De cómo el Cielo se convirtió en un infierno
Los ángeles de la centralita no daban abasto. La humanidad entera pidiendo favores. Luzbel, elegido delegado sindical, solicitó una entrevista con el Patrón. Desde entonces, un prefijo 902 distribuye las oraciones:
Si quiere rezarle a la Virgen, pulse 1.
Si desea orar a Alá, pulse 2.
Y suena la musiquita...
Si quiere rezarle a la Virgen, pulse 1.
Si desea orar a Alá, pulse 2.
Y suena la musiquita...
Hay que adaptarse a cada momento, no queda más remedio. En unos tiempos convulsos y difíciles es lógico que la gente, movida por una cierta desesperación, pida y pida. El problema es que hasta las más altas instancias pueden verse sobrepasadas y al final, por efecto de eso que llaman globalización, todo se parece y se vulgariza, hasta el extremo que el Cielo se convierte en lo contrario.
ResponderEliminarMuy divertido y simpático, Pepe.
Un abrazo
Las nuevas tecnologías están bien, pero cuando se usan indebidamente, sustituyendo al hombre por la máquina, pueden ser un infierno. Un abrazo, Ángel.
EliminarAsí nos va. Informatizado el rezo, al cielo solo le falta registrarse en Twiter y y convertirse en viral en Youtube.
ResponderEliminarUna creación con mucha sorna y estilo. Saludos, Pepe.
Y al final acabaremos todos en "la nube". Un abrazo, Manuel.
EliminarMuy divertido!
ResponderEliminarEl tema es que tanta informática, no te libra del momento en el que te dejan "colgado del guindo", teléfono en mano escuchando una musiquita. Un poquitín tomadura de pelo llamarlo "atención al cliente"... Pena de Cielo pues 😉
Pues sí, dónde vas a comparar la atención de un ángel con la de una máquina? Un saludo, Galilea.
EliminarNo me extrañaría que allá arriba nos esperase algo de esto, ja, ja, ja... ¿Es que ya no quedan personas para atender teléfonos, hombre? Vamos, vamos... Muy agudo, Pepe. Genial. Un abrazo!
ResponderEliminarEsperemos que para entonces las cosas hayan cambiado, a mejor, claro. O también todas las criaturas celestiales serán virtuales? Un abrazo, María José.
EliminarHasta en el cielo se han montado una centralita para atender las peticiones. En esta nueva era informatizada ni lo sagrado merece respeto. Qué vulgar es tener que rezar con el teléfono en la oreja.
ResponderEliminarMuy divertido y original, Pepe. Un abrazo.
Muchas gracias por el comentario, Carmen. Un abrazo.
EliminarTambién en el cielo se hacen notar las consecuencias de la crisis global. Y es que los sueldos están caros. Lo importante es la rentabilidad. ¡A tomar p. c. la calidad de atención al cliente!
ResponderEliminar¡Es lo que hay!
Enhorabuena, Pepe. Me ha gustado mucho tu relato. Un abrazo.
Muchas gracias, Isidro, me alegro de que te guste. En este caso hasta el del Sindicato estaba en el ajo. Un abrazo.
Eliminar¡Cuidado con los teléfonos 902! Recomiendo que compréis una rueda de oración tibetana. Resulta más barata.
ResponderEliminarEnhorabuena por el micro, Pepe. Saludos
Pues sí, habrá que volver a métodos más artesanos, pero vigilando siempre la efectividad. Gracias, Plácido, un abrazo.
EliminarMuy original, Pepe. Ya veo a los ángeles despedidos llamando a la hora de la siesta para ofrecerte cambiar de compañía de telefonía móvil.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuando recibas estas llamadas pregúntales el nombre, son todos Gabriel, Rafael, Miguel, etc. antiguos arcángeles reconvertidos. Un abrazo, Asun.
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