¡Nieguen ahora que la Tierra es plana! (Relatos cúbicos III)
Erno Rubik III, desde la Luna, contemplaba el nuevo planeta Tierra.
—Señor, es una gran obra de ingeniería, un planeta artificial cúbico, dividido en seis caras de colores continentes y cincuenta y cuatro cuadrados simulando países. Pero, ¿qué haremos cuando comiencen nuevamente las guerras? —preguntó un científico.
—Mover las piezas.
—Señor, es una gran obra de ingeniería, un planeta artificial cúbico, dividido en seis caras de colores continentes y cincuenta y cuatro cuadrados simulando países. Pero, ¿qué haremos cuando comiencen nuevamente las guerras? —preguntó un científico.
—Mover las piezas.
Si, va a ser mejor que alguien mueva las piezas desde fuera, porque los de dentro.
ResponderEliminarMuy imaginativo y ocurrente, me gustó.
Pero me asalta una pregunta: ¿esto es porque Dios jugaba o no a los dados?
Hola Luisa, pues de ahí viene todo, no?
EliminarMe alegro que te gustara. Un abrazo, un beso y una excelente semana.
Señor Durand, acaba usted de conquistar hasta el corazón de piedra del lector más exigente.La Humanidad esperaba una solución definitiva a sus conflictos y la acaba de encontrar en un micro genial de solo cincuenta palabras.
ResponderEliminarEnorme. Un abrazo.
Jajaja, gracias Manuel, sera de presupuesto elevado el poner en marcha la solución, pero bueno, ahí queda la teoría.
EliminarUn gran abrazo y muchas gracias por comentar.
Así que, al final, es verdad: el libre albedrío es una falacia inventada por unos constructores de cubos que mueven las piezas como a ellos les conviene. No sé si voy a poder reponerme del susto. Por si acaso, me voy a ir de vacaciones, antes de que cambien de color la cara de mi lado.
ResponderEliminarPor ni no volvemos a coincidir, ha sido un placer, Sr. Durand.
Besotes.
Pero antas de irse de vacaciones, quizás con el cambio quedas al lado del Caribe... Loquees yo, espero quedar fronterizo con Isla de Pascua, Tikal, Francia y Japón. Jajaja, un abrazo mi querida Paty Rich, y sin duda siempre coincidiremos.
EliminarEs muy bueno, imaginativo y original. Y me asalta una,duda ¿se puede elegir color?.
ResponderEliminarGracias María... Pues si, se puede elegir color... eso si antes de que se imponga la distopía mundial.
EliminarSaludos!
Jean, nadie va a negar ahora que le tierra es plana, y por supuesto que tú, tienes un ingenio inmenso. Eso de imaginar la tierra en forma de Cubo Rubik es genial. Todo es cuestión de mover las caras adecuadamente.
ResponderEliminarUn abrazo, Jean.
Hola Javier, gracias por tus palabras hacia mi, se agradecen junto con tu participación y lectura, que son siempre bienvenidas.
EliminarUn abrazo grande a la distancia y que tengas una muy buena semana.
Qué bonito y creativo. Muchos aplausos en verdad.
ResponderEliminarUn relato de Sci-Fi con un profundo espíritu reflexivo sobre el mal de la guerra que nos aqueja. ¡Enhorabuena Jean Durand!
Hola Alejandro, gracias por tu comentario. También lo veo como un relato ciencia ficción de los años 50, con un fondo distópico, estéril y aséptico, sin lugar para el amor intercolor... Un día de estos me pongo a escribir un cuento mas largo, jeje.
EliminarSaludos.
Jean, nunca dejas de sorprenderme con tu creatividad y tu originalidad. Tanto debate a través de la historia sobre si la Tierra es plana y tu lo has resuelto al cubo. Ja ja ja.
ResponderEliminarMuy original, no esperaba menos de ti.
Besos apretados, amigo.
Gracias Pilar, que honor para mi recibir tus cumplidos, muy muy agradecido, ya me siento inspirado para seguir escribiendo más.
EliminarUn gran abrazo y un beso para ti, que tenga una bonita semana junto a Javier.
Saludos.
El tema es que plana, redonda o cuadrada... volveremos de nuevo a las andadas. No hay arreglo...
ResponderEliminarMuy buen micro!
Pues si, las guerras siempre estarán, y la solución no es algo externo, sino interno.
EliminarMuchas gracias Galilea, un abrazo y un beso para ti.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste micro, tiene tantas posibilidades como el movimiento de las piezas.
ResponderEliminarMe ha resultado muy curioso.
Suerte y saludos desde el otro lado del Atlántico.
Muchas gracias María, si, son una billonada de combinaciones, jejeje...aunque con que sea el 0,0001% me conformo.
EliminarUn abrazo grande y la mejor de las semanas para ti MJ.
