Hambre de tiempo
Tenía, ante sí, unos meses de vida y la posibilidad de publicar con inmediatez. No lo dudó. Adelgazó una historia hasta reducirla a la mínima expresión. Lo logrado fue impagable: la sensación de permanencia en el tiempo que le brindaron aquellas cincuenta palabras, anidando de forma progresiva en otras mentes...
Un hermoso homenaje a esta página de cincuenta palabras. Aquí quedan las tuyas para que te recordemos, pero escribe más. Tu tarea no está acabada.
ResponderEliminarUn beso, Nuria.
Una hermosa huella imborrable ya en el tiempo virtual de letras de Cincuenta. Saludos, Nuria.
ResponderEliminarPrecioso resumen del paso por este rincón dedicado a las historias en chiquitito. Todo un homenaje. Un besito, Nuria.
ResponderEliminar¡Bravo, Nuria! Mejor no se puede contar una historia en chiquito.
ResponderEliminarBesos.
Malu.
No es nada fácil aligerar una historia larga hasta dejarla en su pura esencia. Si se logra, habrá merecido el esfuerzo y se habrá ganado el derecho de perdurar en el tiempo. Esta página está llena de buenas creaciones bien transmitidas, un pequeño milagro que sucede cada día y que todos disfrutamos.
ResponderEliminarUn saludo, Nuria
Desde lo más profundo de mi corazón, MIL GRACIAS a tod@s (Carmen, Manuel, María José, Malu y Ángel) por arropar mi texto con vuestras amables palabras.
ResponderEliminarUn inmenso abrazo que abarque a tod@s (incluído el artífice de este mini-mundo-de-ficción, Álex)
Nuria, que no me entere yo de que te quedas con hambre. Pasa por aquí cada mes y comparte con nosotros tu tiempo. Nosotros te daremos pedacitos del nuestro, pero la mesa tienes que ponerla tú. Ya la recogeremos los demás.
ResponderEliminarMuy bonito micro.
Abracicos de verano.
Hay que ver las dietas a las que se someten vuestras historias para adelgazarlas al mínimo. ¡Muy cierto!
ResponderEliminarTen por seguro que tu historia, como tantas otras que aquí se publican quedan impresas en esa mente fotográfica de sensaciones y emociones que nos provoca leerlas.
Desde luego, para escribir una novela, aparte de talento, hace falta tiempo y paciencia. Un microrrelato de cincuenta palabras se escribe más rápidamente. Sin embargo, muchas veces ocurre al que lo lee lo mismo que al que come el exquisito plato de un chef: le parece demasiado pequeño y se queda con hambre.
ResponderEliminarUn bello micro. Saludos, Nuria
Excelente carta de presentación, Nuria. Has puesto el dedo en la llaga, abordando el problema que nos afecta a todos los integrantes de esta página: la eterna falta de tiempo y el deseo de que nuestras palabras tengan cierta permanencia.
ResponderEliminarUn abrazo y hasta el próximo micro.
Con lamentable retraso, agradezco los últimos comentarios.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a tod@s (Patricia, Alejandro, Plácido y Asun) por vuestro tiempo, vuestra lectura, vuestras palabras.
Os incluyo, con los demás, entre los lazos de un inmenso abrazo.
¡Menuda joya, nena! Si es que eres grande hasta escribiendo en pequeño.
ResponderEliminarEl hallazgo se lo debo a Leire. Si no puedes pasar desapercibida, princesita, que tu escritura tiene tu bella marca.
Te esperamos en la Ed. con los brazos abiertos. Que si hay que posponer la navidad se pospone.
Un beso inmenso de los tuyos.
Gonzalo Ledesma
Perdona por usar apodo, ya sabes ;)
ResponderEliminarHola, Nuria.
EliminarMás vale tarde que nunca. Puñeteros retrasos. Pero repasando has aparecido tú. Los seres de luz te acompañan para que nos ilumines durante mucho tiempo, y nos deleites con tu textura exquisita a la hora de escribir. Abandona cuidados, el texto es un tren perdurable y de largo recorrido. Circula por raíles sólidos y se nos agarra al alma que no veas. Tus renglones hacen nido en nuestro asombro. Son la quintaesencia "cincuentista". Me vas a disculpar si vierto lágrimas de emoción, pero es que me has tocado la fibra de verdad, hasta lo más hondo de las emociones. Hasta donde uno es solo un sentir y ninguna otra cosa. Mi mayor muy enhorabuena. Y un beso inmenso.
Y yo sin enterarme...
ResponderEliminarGonzalo/Lalo (ya te vale) y Eduardo: Mil gracias por vuestras tardías pero sentidas y emotivas palabras... que me dejan a mí sin palabras.
Besos inmensos, tan inmensos como vuestros corazones.
Para corazón inmenso el tuyo, preciosa, que estás en todo. Qué ganas de tenerte de vuelta. ¡¡Te queremos!!
EliminarMuchos besos de los tuyos de parte de todos y todas.
Lalo o Gonzalo L. , tanto da que da lo mismo.
Por si lo lees, Nuria, un besazo.
EliminarLeire (y Lalo, y todos)
Esperamos tus besos inmensos, seguros de que leerás.
EliminarLeire y todos, guapísima
Qué amigos tiene Nuria. ¡Menuda envidia siento más sanota! "Hambre de tiempo" es, con diferencia, el 50 palabras más hermoso que he podido leer en mi vida.
EliminarSiempre contigo de verdad, guapísima.
EliminarLeire y amigos/os
Fuerza, nena, mucha fuerza!!!! Desde todos los sitios de parte de todos nosotros. Lo verás, sabemos que lo verás.
EliminarLalo y Leire y todos
Nuria: OLÉ, OLÉ y OLÉ. Una pasada de texto. Aplauso brutal para tus letras. Un saludo.
ResponderEliminarBuenas Nuria. Soy un entusiasta de los textos homenaje. El tuyo me parece fabuloso, con esa doble lectura tan lograda. Exquisito. Un beso respetuoso.
ResponderEliminarAterrizo muy tarde en tu micro, Nuria. Me consuela que no soy la única persona a quien le ha pasado por lo que veo. A veces, te llega un texto por redes... y en ese momento no puedes dedicarle unos minutos... y luego pasa lo que pasa, que te ves comentando meses después y pensando que es súper complicado que lean tu comentario.
ResponderEliminarDecirte que me parece un micro sublime. La interpretación literal de un tiempo vital limitado queda solapada brillantemente por la "metafórica", la que hace hincapié en una mayor cobertura temporal que sacie el hambre de escribir, de crear... En definitiva, tus cincuenta palabras son "bocatto di cardinale".
Saludos cordiales.
Leo
Se me hace raro comentar un micro de hace meses, pero lo he visto esta tarde en comentarios recientes, lo he leído y me ha impactado. Es buenísimo. Es redondo. Es completo. Es el micro de los micros. Ya anida en mi cabeza, Nuria.
ResponderEliminarUn saludo con admiración.