Supervivencia
Desde que la ola de calor arrasó el pueblo familias enteras han abandonado sus casas y han tomado al asalto el centro comercial, solicitando asilo climático.
Ya no cabe nadie más en la sección de colchones a la hora de la siesta.
El señor alcalde la ha declarado zona catastrófica.
Ya no cabe nadie más en la sección de colchones a la hora de la siesta.
El señor alcalde la ha declarado zona catastrófica.
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ResponderEliminarAsun, simpático relato, me imagino a la hora de la siesta la sección de colchones abarrotada. Muy bueno eso del asilo climático, más de uno lo vamos a pedir. Yo cuando voy al supermercado me quedaría allí, no saldría pensando el calor que espera fuera.
EliminarMe ha gustado tu relato, Asun.
Besos y привет
Muchas gracias, Javier. Me alegro de que te haya divertido.
EliminarTe comunico que ya no solo la sección de colchones está abarrotada, también la de los televisores a la hora del fútbol.
Un beso.
Cada tiene que buscarse la vida, o el descanso, como puede. En otro áspecto, tu texto,además, me lleva recordar que, hace años, una nave comercial (si se dice así) se había hundido por el exceso de gente deseosa de comprar no recuerdo si colchones o muebles ofertados o lo que fuera. Y que decir de esas personas que compran un colchón por correo... Y de como quedarán esos colchones con semejante uso ¿Quién los iba a comprar luego? Y, los de la tienda,¿apagarán la luz y pondrán también musiquita suave? Esta situación que nos muestras da para hacerse preguntas, aunque sean desde el humor. Eso está bien. Me ha gustado, Asun. Suerte y saludos.
ResponderEliminarMe alegro de haberte hecho pasar un rato agradable, Jesús. Desde luego la situación en ese centro comercial es surrealista, pero cualquier día puede hacerse realidad. Tal como está el mundo, pocas cosas me sorprenden ya.
EliminarUn beso.
Asun, reflejas a la perfección el ambiente del verano.
ResponderEliminarLo de la zona catastrófica, totalmente de acuerdo.
Suerte y besitos
Muchas gracias, Maria Jesús. El verano es catastrófico en muchas ciudades y hay que sobrevivir como se pueda.
EliminarUn beso.
Vaya, un grito de clamor ante un verano recalcitrante me parece tu relato. Bien logrado. Hasta calor me dió, deja voy por una limonada fría. Felicidades Asun.
ResponderEliminarGracias, Alejandro. Me alegro de haberte trasmitido el calor de estas siestas veraniegas.
EliminarUn saludo.
Echarle humor al asunto del cambio climático con un relato donde ironía y sarcasmo son las líneas maestras, nos ofrece una perspectiva mordaz y desternillante sobre la respuesta colectiva para paliar los efectos de semejante amenaza sobre la supervivencia. Vamos listos.
ResponderEliminarAsun redondo y, además, ajustado a la temporada veraniega. Un abrazo.
Cada uno busca la solución que esté más a su alcance, Manuel. Me alegro mucho de que te haya sacado una sonrisa.
EliminarUn abrazo.
Simpático relato pero que refleja, en cierta medida, una realidad de muchos países con calor extremo y recursos excasos; ¡cómo se agradece entrar en un lugar fresquito en estas fechas! Sobretodo a las horas centrales del día cuando el sol aprieta más.
ResponderEliminarParece que los colchones están colapsados a la hora de la siesta: la mejor manera de sobrellevar la digestión.
Me ha gustado mucho, Asun.
Un beso.
Me alegro de que te haya gustado. No hay que irse muy lejos, en Sevilla cuando yo era pequeña las casas normalmente no tenían aire acondicionado. Más de una vez nos fuimos la pandilla a pasar la tarde al Corte Inglés.
EliminarUn beso.
Asun, en tono humorístico tratas uno de los asuntos más serios al que nos enfrentamos en la actualidad los seres humanos, quizá el más serio junto al de una posible guerra nuclear. El novelista inglés Ian McEwan dice que es tan serio que tendríamos que pensar en él casi las veinticuatro horas del día. Pero unos por otros la casa sin barrer, y como suele sucedernos siempre, empezaremos a tomar medidas drásticas cuando los fenómenos atmosféricos nos asusten de verdad, y entonces ya será tarde para corregir muchas cosas.
ResponderEliminarLo que sí parece cierto es que cada vez va a ser más difícil vivir en ciertas zonas del planeta y que, debido a eso, muchos tendrán que buscarse otros lugares donde vivir, o sea, algo así como la pescadilla que se muerde la cola, o la tormenta perfecta, pues todo redundará en el empeoramiento de los problemas.
Todo esto puede sonar pesimista, pero dicen que un pesimista es un optimista bien informado, y no es que yo lo esté, ni sea una autoridad en nada, pero todo lo que he visto en documentales y he leído en periódicos, revistas y libros me induce a tener una visión bastante negra del futuro, aunque igual aparecen inventos nuevos que pueden hacer algo para paliar los destrozos que estamos haciendo, lo que veo difícil es que los humanos demos un giro de ciento ochenta grados a nuestras prioridades e ideas. ¿Quién, de los privilegiados, está dispuesto a renunciar a sus comodidades, o tan siquiera a reducirlas?
