Ella lo sabe
Aprovecha las madrugadas de insomnes pensamientos cuando acuden como campanillas o sonajeros con su ripio nocturno. Son voces que conoce, son palabras que no dice. Disipándose con el humo del penúltimo cigarrillo. Lo repite en primera persona. Y, en el duermevela del celado arrepentimiento, llegará el alba por la ventana.
Complejo relato, Carmen, donde las enigmáticas voces parecen recordarle algo acontecido que solo ella pena, que reconoce y calla con celado arrepentimiento. La noche quita los filtros a los pensamientos y levanta las alfombras. Nadie puede permanecer inmune a su propio espejo nocturno.
ResponderEliminarTe felicito, pues me parece ardua tarea dar forma a tan complejos sentimientos, a tan veladas pulsiones de nuestro ser más oscuro. Como el alba, tu micro arroja un rayo de luz sobre la cara oculta de la realidad. Un abrazo.
No nos hace falta saber lo que ella sabe para disfrutar de la belleza y de la tristeza que destila tu texto. Suerte y saludos, Carmen.
ResponderEliminarCarmen, qué lenguaje tan bello y poético. El relato es melodioso y expresa cómo la mente se desinhibe en los sueños; la fuerza del inconsciente rompe los moldes cuando nuestros pensamientos se aquietan. Podemos engañar a la gente pero nunca nos engañaremos a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn beso.
Carme, el mundo onírico es el más complejo de los mundos y, sin embargo, tú lo has reflejado a la perfección. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un pensamiento, un recuerdo tenaz regresa cada amanecer insomne a la mente de la protagonista. Algo de lo que se repite a sí misma la atormenta y solo el arrepentimiento la salva con las primeras luces del día.
ResponderEliminarLas horas de insomnio son proclives a la introspección, pero también es fácil magnificar o distorsionar la realidad.
Cualquiera que sea el pensamiento de tu personaje, lo cierto es que está contado de un modo poético y bello.
Enhorabuena, Carmen. Un beso.
Carmen, por las noches la culpa atormenta a tu protagonista y con su arrepentimiento llega el nuevo día.
ResponderEliminarBello micro lleno de incógnitas por despejar.
Besos.
A veces se duerme y se sueña con la felicidad, pero otras esa no llega y no duermes ni sueñas. Es un buen relato de barias lecturas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato
Saludos.
El duermevela es como los niños y los borrachos, siempre dice la verdad. La hora de la lucidez lo llamo yo.
ResponderEliminarUn abrazo.
El arrepentimiento, el más insomne de los castigos. Su patria es la madrugada y su himno el grito mudo de los remordimientos.¡Que bien retratado, Carmen!. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.