No es lo que parece
Yo voy a menudo a oírlos charlar, a mirarlos lamerse mutuamente durante horas, a dejarme penetrar por ellos hasta lo más profundo, a subirme sobre cada uno y ser llevado a los lugares más secretos del Caribe, solo oyendo un bongo, una trompeta un timbal, una tumbadora y una conga.
Ese estado en que te encuentras y que no es lo que parece está muy acertadamente recreado. Así es el éxtasis. Una experiencia grandiosa que, apoyada en los sentidos, trasciende lo sensorial y nos eleva a otro estado de percepción.
ResponderEliminarNo es cualquier sitio el que has elegido para transportarnos. Pura pasión musical.
Saludos, Juan.
Has descrito con tanto realismo la experiencia que me parece haber estado viviéndola.
ResponderEliminarSuerte y un saludo, Juan.
Vaya, le has puesto picante a estos tacos de relato de tu pasión por la música (algún genero tropical tal vez). Buena elección de metáforas para hacernos sentir que de verdad te encanta ese tipo de música.
ResponderEliminarLa música tiene un poder especial que transporta los cuerpos y las Almas. Te lleva, te cambia el humor, te eleva... ejerce de bálsamo.
ResponderEliminarFelicidades!
He interpretado que el prota escuchando la música de ciertos instrumentos se transporta al Caribe, con los delfines, quizá. Yo casi he viajado también al leer. Muy bonito, me ha encantado, Juan. Un abrazo.
ResponderEliminarEs lo que parece: pasión por la música caribeña. Un buen micro. Saludos, Juan
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