El hombre menguante
Se levantó con media cabeza vacía. De hecho, se le caía hacia la izquierda. Se puso un collarín para mantenerla recta. En la oficina simuló dolor de cervicales y trabajó la mitad.
A su mujer le dijo la verdad. Ella rió y siguió recortándole la fotografía para el collage familiar.
A su mujer le dijo la verdad. Ella rió y siguió recortándole la fotografía para el collage familiar.
Carmen, original y muy buen relato este "hombre menguante". Esta especie de vudú que padece tu protagonista por parte de su mujer le va a llevar a la desaparición total, ni para el collage familiar va a quedar.
ResponderEliminarEl comienzo del relato me encanta, como describes esas sensaciones del protagonista y a las cuales él parece que no encuentra explicación. Y muy bueno eso de trabajar la mitad, ya que esta menguando de tamaño pues a reducir esfuerzos. Pienso que tal vez más que físicamente, este hombre menguante está siendo reducido mentalmente por su mujer, que poco a poco le quiere quitar protagonismo y dirigir su vida, es una interpretación que me ha venido ahora y que, a lo mejor, es totalmente errónea, pero que tu párrafo final me lo haces ver con la forma de reír y continuar con el proceso su mujer
El título de tu relato me ha recordado la película "El increíble hombre menguante" basada en el libro de Richard Matheson, donde también se buscaba demostrar la lucha ante la adversidad y como lograr sobrevivir ante ella.
Carmen, un relato muy bueno, que me ha gustado mucho y escrito de forma excelente. Y creo que va a causar mucho debate en los próximos comentarios, ya que detrás del mismo hay mucho en lo que pensar. Enhorabuena por tus letras.
Besos muchos.
Muchas gracias, Javier. A este hombre le mengua el interior de la cabeza, lo que le ocasiona serias dificultades físicas y, sobre todo, laborales: su cerebro funciona al cincuenta por ciento. Aunque disimula en la oficina, se sincera con su esposa. Lo malo es que no sabe que ella puede estar implicada en esta mutilación. Quizá no ha acabado de menguar. Recordé el título de la película y la novela que mencionas y me pareció apropiado para el relato, porque deja el final más abierto. Supongo que, al tratarse de un hecho fantástico, cada uno de vosotros podrá interpretarlo de un modo distinto. Al escribirlo, no he pretendido más que jugar con esta fantasía en un ambiente cotidiano.
EliminarHasta pronto, besos sonoros.
¡Toma ya!
ResponderEliminarFelicidades, Carmen
Muchas gracias, Luis. Felices vacaciones y un abrazo.
EliminarUy, Carmen. Me suena a una especie de vudú... Miedito da esa señora, tijeras en mano, jugando a los recortables. Yo corría hasta estar bien lejos de ella. Es la impresión que me ha dado, a lo mejor me equivoco. Tú ya me dices. En cualquier caso, tu micro es diferente, de esos que gusta interpretar y debatir. Estoy plenamente de acuerdo con Javier, va a generar muchas opiniones encontradas y a enriquecer la discusión en torno al sentido que tú, como autora, has querido darle. Me sorprendes siempre, amiguita; tu inventiva no conoce fronteras, je je.
ResponderEliminarUn besito. Me ha encantado...
María José, tu interpretación es correcta -habrá quien tenga otras- en la medida en que la mujer maneja a su antojo las tijeras con la fotografía del protagonista y él sufre los efectos de sus recortes. No sabemos si continuará elaborando este "collage" ni hasta dónde está dispuesta a llegar.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Felices vacaciones y un beso.
Este relato con cierto tinte surrealista toma forma de imagen de cuadro de Magritte o foto de Chema Madoz, por su poder de sugestión. En lo literario me lleva al Vizconde desmediado, por la similitud con el protagonista, así que me temo que como la esposa siga con sus prácticas se avecinan tiempos de tormenta en el seno familiar.
ResponderEliminarEsta incursión en lo fabuloso te ha quedado redonda, Carmen. Esa pluma tuya no conoce frontera de género. La libertad que te permites, es puro recreo para nosotros. Un beso.
La comparación del micro con artistas de la talla que has citado es todo un halago, Manuel. Aunque es cierto que hay elementos surrealistas, no creo que la narración alcance esa profundidad en el análisis del subconsciente. Lo que sí es cierto es que la historia no está acabada y al protagonista aún le queda por experimentar alguna que otra anomalía. Este mes he hecho una incursión en lo fantástico porque me gusta probar nuevos estilos, aunque ya sabes que tengo querencia por el poético. Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarMuchas gracias por tus generosas palabras y un beso.
