El cuento
Escuchaba el cuento que me narraba el maestro. Noté que una mano se posaba en mi entrepierna. Al levantar la mirada, vi su rostro congestionado y baboseante; mientras, con la otra mano, se presionaba la bragueta.
—¿Por eso le clavaste el lápiz en el ojo?
—Sólo por eso, señor juez.
—¿Por eso le clavaste el lápiz en el ojo?
—Sólo por eso, señor juez.
Podemos decir que no fue la mejor de las reacciones pero, frente a ese atentado contra la intimidad, aquel acosador supongo que sabría que no le esperaría una respuesta amable, lógicamente.
ResponderEliminarGran relato en forma de denuncia ante los casos de acosos e intimidaciones de la sociedad.
Felicidades, Isidro.
Un abrazo.
Las reacciones antes ciertos actos violentos o acosos, no son siempre medidas y menos aún con la mentalidad de niño/a. Difiero en lo de la "espera de respuesta", pues creo que muchos de los abusadores/pederastas, confían en la sumisión de sus víctimas. En este caso no fue así y utilizando el "arma" más cercana, el alumno reaccionó sin miramientos. Ya, su maestro, no le volvería a "mirar" igual.
EliminarTema muy serio, sin duda, Isidro. Estoy comprobando que dominas tanto la temática humorística como la de clara denuncia. Te doy la enhorabuena, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
En el fonfo es que yo soy muy serio. jejeje!
EliminarMuchas gracias por comentar, amiga Mariajo.
Un abrazo.
Con el cuento, el maestro se aprovechó. Se propasó violentando, entiendo que a un menor... Es asqueroso y el juez debe de entender. Olvidarse del puntazo en el ojo (ese es un regalito que se lleva puesto) y hacer justicia.
ResponderEliminarFelicidades por tu cincuenta, Isidro
Mucho cuento tenía el maestro.
EliminarMuy recurrente el cuento pues los hay que tienen mucho (más que Calleja, que se decía) otros que van con el cuento, unos que los leen, otros que los escuchan, muchos que le echan mucho y otros que los escribimos con mucho o poco éxito.
Gracias muchas, Galilea por tu comentario.
Saludos.
Isidro, yo a ese baboso maestro le hubiese clavado el lápiz en los mismísimos... y luego que pregunte el juez.
ResponderEliminarUn relato contundente. Solo espero que este juicio sea el del profesor, ya que sería el no va más que además estuviesen juzgando al chaval.
Buen relato, Isidro.
Un abrazo.
Yo también imagino que el o la joven (dejo la duda en el aire) sólo está testificando en el juicio del pederasta, pero también dejo en el aire la posibilidad de que el juicio se le abra al o a la joven, por su certera y escalofriante acción en "defensa propia".
EliminarMuchísimas gracias Javier por tu comentario.
Un fuerte abrazo.
Isidro, ese abuso por parte del profesor recibió su merecido. Alguien que se supone debe cuidar de los niños no puede aprovecharse de su situación de poder para abusar de ellos. La conducta es deleznable. Espero que el niño esté declarando ante el juez como testigo y no como acusado.
ResponderEliminarMuy buen micro de denuncia, Isidro. Enhorabuena.
Besos.
Como le he dicho a Javier (¿lo conoces?, jejeje), esperemos que sea interrogatorio al testigo, pues de lo contrario, es mejor que paren el mundo, porque yo me bajo.
EliminarMil gracias por comentar Pilar.
Abrazos para ti y para Javier.
Muchos pederastas se aprovechan de la autoridad que ejercen para abusar de los menores. Aquí se trata de un maestro, pero podría pertenecer a cualquier otra institución o al entorno familiar.
ResponderEliminarNo hay lenitivo posible. Que el juez entienda la reacción del alumno y condene al maestro.
Buen relato de denuncia, Isidro. Felices vacaciones y un fuerte abrazo.
Completamente de acuerdo contigo. Es de esperar que la Justicia entienda las reacciones humanas y obre en consecuencia.
EliminarMuchas gracias, Carmen.
Igualmente te deseo un feliz verano.
Besos.
Qué crudeza para abordar un tema por demás delicado. El abuso infantil o el acoso sexual en general. Un relato valiente y triste a la vez, que una infante deba llegar a esos niveles de violencia. En cualquier caso la pobre infante ha de requerir mucha ayuda sicológica por una u la otra cosa. Para el abusador la silla eléctrica o similar.
ResponderEliminarPara el abusador un "cuento eléctrico" que mediante descargas le corrija su mala conducta. Al estilo antiguo o de "La naranja mecánica" (Kubrick), jejeje
EliminarMuchas gracias, Alejandro, por comentar.
Un abrazo.
Seguro que el juez apreciaría las atenuantes de buena puntería y uso de arma artística. Total: un par de palmaditas en la cabeza y a casa.
