XXS
Asomarse al espejo y mantener los ojos abiertos no era fácil, llevaba desde temprana edad encerrada en el cuerpo equivocado.
Ante la maldita impotencia de chocar con ciertos cánones estéticos, no lo pensó; optó por la vía rápida, definitiva. Un mar turquesa se tragó sus temores. La devolvió sin ellos.
Ante la maldita impotencia de chocar con ciertos cánones estéticos, no lo pensó; optó por la vía rápida, definitiva. Un mar turquesa se tragó sus temores. La devolvió sin ellos.
MªJosé, cuentas una historia muy actual. Hay tantas chicas que no aceptan su físico por culpa de esos cánones estéticos. Y ello les lleva a tomar decisiones como la que tú cuentas en tu relato.
ResponderEliminarEl título está muy acertado, haciendo referencia a las tallas más pequeñas. Muy bien narrado. La frase del "mar turquesa" es muy buena.
Me ha gustado, enhorabuena.
Besos.
Muchas gracias, Javier. Un tema actual, sí. Esta sociedad nos va a matar con tanto exigirnos. Deberíamos colocarnos un filtro para ciertas informaciónes que recibimos del exterior y que nos dañan más que beneficiarnos. En particular, como tú bien apuntas, las nuevas generaciones. Muy buena tu interpretación del sentido del micro. Gracias de nuevo. Un besito.
ResponderEliminarYa el título es una etiqueta ajustada y severa sobre una tierna edad encerrada en un cuerpo equivocado (maravillosa presentación del personaje). La tiranía publicitaria sobre el canon estético produce desgarros tales como el que nos narras, donde con gran elegancia de estilo nos conduces al trágico final mecido por las olas.
ResponderEliminarSin duda, Mª José, relato XXL. Un beso.
Hola, Manuel. Me alegra muchísimo que te haya gustado. Como ocurre siempre con estas historias en pequeñito, he tratado de contar algo grande (de extensión) en el mínimo espacio. Unas veces resulta expresivo de lo que tratas de transmitir, otras veces no tanto. Ya te digo, si he conseguido que se capte mi planteamiento, me siento plena. Muchas gracias. Un besito.
ResponderEliminarHay tanto entre mi mirada y la que me devuelve el espejo.
ResponderEliminarGran texto
Ja, ja, ja... Muchas gracias, amiga. Yo creo que más de cuatro tenemos una pequeña disfunción visual. Un besito!
EliminarEsta sociedad parece abierta y flexible, pero es rígida y hasta déspota a veces, predomina lo visual, el mero envoltorio sobre lo que de verdad importa. Es comprensible lo que siente tu protagonista, señalada con el dedo o tratada como si fuese invisible, porque su organismo vino de serie con unas medidas fuera del estándar aceptado.
ResponderEliminarMucho me temo que ese mar se tragó sus temores y su existencia entera, esa que tanto le costaba vivir.
Un título original, que dice mucho con tan solo tres letras. Un micro que pone el dedo en la llaga.
Un abrazo, María José
Hola, Ángel. Es una lacra social, que se lleva vidas por delante. Yo he conocido casos, he tenido amigas pringadas hasta la bandera por culpa de este enemigo silencioso. Y cada vez será peor. Si no se entra en el 90- 60- 90 prefijado, hay poco por hacer. Muchas gracias. Un besito.
Eliminarfuerte denuncia, me gustó mucho tu texto!, gracias por hablar de los malditos canones estéticos, tengo una hija que lleva luchando con ello mas de 7 años. Lo peor ya pasó por suerte aunque siempre queda el resabio y ante alguna situación dificil que le toca, lo primero que hace es dejar de comer...
ResponderEliminarMuchas gracias, Sonia. Sí, los malditos cánones se podían ir a tomar viento. Cada uno es como es; todos tenemos nuestra gracia, no hace falta ser perfecto físicamente para que quieran a uno. Lo importante no es el envase sino el contenido. Mucho ánimo; me alegro que ya haya pasado lo gordo. Cuídala mucho y cuídate tú también. Un besito con todo mi cariño.
EliminarMaría José, Felicidades por tu micro.
ResponderEliminarDespués de lo que te han apuntado mis compañeros/as, a mí me apetece destacar la belleza de la escueta frase final. El mar tragando los temores que la protagonista no era capaz de digerir. Pero lo que estremece al lector es conocer el precio exorbitado de la operación.
Un cordial saludo!
Carmelo, te agradezco mucho tu visita. La frase final es dura pero necesaria, claro. Si no la hubiera puesto no sería "XXS". Un tema, en general, del que cuesta mucho hablar sin entristecer. Y lo peor del caso, que todo anda dentro del coco, del cerebro, que ve a su antojo. Muchas gracias. Besos.
