El Gran Gatsby
La madrugada arrugaba la carretera y adormecía los reflejos del conductor. El acompañante le preguntó si quería turnarse, dar una cabezada. Estaba dispuesto a relevar al volante a su jefe.
Repentinamente, el accidente. Entonces el conductor recordó la película de El Gran Gatsby: "Ahora tú dirás que eras quien conducía".
Repentinamente, el accidente. Entonces el conductor recordó la película de El Gran Gatsby: "Ahora tú dirás que eras quien conducía".
Ingenioso relato y lleno de ironia. Me ha gustado.
ResponderEliminarMuchas gracias, Iñaki.
EliminarPues pese a todo, el copiloto puede decir que sigue vivo. No sabemos el alcance de las lesiones pero sí que los dos han superado el accidente.
ResponderEliminarBajo esta perspectiva, el pobre copiloto podrá asumir mejor que su jefe le va a jugar una mala pasada "cediéndole" la culpabilidad de los hechos -con el consiguiente desembolso económico asociado, supongo-.
O esto o negarse a asumir algo que no le corresponde, más aún cuando se ofreció voluntario para relevarle por cansancio.
Sea como sea, por algún lado perderá. Un relato muy ingenioso e irónico.
Un abrazo, Francisco.
Estuve a punto de cambiar el título por el de otra película: Los santos inocentes. El significado es parecido. La vida de una persona bajo el yugo de otra, sea por amor, por obediencia o por otra circunstancia de poder.
ResponderEliminarLa cuestión de asumir la culpa de otro me pareció un buen tema para el relato.
Un abrazo, Iñaki.