ResponderEliminarBuena propuesta, ahijado.
Veo que tú ves el juicio al revés. Como he comentado antes, "todo es posible en estos tiempos" ya es sólo cuestión de seguir en el carrusell o decirle al dueño que lo pare que, "ya estoy mareado". jajajaj
EliminarMuchas gracias, padrino.
Un abrazo.
Si la práctica del ojo por tocamiento se hiciera viral, mucho eclesiástico tuerto adornaría los altares y otros muchos seglares verían con un solo ojo.
ResponderEliminarOh, gran Isidro, has declarado el tiempo de los cíclopes pervertidos.
Enhorabuena por este valiente y descarnado relato. Un abrazo.
Al final voy a pensar que Polifemo era también pederasta. jejeje!
EliminarMuy ingenioso tu comentario. Cómo siempre.
Mil gracias por comentar y un fuerte abrazaco.
Cambio de registro que demuestra tu maestría en todas las facetas. Y ahora le toca al juez pensar si el atenuante justifica los medios. Un ataque en defensa propia podría servir como veredicto.
ResponderEliminarMuy bien escrito, contado y culminado.
¡Bravo, Isidro!
Un abrazo, colega.
Pablo
Muchas gracias, Pablo, por tan gentil comentario. Da gusto tener amigos sevillanos como tú.
EliminarUn fuerte abrazo, tío grande.
A menudo, los cuentos terminan mal y es de agradecer que éste se haya cebado con el más fuerte.
ResponderEliminarContundente y mordaz, con crítica velada a la justicia, incluida.
Muy bueno, Isidro.
Un fuerte abrazo.
Es cierto que los cuentos a veces acaban mal para unos pero bien para otros (y viceversa, que diría o explicaría Rajoy)
EliminarEn este caso acabó mal para todos, pero queda un cierto regusto con sabor a venganza en caliente con el aliño de la defensa propia pero que nos hace pensar en un... ¡qué se joda el pederasta!
¡Vaya! Por una vez, un cuento que no acaba con todos felices comiendo perdices.
ResponderEliminarExcelente micro. Saludos, Isidro
El cuento tomó otros derroteros antes de llegar al final. Quizás, como si de fábula se tratara, alguien saque alguna moraleja.
EliminarGracias por tu comentario, Plácido.
un fuerte abrazo.
Relato para hacernos pensar, esos son los que me gustan (los otros también, claro). Curiosamente, hasta que he leído algunos comentarios previos preguntándose si estarían en un juicio contra el profesor, yo pensaba lo contrario, ¡y no me parecía extraño! También, no sé el porqué, veía la historia como sucedida en otro tiempo, cuando está más que claro que, lamentablemente, esas circunstancias se siguen produciendo. ¡Pues sí que da de sí tu texto! Suerte y saludos, Isidro.
ResponderEliminarAunque me gusta ser muy clarito en mis textos, reconozco que en este me dejé llevar por ciertas ambigUedades a sabiendas que es lo mismo que se trate de un juicio o de otro o bien que sea un joven o una joven, o sea más o menos joven. Al final caben todos los supuestos, tal y como la realidad nos lo viene demostrando.
EliminarMil gracias por tu gentil comentario y mil abrazos hasta tierras gallegas.
Muy bueno el golpe final. (lo del lápiz..).
ResponderEliminarUna historia breve, pero con mucha miga.
Suerte, amigo.
Jejeje, la verdad es que es un "golpe" doloroso con solo imaginarlo.
EliminarMuchas gracias por comentar Mª Jesús.
Un abrazo.
me quedo esperando la respuesta o la sentencia de su señoría, porque ya sabemos que la justicia es igual para todos, pero las sentencias no. Isidro, el relato es genial
ResponderEliminarunabrazo delos dos.
Esperemos la sentencia.
EliminarYo por esperar, ya me espero cualquier cosa. jejeje
Dos fuerte abrazos, queridos amigos y mil gracias por el comentario.
Espero que ese juez sea comprensivo y absuelva al joven. Una reacción muy natural e instintiva la suya (y se quedó cort@).
ResponderEliminarUn beso, Isidro.
Últimas noticias:
EliminarEl(la) menor, absuelt@
El maestro: Cumpliendo condena en una cárcel turca.
Jejeje! Muchas gracias, Asun.
Un fuerte abrazo, querida amiga.
"Solo por eso".
ResponderEliminarClaro, contundente, brutal.
Enhorabuena, Isidro.
Un beso grande.
Malu.
Muchas gracias, Malu
EliminarUn beso.
Ese "sólo" rotundo es demoledor. Insuperable, Isidro.
ResponderEliminarAunque diga la RAE que no es necesario acentuarlo, yo me niego. Es mucho más rotundo. jejeje!
EliminarMuchgas gracias, Patricia.
Un beso.