todo parece indicar que es negra, negra... jajaja
EliminarEspero que no se enteren de mi desliz o de nada me va a valer no tener ningún parentesco. Jajaja
Muchas gracias, Malu, por tu comentario.
Besos apretados.