Hambre emocional
Ira: adrenalina, cortisol y un buen cuchillo hace que obtengas la mejor carne.
Alegría: satisfacción por obtener los mejores ingredientes.
Paz: tres respiraciones al cocinar, trocear la carne y sonreír con ella, luego agregar sal y pimienta al gusto.
Miedo: escuchar en mis sueños lamentos que salen de la cacerola.
Alegría: satisfacción por obtener los mejores ingredientes.
Paz: tres respiraciones al cocinar, trocear la carne y sonreír con ella, luego agregar sal y pimienta al gusto.
Miedo: escuchar en mis sueños lamentos que salen de la cacerola.
Una forma muy original de cocinar emociones; la ira, la alegría, la paz y el miedo ofrecen un menú verdaderamente apasionante. Sin duda, el viaje parece ser inolvidable y para chuparse los dedos; delicioso.
ResponderEliminarEsos cuatro ingredientes -cada uno en su justa medida- harán un manjar al gusto de cualquiera.
Mil felicitaciones al chef por semejante micro.
Un abrazo, Ricardo.
Gracias por degustar esta lectura.
EliminarEsos lamentos que salen de la cacerola es lo que más llama mi atención. Casi como si fuera descrito desde la perspectiva de un vegano o vegetariano, que hasta donde entiendo, en su esencia, su conciencia no les permite comer nada que sufra al matarlo (quizás mi elección de palabras no es la más correcta para describir ese sentimiento que me parece que tienen en su esencia). Muy original y entretenido tu relato, seguro que sí. Felicidades Ricardo.
ResponderEliminarGracias Alejandro por dar lectura.
EliminarRicardo, eso es lo que en muchas ocasiones falta en nuestra vida, condimentarla más con emociones que lleguen al corazón y hagan sentir.
ResponderEliminarBuena receta, bien expresada, me ha gustado.
Un abrazo, Ricardo.
Gracias por siempre condimentar siempre los micros con tu lectura y comentarios.
Eliminar