Yo también lo veo como un ejercicio de surrealismo. Puedo equivocarme, pero a ella la considero más como una cronista fehaciente que como una causante de esas extrañas circunstancias. Me ha gustado, Carmen. Suerte y saludos.
ResponderEliminarEn cuanto al género del micro, acepto el surrealista y el fantástico. La acción principal no es realista en absoluto, aunque los personajes vivan en una realidad que nos resulta reconocible y cotidiana. La mujer puede ser mero testigo de lo que ocurre, ¿por qué no? Por ello se ríe de la historia tan absurda que le cuenta su marido.
EliminarMuchas gracias por comentar, Jesús. Un abrazo.
Me encanta ver tu faceta surrealista, Carmen. Eres buena en todos tus registros, por lo que te felicito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ya lo he mencionado antes, María Jesús. Esta vez me apetecía probar con un hecho insólito y ver cómo se podía desarrollar la acción. Me alegro de que te haya gustado el resultado.
EliminarGracias por comentar. Un fuerte abrazo.
Me ha encantado tu micro, Carmen, por su originalidad y esa carga de fantasía que le has metido, que además has culminado, como es habitual en ti, con una narración exquisita.
ResponderEliminarUn fuerte beso.
Pablo
Muchas gracias, Pablo. Me complace que te haya gustado el micro. Un poco de fantasía al comienzo de la acción y dejar que vaya evolucionando. Esa es la fórmula que he aplicado.
EliminarDisfruta de las vacaciones. Un fuerte beso.
Me ha encantado, Carmen. Me ha parecido un micro cargado de fantasía, subrealismo y comedia. Tres ingredientes que hacen que sea un micro súper creativo.
ResponderEliminarParece que la esposa tiene alguna relación con alguna actividad gurú y de magia negra. Quiero pensar que lo hace de forma inconsciente pero ¡por favor, que suelte las tijeras y no siga!
Enhorabuena de nuevo por el micro.
Un beso.
Ja,ja, Enrique. Veo que esta mujer ha desatado miedos ancestrales. Yo no lo había relacionado con la magia negra, pero me gusta esa posibilidad. Lo que sí hay es un cierto humor en esa cabeza medio vacía que se ladea. El surrealismo y la fantasía son, en efecto, los ingredientes principales.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Un beso.
Tu relato es tan original Carmen.
ResponderEliminarMe gusta esa frescura y naturalidad con que se cuenta, y me trae a la memoria "La Metaformosis" de Franz Kafka, en donde igual se relata esa insólita transformación de un hombre en cucaracha y como todo se va narrando con igual naturalidad y hasta un dejo de "normalidad", como si tal cosa le ha ocurrido o le ha de ocurrir a cualquier otro en algún momento.
Y con lo que me encantan las metáforas con respecto de la luna, ese título es ideal para mí.
Muchos aplausos por la originalidad.
Alejandro, gracias por tus palabras. La única similitud que encuentro entre mi humilde relato y la genial obra de Kafka es ese despertar en el que el protagonista ha experimentado una transformación. Por fortuna, aquí no es tan alienante, sigue siendo humano y aún le queda media cabeza para desenvolverse en la vida. En cuanto a lo de "menguante", no lo he titulado así por la luna, aunque me confieso una enamorada más de nuestro satélite.
EliminarUn abrazo.
Aplaudo tu modestia. Mi comentario por supuesto lleva sobredosis de subjetivismo, solo te comento algo que me viene a la memoria, mi cerebro sabrá mejor por qué relaciona una cosa con la otra; pero cada cosa en su lugar, y tu relato es sumamente original aunque me traiga a la memoria alguna obra leída. Y lo de menguante, pues igualmente, mi mente lo asoció a la luna instintivamente, con lo que me gusta "poemar" la luna. Un abrazo.
Eliminar(y ciertamente, a mí ni me paso por la mente el tema vudú que otros comentan, mi sobredosis de subjetivismo no quiso irse por esos rumbos)
Carmen, nos deleitas con un relato lleno de surrealismo, en el que al protagonista le va desapareciendo la cabeza por dentro. Aunque no sea tu idea al escribirlo, yo le veo un paralelísmo con las personas que sufren de Alzheimer, donde poco a poco sus recuerdos desaparecen y van perdiendo facultades hasta dejar de ser ellos mismos. El interior de su cabeza no desaparece, pero sí que mueren sus neuronas.
