Sur profundo
Hubo una cierta complicidad cuando te vi. Pisé tus piedras y me senté sobre ellas. Caminé hacia ti y dejé que acariciaras mis pies. Esperé y pensé. Mientras retrocedías para volver con más fuerza, dijiste: "Shhh". Callé y escuché. Me pedías guardar el secreto de lo que vivimos aquel día.
Aquí, donde tú estás, hay que entrar despacio, sin dejar palabras altisonantes para no interrumpir este maravilloso diálogo entre Él y tú... Profundo y bello, La Niña Pony.
ResponderEliminarNada como un día de verano frente al mar. Un micro muy sensorial y relajante. Que se lee solo.
ResponderEliminarUn saludo.
Como dice Raquel, muy sensorial. Lo vas viviendo a la vez que lo lo lees. Muy bonito, Niña Pony. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Manuel, Raquel y Maria José por sus bellos comentarios. Trato de escribir del corazón y el poder hacerlos sentir lo que yo sentí, me llena de alegría.
ResponderEliminarPrecioso diálogo con el mar, con elementos sensoriales y comunión con este elemento natural.
ResponderEliminarBello micro, Niña Pony. Un beso.
Las historias románticas siempre son de agradecer, y más si están escritas con la sensibilidad y ternura de ésta...¡Gracias!
ResponderEliminarTransmites a la perfección la sensación de romance secreto y lo embelleces al hacer el mar cómplice de este secreto.
ResponderEliminarPrecioso.
Un beso.
Me ha gustado la delicadeza del diálogo entre la persona y el mar personificado. Muy bello. ¿Me equivoco al pensar que no vives en un lugar de costa? Un saludo, Niña Pony.
ResponderEliminarUna bella historia de amor con el mar. El problema es que, si te adentras, puedes acabar ahogado. Saludos, Niña Pony
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