La chica de los pájaros
La chica de los pájaros. Así la llamaba Clemente cuando la veía entrar por la puerta de la piscina climatizada.
Los tatuajes que le granjearon ese apelativo fueron de gran utilidad cuando, creyéndose tal vez ave, se lanzó decidida al vacío desde la azotea del edificio más alto de Madrid.
Los tatuajes que le granjearon ese apelativo fueron de gran utilidad cuando, creyéndose tal vez ave, se lanzó decidida al vacío desde la azotea del edificio más alto de Madrid.
Impactante micro, Amelia. Aquella chica creía tener el don de las aves; lástima que cuando descubrió no tener dicho poder fue tarde.
ResponderEliminarUn micro duro y conmovedor que da escalofríos; Clemente y su familia la echarán de menos, estas cosas no siempre se pueden prever.
Felicidades, Amelia.
Besos
Muchas gracias. Quizás quiso volar y no supo cómo desplegar las alas.
ResponderEliminarSiempre opino que hay que ser muy valiente para tomar la decisión de quitarse la vida. Tal vez la chica de los pájaros murió feliz creyéndose uno de ellos.
ResponderEliminarBuen relato, Amelia.