ResponderEliminarDesconozco si además su mujer tiene algo que ver en el problema, al recortar su fotografía. Eso sí, de forma totalmente inconsciente.
Me parece un relato muy original y está escrito con naturalidad y frescura.
Enhorabuena, por regalarnos un nuevo micro con la calidad de tus letras. El título muy acertado.
Besos apretados, amiga.
La pérdida de la memoria, tan grave en la enfermedad del Alzheimer, podría estar en el trasfondo de los síntomas que experimenta el protagonista. No había reparado en esta posibilidad. Es tu interpretación, que considero afortunada. Y, al hilo de lo que comentas, recuerdo unos versos de Machado acerca del español que bosteza y del que alguien se pregunta si tiene el estómago vacío: "El vacío es más bien en la cabeza." En cuanto a la naturalidad con la que habla el narrador, he querido que no se sorprendiera demasiado ante este hecho fantástico o absurdo, porque me habría llevado al terreno de lo fabuloso y no era mi intención entrar en él. Te agradezco muchísimo las palabras que me dedicas, Pilar. Me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarHasta pronto, amiga. Besos sonoros.
Ese hombre menguante de tu microcuento sería un símbolo de todos nosotros, pues todos somos seres menguantes, en un principio, en cuanto al tiempo que nos va quedando de vida, el cual empieza a disminuir desde que se juntan el óvulo y el espermatozoide. Además, a partir de algún momento de nuestra existencia van menguando nuestras capacidades físicas y psíquicas, y si tenemos la desgracia de que nos caiga encima una enfermedad ese mengüe– que quizá diría José Mota-, puede ser drástico y cruel.
ResponderEliminarEn el caso de tu personaje parece que hay una relación mágica entre las prácticas de su esposa y ese encogimiento cerebral y, quizás, y por seguir con Machado, es que la buena esposa ha detectado en su cónyuge ese vacío del mundo en la oquedad de su cabeza que don Antonio veía en el hombre del casino provinciano, y ha decidido acelerar ese proceso con sus hábiles recortes, lo que puede acabar con la cabeza del pobre marido totalmente hueca, lo cual no sé qué consecuencias tendrá para él.
Así que en tu historia has combinado muy bien lo irónico con lo fantástico y, aparte de dejar espacio para varias interpretaciones, lo que prevalece al final es el humor y la creatividad, armas a las que es bueno recurrir a menudo en este río de la vida cuyas aguas, a veces, son más turbulentas que las de la canción de Simón y Garfunkel.
Mis felicitaciones por tus buenas letras en todos los ámbitos donde aparezcan, y muchos abrazos estivales, aunque estos días, por la meseta, lo de estivales es un decir, ahora, eso sí, se duerme de vicio.
Tus comentarios son siempre exhaustivos y enriquecedores. La interpretación de la media cabeza que le falta al protagonista como símbolo de declive y del paso del tiempo me ha gustado muchísimo, pero más aún la machadiana idea del vacío del mundo.
EliminarYo también desconozco la suerte que correrá este hombre en las tijeras de su esposa, pero no le auguro nada bueno. Si fuera un hombre menguado, el proceso habría finalizado. Pero, al ser menguante -en participio presente- la acción aún sigue su curso.
Gracias por apreciar el humor con el que he intentado suavizar tamaño despropósito, Enrique.
Muy agradecida por tus generosas palabras. Yo también te envío abrazos estivales, más cálidos, desde el Mediterráneo.
-en participio presente-,*
EliminarMe ha encantado! Surrealista, fantástico, tremendamente curioso!
ResponderEliminarEl pobre hombre pierde facultades por momentos. El caso es que se lo cuenta a su mujer, que no ve un problema en que su marido no pueda manter la cabeza recta y que tampoco le funcione ya al 100%. Se la ve risueña y muy tranquila... sabiendo que es ella la que maneja las tijeras jejeje
Tiene tantas lecturas... Es genial!
Felicidades, Carmen!
Me alegra que el micro te haya hecho reír un poco, Galilea. Esta mujer no se asombra de nada. Es ella la que corta el bacalao en casa y el pobre marido sufre las consecuencias.
EliminarDoblemente agradecida por tus comentarios -es broma, nos pasa a todos cuando pinchamos y no cerramos rápido-, felices vacaciones y un beso.