EliminarBuenas noches Maria José. A mi me gusta mucho el título, y la imagen final tan serena y potente, como una ola turquesa en un mar en calma que se lleva los males y te deja en una paz quieta. Es triste, pero muy calmado el relato, juegas con ese contraste, y al fondo el océano entero.
ResponderEliminarUn saludo Maria José
Raquel, buenas noches. Muchas gracias por comentar. Es, como dices, un juego de contrastes. Escoger el mar no es fortuito, pues soy una enamorada de su duende, tanto cuando está en calma como cuando manifiesta su bravura. Un besito.
EliminarTratas un tema tan doloroso como actual, pero me encanta la forma en que lo haces. Me gusta mucho cómo escribes, María José.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Georges. Es una alegría enorme para mí que te guste. Si te he hecho pasar un cuarto de minuto agradable, ha merecido la pena escribirlo. Un abrazo, amigo.
EliminarLa etiqueta del título es la prisión en la que están encarceladas las mentes de muchos jóvenes, especialmente las chicas. Nuestra sociedad ha creado un canon de belleza tan rígido, que pocos cuerpos caben el él. Es paradójico que se vayan alcanzando mayores cotas de libertad femenina al tiempo que se impone un modelo para el cuerpo. La XXS es el burka occidental. Tu protagonista no encaja en el paradigma estético y decide que no merece la pena seguir viviendo. Es víctima de una epidemia social. La imagen última del mar turquesa suaviza el trágico final.
ResponderEliminarUn buen micro de denuncia social, María José. Un beso.
Carmen, llevas toda la razón. De hecho esa talla la hay en muchas tiendas. Es un horror el tamaño de ciertas prendas, que parecen no estar pensadas para que en ellas pueda entrar una persona. Ya desde pequeñitas... La muñeca Nancy tenía un tipo mono, pero llegó Barbie con sus piernas de alambre a revolucionar las jugueterías. Todo es una cadena... Un besito, preciosa. Y muchas gracias.
EliminarYa sin temores, y sin vida, sólo el espejo guardará para sí la carga de una existencia envenenada que no pudo sobrellevar.
ResponderEliminarDolor e impotencia para un desenlace trágico envuelto en un precioso azul turquesa y en un poético final.
Buen relato, María José.
Un abrazo.
Muchas gracias, Antonio. La pobre no pudo más y prefirió dejar de luchar. La imaginaba, a la vez que escribía, y casi se me escapa una lagrimilla. Un abrazo para ti, amigo. Nos vemos por aquí.
EliminarDoloroso, real y muy bien contado. Enhorabuena. Besitos
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Los nuevos tiempos han traído consigo todo esto. Una pena, pero es así. Besitos para ti, guapa.
ResponderEliminarYa lo decía Borges: Los espejos son abominables.
ResponderEliminarSaludos, María José
Mejor retirarlos de nuestros aposentos... Dejaremos el del baño, de muestra, ja, ja...
EliminarMuchas gracias, Plácido. Un abrazo!
Cuando hicieron la reforma en mi gimnasio, aumentaron los espejos, sobre todo en los vestuarios. Claro mensaje. Al chocarte con la imagen de tu cuerpo imperfecto, crecía el deseo de mejorarlo y así permanecías como cliente indefinidamente.
ResponderEliminarNo sé, pero lo he identificado con tu relato. Negocio, negocio...
Suerte María José,
Un besito virtual
Muchas gracias, María Jesús. Efectivamente, hay todo un despliegue de marketing en en torno al tema. A veces de modo solapado, sin que nos demos cuenta; pero incitan a este tipo de actitudes nada saludables si pasan de ciertos límites. Epidemia del siglo XXI. Un besito, guapa. Suerte.
EliminarMaría José, la moda de las tallas XXS ha hecho mucho daño, empujando a muchas adolescentes a las garras de los trastornos alimenticios o a la depresión, llevándoles hasta el terrible desenlace que aparece en tu micro.
ResponderEliminarLo has contado de una forma delicada y con un poético final. Enhorabuena.
Besos.
Hola, Pilar. Muchas gracias, guapa. Nunca pensé que una XXS daría para tanto. Me agradan mucho vuestros comentarios, todos cariñosos. Soy una persona muy de contacto, de un gesto, de una palabra... Eso me llena.
EliminarSobre el tema, sé que hay familias afectadas y me pongo en su lugar... Debe ser horrible. Me da pena. El culto al cuerpo nos pasa factura. Un besito y de nuevo, gracias.
Cuánto daño se puede hacer en aras de la perfección, sobre todo a los jóvenes, más vulnerables.
ResponderEliminarUn relato duro y real, Maria José, enhorabuena.
Asun, muchas gracias. La gente jovencita es la más afectada, pero también se dan casos en adultos. Nadie escapa a esta fiebre de estar bellos. Como he dicho en algún comentario, amigas mías lo han sufrido y no es sencillo salir de ese pozo. Una lucha diaria. Muy agradecida por tus palabras. Un besito!
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