Entre sueños e irrealidades
Un día despertaba en Chicago, padre soltero de un adolescente que soñaba con ser astronauta. Al otro día despertaba en la primera colonia en Marte, ingeniero de sistemas de oxígeno, solterón empedernido. En las noches del siglo XXII, el hijo soñaba ser su padre en la Tierra del siglo XXI.
¡Bienvenido, Alejandro!
ResponderEliminarMe parece de una imaginación desbordante tu microrrelato. Se agradece que aparezcan propuestas de ciencia ficción y de calidad, como este micro.
Defines a la perfección esos despertares entre la irrealidad y los sueños.
Genial el título, a lo que yo doy mucha importancia.
Lo dicho: un excelente micro que le da frescura a nuestra comunidad.
Un abrazo.
Pablo.
Eres muy gentil Pablo.
EliminarPrimer intento, de otros por venir.
Ya iré afinando el lápiz conforme aprendo enormidades leyendo a los geniales escritores que ustedes tienen por aquí.
Fuerte abrazo a ti y a toda la comunidad de cincuentapalabras.com
¡Bienvenido, Alejandro! Tu propuesta es imaginativa y original. Savia nueva que es muy bien recibida por mi parte (y, seguro, por la del resto de la Familia Cincuentista). Te seguiré leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María José ;)
EliminarAbajo comento más sobre tu bienvenida!
Gran relato inicial. Será preludio de muchos...seguro.
ResponderEliminarBienvenido.
Gracias Rafael Domingo ;)
EliminarAbajo comento más sobre tu bienvenida!
Gracias por vuestros comentarios María José Viz y Rafael Domingo.
ResponderEliminarEsto de querer relatar una historia con multitud de aristas y recovecos, introducirla, ponerle trama y desenlace, tratar de esbozar sus escenarios, y en tan solo 50 palabras, es un reto mayúsculo.
Se asemeja, a mi parecer, al arte tan fino de expresar mucha belleza en un poema japonés de tan sólo 3 versos y 17 sílabas por ejemplo.
Viajes en el tiempo y el espacio a bordo de una imaginación sin fronteras ni fechas hacia el mejor de los sueños; viajar a la piel del propio padre.
ResponderEliminarUn buen relato tras una gran imaginación que promete.
Bienvenido, Alejandro.
Saludos.
Muchas gracias Antonio Bolant
Eliminardeja encuentro la fórmula para comprimir cien kilos de imaginación en 50 gramos de palabras y ya veremos que va saliendo... jeje....
Muy agradecido por tu lectura y comentario.
Hola, otra vez, Alejandro.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu micro. Has tratado de introducirnos en una época futura, sin perder de vista la actualidad. Del juego de esas dos premisas presente/devenir ha resultado un micro interesante, con un título acertado, como bien dice Pablo, y que te deja con ganas de seguir leyéndote en lo sucesivo. Bienvenido a esta tu nueva familia literaria.
Felicidades por tan brillante comienzo.
Un besito.
Ay que rico me que queda tu comentario
Eliminarse siente uno de verdad acogido en el seno
de una familia de "cincuentistas"
(como genialmente asevera María José Viz)
Gracias por adentrarte un poco en las aristas de este relato y entender esa conexión entre el Sci-Fi y los sentimientos, entre el futuro y pasado de un chico, que de noche se conecta tan intimamente con su padre fallecido, que sueña con ser él cuidando de su yo adolescente en un pasado que ha dejado atrás, con todo el sacrificio que eso conlleva, al aventurarse ante lo peligrosamente desconocido que debe significar ser pionero en un planeta hostil y poco explorado.
Por aquí andaremos, recortando las esquinas y reduciendo los ángulos de los relatos, que de 360 grados completos puedan quedar en 50 grados compactos, densos y finos.
Un fuerte abrazo!
