Reflejo
Nos miramos desde la cambiante lejanía. Haciendo los mismos gestos. Si respiro, inspira a la vez. Tengo que ganarle esta última carrera. Al sonar el disparo, miles de espejos se desplazan alargando el laberinto.
Cuando creo que he ganado, siento que he perdido. Sudorosas nos miramos. Alicia es mi reflejo.
Cuando creo que he ganado, siento que he perdido. Sudorosas nos miramos. Alicia es mi reflejo.
Esta distorsión recreada mediante la multiplicidad de los reflejos alcanza la dimensión onírica de lo irreal y crea una jugosa proyección donde la paradoja de la propia identidad se pierde en el laberinto de la introspección personal.
ResponderEliminarDeslumbrante, Carmen. Saludos.
Qué preciosidad de relato, Carmen. La imagen de los espejos alargando el laberinto es magistral y totalmente lewisiana, o como se diga, que ya me entiendes.
ResponderEliminarLe he pedido prestado el sombrero al sombrerero loco y tras una reverencia con él, te invito a una buena taza de té, y que se venga también tu reflejo.
Un beso.
Un juego de espejos perfecto; como los oscuros laberintos de la mente. Excelente como siempre, Carmen.
ResponderEliminarMe quedo sin palabras como siempre con tus relatos Carmen. No se que musa te inspira pero es maravillosa!
ResponderEliminarTorturada por su propio reflejo ahora le persiguen cientos de ellos. Breve pero intenso, da que pensar...
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. La identidad de la persona es un tema que me gusta tratar. A veces es muy difícil conocerse a sí mismo. Besos
ResponderEliminarUn juego onírico entre el yo y aquél que aparece en el espejo. La eterna competición entre la esencia y la apariencia en un cambiante laberinto de espejos al que llamamos sociedad. La dualidad humana potentemente reflejada en un extraordinario relato. Enhorabuena, Carmen.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encanta tu micro, Carmen. ¡Vaya historia has conseguido montar con los espejos, los reflejos y la aventura de la fantasía!
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos
Un micro para leer despacio, pues juegas con diferentes símbolos: la carrera, los espejos y el laberinto. La identidad de la protagonista se multiplica en numerosos reflejos y acaba aceptando que ha luchado consigo misma.
ResponderEliminarHermoso relato, Carmen. Un beso.
Fantásticas cincuenta palabras. Me ha sugerido más miedo del que parece. ¡No hay cosa más terrorífica que colocar un espejo delante de otro y verlos alargarse hasta el infinito!. Un saludo, Carmen.
ResponderEliminarEs difícil, sí, ganarse a uno mismo, pero hay que intentarlo. Un buen micro. Saludos, Carmen
ResponderEliminarCarmen, a veces lo más difícil es competir con uno mismo y las imágenes que nos muestras en tu micro resultan muy angustiosas para la protagonista.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Besos.
Hola, Carmen. Los espejos a veces nos devuelven imágenes que nos sorprenden, otras que nos agradan, al lado de tantas en que no nos gustamos demasiado. Es un relato sobre una supuesta simetría asimétrica y una dualidad poco dual. La imagen real y la del espejo parecen seguir diferentes derroteros. Me ha gustado mucho. Un beso.
ResponderEliminarBonito homenaje a Alicia a través del espejo.
ResponderEliminarAbrazos y suerte con las votaciones