Espectacular la imagen que nos dejas con este colosal cubo. Yo lo imagino muy muy mezclado, aunque ya estoy viendo a algún loco con la terrible intención de ordenarlo en seis caras de diferente color.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Vaya eso seria interesante, que aparezca un dictador que quiera ordenar países a su pinta. De seguro sería un dictador de esos que tanto abundan hoy.
EliminarGracias por pasarte y comentar Enrique, son siempre apreciadas tus palabras.
Saludos.
Si se pueden mover las piezas, yo me pido que Venezuela, Estados Unidos y Corea del Norte estén en las antípodas o, más bien, al otro lado del cubo.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Jean
Ya creo que podríamos dejar a EEUU en cubo aparte, o en la luna que tanto se jactaron de conquistar, de seguro se solucionaría (temporalmente) muchos problemas.
EliminarGracias Plácido, un saludo y un abrazo.
Hola, Jean. Me has transportado a la adolescencia, época en la que el cubo era una prolongación de mi persona. Érase una muchacha a un cubo pegada o al revés. Además cogía unas velocidades... Ahora me pongo y no lo hago, seguro. Me han gustado mucho tus micros en modo trilogía. Un abrazo.
ResponderEliminarHola María, me imagino con tu walkman escuchando a Mecano, mientras que con tus jeans nevados y tu chasquilla araña resolvías el cubo de rubik en segundos... Oh que tiempos aquellos, jejeje...
EliminarMe alegro que te gustara María, un gran abrazo ochentero y que tengas una retro bonita semana
Aunque lo parezca desde el espacio, a Dios no le salió un mundo redondo. Demasiada inteligencia para un ser con tan corta madurez. Una tierra redonda repleta de cabezas cuadradas que se limitan a jugar con los colores.
ResponderEliminarEs un micro excelente. Jean, repleto de ingenio y con una mordaz crítica a la capacidad de resolución de aquello que nos destruye, o al menos así lo veo yo.
Me ha encantado.
Un fuerte abrazo.
Gracias por tus palabras Antonio, y si, la critica mordaz si va.
EliminarSaludos.
Yo nunca pasé de hacer una cara completa, pero me fascina el cubo y la gente que lo resuelve. Tú lo has resuelto con cum laude, Jean.
ResponderEliminarToda mi admiración, es un microcúbico genial.
Gracias Asun, aunque tarde, el agradecimiento siempre llega (mas rápido que la justicia creo).
EliminarSaludos!
Una gran solución para este planeta de locos. Cuando sus integrantes vuelvan a pasarse de la raya, solo hay que desorientarles para que no termine todo de la peor manera.
ResponderEliminarOriginal, simpático y un tanto provocador en el mejor sentido. Si es mejor para todos que el planeta sea cuadrado, así sea.
Un abrazo, Jean. Disculpa el retraso en comentar. Buen verano
Gracias Ángel, mis disculpas por mi mas aun tardía respuesta.
EliminarUn abrazo!
Saludos.
No sólo la Tierra es plana, además, y como demuestras en este tercer microcuento, lleno de ingenio e inventiva como los dos anteriores, hay que enmendarle la plana.
ResponderEliminarPero me temo que nuestro mundo de fanáticos, obtusos y codiciosos no tiene un Erno Rubik III que vele por él, y si lo tiene, no está en la luna, sino en alguna galaxia alejada muchos años luz de la nuestra y además, debe de desconocer las otras dimensiones, las supercuerdas, los agujeros de gusano, y todas esas posibilidades que los personajes de las novelas y películas de ciencia ficción utilizan para viajar en el tiempo y en el espacio, pues no se ve su mano por parte alguna.
La solución que ha encontrado el tal Erno en tu microcuento es ideal, con ese cubo que puede mover a voluntad, y volver majaras a esos perturbados que una y otra vez desearon conquistar el mundo.
Que por ejemplo, un nuevo Hitler conquista Polonia, pues se le da unas cuantas vueltas al cubo y, en un santiamén, Polonia aparece en Australia y donde estaba Polonia aparece Brasil, o quizá mejor que Alemania apareciese de la noche a la mañana en mitad del Pacífico. Y como esos desequilibrados no escarmientan a la primera, pues nada, al día siguiente Alemania aparece en la Antártida...
Lo que es indudable, amigo Jean, es que tú has movido de forma magistral las piezas. Enhorabuena, aplausos y un abrazo.
Hola Enrique, mis disculpas por lo tardío de la respuesta. Pues ahora viendo tu comentario, sin duda que ahora si serviría tener el planeta rubik. Mandamos esos dos (Trump y Kim) al desierto o la Antártida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Saludos.
Y con esto termino mi trilogía de relatos cúbicos que forman parte de la Trilogía de Relatos Geométricos (que incluye la trilogía de relatos circulares, la trilogía de relatos triangulares y la presente).
ResponderEliminarA ver si a futuro vuelvo a escribir otra triple trilogía, eso si espero demorarme menos.
Un abrazo a todos y saludos.