3 de mayo
"¡Viva España!", grité clavándole mi navaja, ciego de odio. Mientras se desangraba murmuró en un quejido: “Maman”. Vi entonces que aquel soldado con uniforme francés era también un niño, apenas mayor que yo. Ahora, ante el pelotón, lloro por las dos madres que hoy perderán un hijo por su patria.
Manuel, aunque tu historia la planteas en la guerra de la Independencia, muy bien se puede amoldar a la realidad de todas las guerras, incluso a las actuales. Siempre los ejércitos se nutren de gente joven, muy joven, y muchísimas madres sufren por ello. Las "patrias" cobran altos precios por mantener su llamado "honor".
ResponderEliminarBuen relato, Manuel.
Un abrazo.
Cualquier guerra, cualquier frontera, cualquier cruzada no dejan de ser lo mismo: Una sinrazón que priva a gente inocente del bien más preciado que tenemos, que no es otro que vivir. Fuerte abrazo.
EliminarCuando inventemos el mundo al revés, los pelotones de fusilamiento se darán la vuelta y dispararán contra los que mandan a los jóvenes y a los niños a la guerra. La juventud es una bandera que solo debiera enarbolarse para enfrentar los sueños.
ResponderEliminarUn relato con fondo pacifista y con forma impecable. Saludos, Manuel
Totalmente de acuerdo. Ojalá en vez de dar un giro de 180º lo demos solo de 90 y simplemente desaparezcan los pelotones de fusilamiento. Un saludo.
EliminarLa patria, ese gran Neptuno devorador, exige sacrificios demasiado altos y valiosos. Se cree con derecho de morir por ella sólo por nacer en ella, encerrados en líneas imaginarias que llama fronteras.
ResponderEliminarBuen relato y buena reflexión, Manuel. Enhorabuena.
Un saludo.
Fronteras que solo existen en nuestra imaginación o pero aún, en la imaginación de los que mandan. Pero seguimos dibujándolas sin parar. Un saludo.
EliminarMuy bien descritos los desastres de la guerra. Todos sufren. Nadie gana.
ResponderEliminarSaludos, Manuel
Supongo que alguien se enriquecerá con ellas, es tan triste como eso. Un saludo.
EliminarUn tema muy triste, pero estupendamente narrado. Me ha encantado, Manuel. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias. La guerra es tan terrible que parece increíble que siempre estemos librando alguna en este mundo de locos, pero es así. Un abrazo.
EliminarDesgarrador micro, Manuel. A las madres de la guerra siempre les toca llorar..
ResponderEliminarUn beso.
A las madres, a los padres, a los hijos...y la pregunta es ¿porqué?. Un besote amiga.
EliminarTras los hechos históricos están las historias humanas, que igualan a los hombres allá de donde provengan, aunque estos episodios individuales, por no llamarlos tragedias, nunca se reflejen en los libros.
ResponderEliminarUn abrazo grande y de verano, Manuel
Afortunadamente genios como Goya supieron reflejarlo. En cada personaje de su cuadro hay una historia, una familia, una tragedia. Un fuerte abrazo Ángel
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