Genial estreno, Alejandro! El micro es muy "tú"... Soñador, alma inquieta, con esas ganas de descubrir, aprender y perfeccionarse. Viajero estelar...! No podía faltar, esa mirada al Universo y sus planetas. Volar... y alcanzarlo todo. Presente, pasado y furturo. Ser su padre y vivir su tiempo y sus circunstancias... lo que haga falta! A tu micro y a ti... no se os puede poner puertas al campo! En cincuenta palabras, has abarcado tooodo lo abarcable. Sin límites...tu imaginación, no los conoce. Ni falta que hace!
ResponderEliminarEncantada de compartir letras también por aquí... entre sueños, realidades y lo que venga de esa mente inquieta que se te desborda.
Felicidades!
Ay @Galilea
ResponderEliminarEs maravilloso tu comentario, mil gracias.
Pues tú me conoces de relatos más largos y abundantes.
La técnica de comprimirlos al máximo pues es un proceso en el que me encuentro.
Nuevamente, mil gracias por tu visita y maravilloso comentario
un abrazo fuerte!
Bienvenido a Cincuenta Palabras, Alejandro. Ha quedado plasmado en tu micro que tienes una gran imaginación y mucho talento que dar.
ResponderEliminarLeyendo comentarios anteriores queda corroborado que no has pasado desapercibido y se vislumbra ese espíritu inquieto y soñador que refleja este "Entre sueños e irrealidades".
Muchísimas felicidades por este gran estreno y bienvenido, de nuevo, a 50 palabras.
Un abrazo.
Eres muy gentil Enrique Caño.
EliminarPues como le comento al resto de cincuentistas, el reto se me hace mayúsculo. Pero será un gusto seguir intentándolo y sobre todo aprendiendo muchísimo de las magníficas plumas que aquí he encontrado.
Un fuerte abrazo Enrique!
Alejandro, bienvenido a esta gran familia de 50palabras.
ResponderEliminarPor lo que leo has tenido un gran estreno con tu relato, en el que mezclas sueños, sentimientos e imaginación. Como tú has dicho en una de tus respuestas, y ambos sabemos bien, esto es como un poema japonés breve, donde el reto es encontrar las palabras precisas que expresen mucho en tan solo 50palabras. Hoy lo has conseguido.
Me alegro mucho que me hicieras caso y te hayas animado a compartir tus relatos con nosotros. Enhorabuena.
Besos.
Gran gusto es verte por aquí mi querida Sensei Pilar.
EliminarGracias por la bienvenida y por aquí andaré también dejando pedazos de imaginación, mis mundos imaginarios enteros, en cada relato cincuentista.
Fuerte abrazo!
Alejandro, lo primero darte la bienvenida a 50 palabras.
ResponderEliminarNos presentas un relato que vuela en el tiempo y que como bien titulas va entre sueños e irrealidades. Ser capaz de poder viajar en el tiempo y ser y soñar ser alguien. Pero al mismo tiempo añorar por ser el pasado en el futuro.
Buen estreno.
Un abrazo, Alejandro.
Muy atento Javier. Por aquí espero seguir contribuyendo con mis 50 granitos de arena cada vez que pueda.
EliminarViajes en el tiempo entre sueños y despertares, en busca del origen.
ResponderEliminarBuen estreno, Alejandro. Un abrazo.
Gracias Carmen. Muy atenta.
EliminarJuegas con la imaginación como una poderosa máquina del tiempo que nos puede llevar de época en época recreando nuestra propia existencia. Ser el propio padre de uno es sin duda, alterar los parámetros lineales del tiempo y concebir dimensiones alternas dentro de la estructura espacio-temporal del universo.
ResponderEliminarYa en tu comentario a mi relato dejaste constancia de tu amor por el género; ahora lo ratificas con una incursión espléndida, ambiciosa y bien trazada. Mi enhorabuena y mi bienvenida a la página como escritor. Una nueva estrella alumbra el cielo de Cincuenta. Un abrazo.
