Memoria
Hemos llegado otra vez al lugar donde comenzamos y tengo miedo de no poder resistir hasta el final. No sé hasta cuándo pueda aguantar que me sigas olvidando. Te amo y no puedo evitar una lágrima cada que me preguntas quién soy. Yo también me voy perdiendo en tu alzhéimer.
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ResponderEliminarLa triste realidad de los enfermos de alzheimer, quizás tan dura para los pacientes como para sus seres queridos, quizás un poco más para estos últimos. Cuánta entereza, paciencia y amor es necesaria para sobrellevar esto con un ser amado que se ha perdido en los laberintos de tan difícil dolencia. Reflejas muy bien ese dolor en tu micro Andrés. Felicidades.
EliminarQué micro tan duro, Andrés, pero, a la vez, tan real. Tiene que ser bastante doloroso ver cómo un ser querido va olvidando todo lo de su alrededor. Sin duda, los familiares llevan una carga psicológica tremenda al cuidar a los suyos; se olvidan del nombre, la cara, el afecto...¡todo!
ResponderEliminarEste micro creo que aporta un granito importante de arena para destacar -no sólo a las personas con alzhéimer- sino a los que cuidan día y noche de ellos.
Felicidades.
Un abrazo.
Ohhhhhhh, precioso. Quienes lo hemos vivido sabemos cómo te pierdes en la maldita enfermedad. Me ha emocionado. Un abrazo grande.
ResponderEliminarAndres has escrito un relato que se siente, que me ha llegado al corazón. has escrito y descrito con una gran sensibilidad ese proceso del olvido que va consumiendo a las personas enfermas de Alzheimer. Ese no poder aguantar que me sigas olvidando, ese preguntar quien soy, expresan tanto. Los cuidadores de estos enfermos merecen un monumento también , ya que muchas veces pese al amor y cariño entregado solo reciben el olvido. Pero hay que pensar que ese enfermo solo necesita eso amor y cariño, y en ocasiones solo una sonrisa lo compensa todo.
ResponderEliminarMe ha gustado, Andres.
Un abrazo.
¿Es posible volver a enamorarse dentro del olvido? Las respuestas, a veces, se encuentran en callejones oscuros.
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