Billete solo de ida
Se lanzó al abismo esperando encontrar ahí el más allá que arriba no conseguía. Dos alas se desplegaron sin querer en sus brazos y con sus piernas convertidas en ventosas alcanzó el fondo. Sólo se dio cuenta hasta entonces de esas habilidades; pero si quería regresar debía volver a nacer.
Nos cuentas la dura experiencia del protagonista que -en su intención de poner punto y final a su vida- descubre la solución justo en el instante de haber superado el punto de no retorno.
ResponderEliminarLa gravedad ya no permitirá ningún arrepentimiento a estas alturas; la adrenalina de la propia caída le da una perspectiva de la vida que nunca tuvo.
Tristemente -como cuentas-, es tarde. Quizá la enseñanza del micro pueda servir para dar un nuevo enfoque y esperanza a todos los que se dirimen en estas crudas tesituras. La sociedad necesita herramientas a este respecto y creo, Antonio, que tu micro pone su granito de arena.
Felicidades porque es un buen micro para la reflexión.
Enrique, nunca es tarde, el tiempo puede jugar un factor importante, la esperanza, el amor.... de lo que tanto falta en este mundo. Gracias por tu comentario. Antonio
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ResponderEliminarEl suicidio. Esa salida fatal que algunos consideran y en la mala hora toman; ese tren hacia el no retorno. Qué tristeza me causa pensar que tanta gente en el mundo sea llevada, por las circunstancias, por ellas mismas, hacia ese destino terrible. Le has agregado un toque de bella fantasía a la caída, esas alas para planear y amortiguarla. Bien contado Antonio
EliminarGracias Alejandro por tu comentario. Antonio
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