Eres en extremo atento mi estimado Manuel Bocanegra. Muchas gracias por tu bello comentario que me deja sin palabras. Agradezco primeramente que me recuerdes de mi comentario a tu relato de Sci-Fi. Maravilloso por cierto.
EliminarApenas estoy aprendiendo este delicado arte de sintetizar una historia hasta sus mínimas expresiones para ser un cincuentista. Pero prometo aplicarme y aprender mucho de vuestras excelsas plumas.
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Hola, Alejandro. Aunque ni sé ni entiendo gran cosa de ciencia ficción, lo que sí sé es que tu relato está muy bien escrito y nos permite disfrutar de lo que nos cuentas,a pesar de que su argumento, al menos para mí, nos pueda causar algo de miedito, por si esa irrealidad pudiese acabar tornándose en realidad. Me ha gustado. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarGracias Jesús. Sabes, de Sci-Fi finalmente, este relato tiene poco, apenas dando un pasito adelante en un siglo XXII en donde es casi seguro tendremos ya un pie en Marte (todas las incursiones científicas presentes así lo vislumbran). Por lo demás es más un relato de un hombre con sueños recurrentes, y ese sueño es en gran medida en honor al recuerdo de su padre que lo crió sólo. Su conexión mientras el crecía habrá sido tan intensa que eso ocasiona estos sueños recurrentes. Pero bueno, de psicología poco sé, imagino que un psicólogo podría ahondar en esto mucho mejor. Un abrazo.
Eliminarme encanta la fantasía del personaje, similar a la del autor. Un relato ingenioso y bien construido.
ResponderEliminarUn abrazo de los dos
Gracias Jose María Garrido.
EliminarEn un relato largo la incognita permanecería a lo largo de toda la trama y el lector simpatizaría o más con el padre o con el hijo, queriendo que uno o el otro sea el verdadero, y luego al final, la alegría o el desencanto de que el personaje genuino siempre fue el hijo en siglo XXII.
Un abrazo cordial!
Nadie se conforma con su suerte, ni siquiera los marcianos. Buen juego espaciotemporal, Alejandro. Saludos
ResponderEliminarGracias por tu lectura y comentario Plácido Romero. Saludos.
EliminarMe gustan los relatos fantásticos. Y éste tiene mucha imaginación. Y el hilo conductor está muy bien llevado.
ResponderEliminarFantasía desbordante en este relato, Alejandro.
ResponderEliminarMe lo he pasado muy bien imaginándolo.
Suerte y un saludo
Buen relato. Describes de una forma muy original el conflicto que sufre el protagonista. Enhorabuena.
ResponderEliminarSi la vida ya es bastante compleja en su discurrir lineal del tiempo, me imagino lo que debe de ser una vida donde todo se trastoca de un día para otro, donde uno es una persona un día y otra persona otro día, donde de pronto se está viviendo en un siglo para después vivir en otro, como suele decirse, sería para volverse uno loco.
ResponderEliminarPor suerte, eso no supone ninguno trastorno para la imaginación, para los sueños, que pueden ser todo lo disparatados que quieran sin que eso afecte a nuestro equilibrio mental, al menos, al de algunos, porque sí que hay muchos que acaban perdiéndose en sus delirios y cuando estos son sangrientos pueden ocasionar terribles crueldades y matanzas.
Pero sin salirnos de la imaginación, lo que nos revelan todas esas posibilidades es lo endeble que es el cañamazo con el que están hechas nuestras vidas; cómo, en definitiva, somos hijos de nuestro tiempo, de nuestras circunstancias, y si esto cambiase, nosotros también cambiaríamos, pues el yo no es una escultura de granito en la que nos encarnamos cada día al despertarnos, sino una plastilina manoseada por todo y por todos, incluidos nosotros mismos.
Así que en tu microcuento has reflejado muy bien, en tan solo cincuenta palabras, todas esas perplejidades y paradojas, todos esos misterios que parecen agrandarse contra más sabemos del universo y de la vida.
Enhorabuena, Alejandro, un abrazo.