Carmen, es un buen relato, pero ¿no te parece que deberíais considerar la igualdad de derechos de una vez para que el pobre hombre recupere la mitad q de su cerebro que según vosotras les falta o nos falta? Carmenesbroma, pero espero tu respuesta. Un Abrazo de los dos.
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja! José María, para una vez que un marido sale malparado, vamos a dejar a esta pérfida esposa con su tarea, para ver hasta dónde es capaz de llegar. Al fin y al cabo, la sangre del papel tiene color de tinta...
EliminarMuchas gracias por comentar. Abrazos estivales para los dos.
Son asombrosos los métodos que las mujeres pueden inventar para anular a los hombres y el de tu risueña y aparentemente inofensiva protagonista no es pavada. Jaja. Que nó, Carmen que esta interpretación no es en serio.
ResponderEliminarRealmente me encantó este micro tuyo. Me gusta todo lo que escribes, pero con éste, te pasaste. Visto lo genial que se te da el relato fantástico, me dejas con las ganas de leer muchos más de este tipo. Tenlo en cuenta.
Mi más calurosa enhorabuena.
Un abrazo.
Georges, entre unos y otros comentarios, me estoy planteando apuntarme a un cursillo acelerado de magia este verano. Pero, tranquilo, hay candidatos más poderosos con los que practicar.
EliminarQuizá escriba algún micro más de este estilo. Veo que a algunos os ha gustado y yo me lo he pasado muy bien al escribirlo. Sí tengo un relato más extenso, que quizá salga más adelante. Y hasta aquí puedo decir...
Muchas gracias por tus efusivas palabras. Un fuerte abrazo.
No te pido que me adelantes nada, pero sí que me avises cuando lo tengas pronto.
EliminarDe acuerdo, Georges. ¿Tienes cuenta en Twitter?
EliminarNo, Carmen, tampoco en Face. Sorry
EliminarTe haré señales de humo...
EliminarEstaré atento. Día y noche.
EliminarCarmen, si a un hombre le quitas la mitad de su cerebro, que de por sí no es muy grande, lo dejas convertido en nada.
ResponderEliminarUn micro fantástico, en todos los sentidos. Enhorabuena. Saludos
Pobrecito personaje. Veo que he sido mala con él, pero me he divertido un poco.
ResponderEliminarMuchas gracias, Plácido. Tu opinión es muy valiosa para mi. Felices vacaciones y un abrazo.
Este personaje es una verdadera tragedia. También tiene ironía, lo cual me gusta.
ResponderEliminarSe trata de divertirnos un poco, sin más.
EliminarGracias, Iñaki. Saludos.
Un micro que me gusta por lo descerebrado, y al tiempo por el talento con el que lo has expuesto.
ResponderEliminarGracias, Carmen
El adjetivo "descerebrado" no podría ser más pertinente. Ja, ja.
ResponderEliminarMuchas gracias, María Jesús. Un beso.
Me gusta este relato. Original, no recurre a los tópicos, bien narrado. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Beto, por tu apreciación.
EliminarUn abrazo.
Muy buen micro. Ese final que te deja pensando es increíble. Menuda mujer!! Aunque tampoco sabemos si ella sabe a ciencia cierta lo que ocurre con sus manualidades...
ResponderEliminarFelicidades!!!
Muchas gracias por pasarte a comentar. Quizá la elaboración del "collage" sea una actividad inocente...
ResponderEliminarFelices vacaciones y un beso.
Bueno, todo tiene sus ventajas.Posiblemente ahora tendrá menos quebraderos de cabeza, o quizás tenga más que nunca. Aunque me da un poco de penita este "hombre menguante".Igual le mando un frasco de "pegamente". Me encanta por lo imaginativo, surrealista y divertido, Carmen. Un beso.
ResponderEliminarSí que da un poco de pena este hombre menguante, Juana. Si puedes hacer algo por él, date prisa, que esas tijeras continúan recortando. Me alegra que te haya gustado.
EliminarMuchas gracias y un beso.
Fantástico micro que bautizaría como 'terror doméstico', con ese tajante collage entre viuda negra y hombre menguante. Desde luego, lo que no mengua es tu imaginación y tu capacidad para escribir excelentes relatos. Mi admiración, artista.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me gusta este nuevo género del terror doméstico, Antonio. Resulta sugerente para inventar más historias.
ResponderEliminarTe agradezco muchísimo tus palabras. Soy yo quien admira tus letras, querido paisano. Otro fuerte abrazo para ti.