Sin nombre. Sin título
Tildándolo de mentiroso, ruin y enfermo, provocó en él los más negros de sus días.
Ese negro volvió a su favor, decidiendo enlutarse a sí mismo, quitándose la vida.
Ahora, él te sigue a ti. Te acosa. Su sombra te habla y te coacciona, siempre que piensas en su nombre.
Ese negro volvió a su favor, decidiendo enlutarse a sí mismo, quitándose la vida.
Ahora, él te sigue a ti. Te acosa. Su sombra te habla y te coacciona, siempre que piensas en su nombre.
Creo que el sentimiento de culpa está obrando su venganza sobre este asunto de flagrante acoso y halo trágico.
ResponderEliminarMucha tensión contenida en las cincuenta palabras correspondientes. Saludos, Nimrod
Tu historia, Nimrod, tiene un error de concepto: me parece a mí que los acosadores no tienen remordimientos, de la misma manera que carecen también de conciencia y ética. Saludos
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