Sea como fuere, no hay que perder el humor ni la esperanza, en definitiva, tanto nuestra vida personal como la del planeta siempre penden de un hilo. Tampoco hay que renunciar a la siesta, a mi entender, el mejor yoga que se ha inventado, sobre todo si te pones en posición horizontal con algunos libros al alcance de la mano.
Enhorabuena por el tono irónico con el que has tratado el peliagudo tema y un abrazo.
Muchas gracias por tu magnífico comentario, Enrique. Pienso igual que tú, hay zonas de la tierra que acabarán despobladas debido a su clima inhóspito. Pero mantengo viva la esperanza de que el mundo superará esta etapa, afortunadamente tanto las especies como la propia tierra se va adaptando a los cambios.
EliminarLo de la siesta, lo comparto al cien por cien. Una actividad más imprescindible aún en estas fechas.
Un beso.
Asun, que quieres que te diga; micros como el tuyo, que hacen reír y pasar un rato agradable, no se olvidan. Has tenido buen acierto al escoger el tema de la ola de calor, tan de actualidad. Aunque hay quien se resiste a admitir que el cambio climático es una realidad, lo cierto es que no se puede negar que sus efectos están ahí. Y cada vez será peor. En esto ha quedado el planeta tierra; el hombre se ha encargado de destruirlo.
ResponderEliminarVolviendo al tono jocoso del texto, decirte que me ha gustado muchísimo. Un soplo de aire fresquito ( a pesar de los pesares, del calor que despide) nos llega a través de él. Muy simpático.
Besitos.
Qué alegría haber conseguido sacarte una sonrisa, y que te haya gustado.
EliminarNo perdamos la esperanza de que logremos paliar las consecuencias de este cambio climático, con aplicación de normativas que ayuden a revertir este desastre climático.
Un beso.
Jajajaja, me has hecho soltar una carcajada, Asun, pero al rato me he puesto muy seria porque el trasfondo de tu micro es para reflexionar. Me ha gustado mucho, amiga.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, Maria José. El asunto es muy serio, tienes razón, me alegro de que hayas captado el doble sentido de este micro: el del humor con la dura realidad.
EliminarUn abrazo.
Asun, muy divertido tu relato. Entiendo que en determinados lugares, donde el calor aprieta, se trate de una cuestión de supervivencia.
ResponderEliminarBuen micro.
Besos.
Totalmente cierto, Pilar, tenemos nuestras propias estrategias.
EliminarUn beso.
La situación que planteas, aunque de manera hiperbólica y con gran sentido del humor, no deja de ser una realidad que amenaza al planeta. Cuando se habla de ola de calor, se olvida -con frecuencia de manera deliberada- que estamos sufriendo un fenómeno que nosotros mismos hemos propiciado, el del cambio climático. Tu original expresión "asilo climático" puede convertirse en motivo de migraciones en muy pocos años.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el micro, Asun, porque el tema es muy grave pero lo has abordado con ironía y humor.
Enhorabuena. Felices vacaciones y un beso.
Muchas gracias por tu valoración y tu análisis, Carmen. El tema es muy muy grave, pero por desgracia muchos se lo toman a la ligera (incluyo a dirigentes de los países que más contribuyen a este cambio generado por la irracionalidad humana).
EliminarUn beso.
En el cine, las butacas son también muy cómodas. Las películas escandinavas son magníficas para dormir la siesta.
ResponderEliminarUn buen micro. Saludos, Asun
Películas de países nórdicos, documentales de la Antártida y series ambientadas en Invernalia son las más refrescantes para la hora de la siesta.
EliminarUn abrazo.
Felicidades, un tema como el cambio climático que parece que ya es algo repetitivo para la gran parte de la sociedad y casi obsoleto pero que esta cambiando nuestra vida, está tratado aquí con mucha originalidad.
ResponderEliminarMuchas gracias. Celebro que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Como dicen muchos compañeros, has sabido tratar un tema muy preocupante con mucho humor. Lo del "asilo climático" me parece una expresión muy ingeniosa y acertada. Saludos, Asun.
ResponderEliminarGracias, Juana. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAsun, hace calor... Hace calor... Yo estaba esperando a que cantes tu canción y habrás esa botella y brindemos con ella y... Leamos tu relato en el balcón.
ResponderEliminarUn abrazo querida Asun.
Qué buena canción has elegido como fondo musical para leer este micro, Raquel.
EliminarUn abrazo.
Una refrescante historia repleta de originalidad. Ante el calor, pongamos un corte inglés en cada pueblo de España y así, entre semanas fantásticas, pasaremos unos estivales días de oro.
ResponderEliminarMe ha parecido un relato muy divertido, Asun.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Antonio. Me alegro de haberte sacado una sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo refrescante.
Muy bueno tu micro, Asún. Introduces el tema en forma dramática, da la impresión de estar viendo un telediario y aunque lo de “asilo climático” suene extraño, tiene más de anticipación que de ficción. Claro que con lo que viene después se ve que te has propuesto hacernos reír. Y lo consigues plenamente.
ResponderEliminarEnhorabuena, Asún.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu amable comentario. Me alegro mucho de esa risa que te he provocado.
EliminarUn abrazo.
Buenísimo tu relato, Asun. Es el típico relato que pienso: ¿Por qué no se me ha ocurrido a mí?
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ocurrente y simpático relato. De esos que alegran el día, más estando en invierno, ja, ja,ja. Saludos.
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