Negociador
Intenté razonar con aquel suicida, pero era inútil: parecía firmemente decidido a lanzarse de la azotea del edificio. Repasé todas las instrucciones del manual: establecer contacto visual, hablarle con voz suave, recordarle a su familia. Pero nada daba resultado.
Nunca me he distinguido por mi paciencia: terminé empujándole con fuerza.
Nunca me he distinguido por mi paciencia: terminé empujándole con fuerza.
Parece que aquel negociador es de sangre caliente y, esa impaciencia, dio al traste con todo el trabajo anterior. Con razón dicen que la paciencia es la madre de la ciencia.
ResponderEliminarTrágico final para los dos protagonistas del micro.
Un abrazo, Daniel.
Daniel, este negociador tiene poco futuro, si le falta la paciencia. Ja ja ja.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
Muy bueno Pilar!!!! jajajaja
EliminarAl negociador le falta una cualidad importante para su profesión, la de la paciencia. Pero a ti no te ha faltado el humor para contarnos esta trágica historia.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Daniel. Un fuerte abrazo.
Daniel, este negociador necesita templar sus nervios. Como han comentado antes la paciencia es fundamental.
ResponderEliminarUn relato que sorprende agradablemente por su inesperado final. Enhorabuena.
Un abrazo, Daniel.
Todos coincidimos en la falta de cualidades del Negociador para ser negociador, que te sobran para microrelatar. Saludos.
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