Aunque
Quizá fuese con ánimo de superación o por envidia o acaso por aburrimiento, pero, en su terca decisión, se engalanó con un fastuoso traje de seda roja. Se observó ante el espejo y, recordando el refrán, comprobó por enésima vez que seguía siendo una primate. Vestida de seda, pero primate.
A lo mejor fue por rigor científico, en un intento de probar empíricamente la ley expresada en el dicho. Sea como fuere, el caso es que espero que no quedara frustrada por el resultado; seguro que quedó bastante mona, ;-).
ResponderEliminarGran narrativa al servicio de un divertimento que se lee con mucho gusto. Estupendo título también, Isidro.
Un abrazaco.
Tras ese enésimo intento de tan mona protagonista, quizás se encierra una frustración perenne por desear ser o aparentar ser lo que no se puede cambiar mediante superficiales e indoloras medidas. La superación personal implica duros y constantes esfuerzos que no pueden ser camuflados por unos trapos, un bisturí o una abultada cuenta corriente.
EliminarMuchísimas gracias, Quique, por tu comentario.
un abrazaco.
Me encanta, Isidro, que, partiendo de una frase hecha o un tópico hayas construido un buen microrrelato que va más allá de la simple anécdota. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que lo hayas visto así.
EliminarMil gracias, Mariajo.
Un abrazo y otro para Jesús.
¡Ole! por esa guasa que no se despega de ti ni con agua caliente, por suerte para todos nosotros.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con este relato, Isidro. No solo está empapado de un sentido del humor marca de la casa, sino que se sustenta sobre una ácida llamada de atención a nuestra posición en el árbol de la evolución: la rama de los simios.
Repito. ¡Ole!
Un abrazo.
Es importante recordar nuestros orígenes y nuestra historia. Para no repetirla, ya sabes. Además es un ejercicio de higiene mental.
EliminarMuchas gracias, tío grande.
Un fuerte abrazo.
jajaja, es que ya lo dicen...
ResponderEliminarDivertido pero con fondo.
Saludos.
Muy agradecido por leer y comentar, "Blackmoon"
EliminarSaludos.
En ocasiones por mucho que se quiera hay cosas que no pueden cambiar. Aunque siempre hay que seguir intentándolo.
ResponderEliminarBuen relato, Isidro.
Un abrazo.
Completamente de acuerdo, de ahí el comentario que le he hecho a Quique Mochón.
EliminarMil gracias por leer y comentar, sabiendo que estás de vacaciones en una isla maravillosa. Disfruta!
Dos abrazacos para tí y para Pilar.
Los dichos populares, además de encerrar una gran sabiduría, dan mucho de sí, y a este lo has sabido aprovechar brillantemente.
ResponderEliminarEnhorabuena. Isidro.
Saludos.
Completamente de acuerdo en cuanto que los refranes y proverbios encierran toda una filosofía ancestral nada desdeñable y con la grandeza añadida de ser popuplares y poder llegar a cualquier rincón.
EliminarGracias, Georges. Un abrazo.
Un tío de mi mujer decía que los americanos son capaces de hacer una película de cualquier cosa. Una vez oí a Umbral decir que lo importante no es la historia en sí, sino la forma de contarla. Tú cumples a la perfeccuón esas dos premisas y además, como bien ha dicho Antonio, añades un toque de humor personal sin el que yo no te imagino, pues forma parte de ti y es, sin duda, una gran virtud. Te escribo desde el móvi, que se me da peor y me gusta menos, pero no he podido por menos que hacerlo, lo primero porque eres tú, también porque este relato es una auténtica monería.
ResponderEliminarTe mando un abrazaco desde tierras nórdicas, autor de éxito.
Te agradezco mucho tus palabras pues, siempre me agradan y halagan, pero tienen más mérito por estar escritas desde el móvil y en unas preciosas vacaciones. Dale recuerdos a la sirenita y disfruta.
EliminarDos abrazacos, campeón.
Una divertidísima recreación del refrán, Isidro. Una monada de micro.
ResponderEliminarUn beso.
Como nos leyeran en el Planeta de los Simios, nos censuraban "Ipso facto"
EliminarMuchas gracias, amiga Carmen.
Un besazo.
Ja, ja, pues será una primate, pero tiene más sesera que algunas primeras damas... Ole por ella y por su autor, que me ha alegrado para todo el día.
ResponderEliminarBesotes, Isidro.
A veces cuesta distinguir entre primates, monas, simios, primeras damas... en fin, Hay que mirar de cerca e incluso levantar las sayas de seda.
EliminarMil gracias por leerme y comentar, Patricia.
Un gran abrazo, maña.
Isidro, si es que la sabiduría popular es aplastante. Lo has demostrado con sentido del humor y mucha imaginación. Igual, le ha faltado un poco de rubor y barra de labios... jajaja.
ResponderEliminarBesos.
Sabios son los refranes y proverbios. Son el subrayado del esquema del resumen del compendio de la filosofía. Casi nada, pero eficaces casi todos.
EliminarMuchas gracias Pilar. Disfruta de Menorca.
Besos.
Isidro vuelve con un soplo de aire fresco. El título, un acierto, y el tema, más que ocurrente.
ResponderEliminarY aprovecho para anunciar que tienes libro publicado así que anúncialo a bombo y platillo.
Un abrazo.
Pablo.
A este paso te nombro mi agente editorial, mi coach y mi guardaespaldas, porque amigo y compañero ya lo eres.
EliminarPide tus honorarios, que llegaremos a un acuerdo, seguro. Jejeje!
Un gran abrazo, Pablo.
Dejemósla disfrutar, al menos hasta que la realidad cruenta y animal le explote en las narices. Me ha gustado, Isidro. Saludos y suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias Jesús por tus, siempre, gentiles comentarios.
EliminarUn fuerte abrazo.
La he visto primate frente al espejo, vestida de seda jajajajajaja. Me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminarLa verdad es que disfrazarse, casi siempre, es divertido.
EliminarMuchas gracias Carmen.
Un abrazo.
¡Cuánta verdad la de los refranes! Por ejemplo, aunque Charlize Theron, que es muy mona, se vista de seda, seguirá siendo mona.
ResponderEliminarSaludos, David
Claro, este refrán es tanto para lo bueno como para lo malo.
Eliminarun fuerte abrazo, Plácido y gracias por comentar.
Una buena ocurrencia, has tenido con esta mona, Isidro. Muy divertida la historia.
ResponderEliminarBesito virtual
Muchas gracias, María Jesús, por tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo virtual.
...Y la mona siguió vistiéndose de seda.
ResponderEliminarMuy bueno
Besicos
..Y mona siguió siendo, aunque a veces... "muy mona ella", jajaja
EliminarGracias por leer y comentar.
Besicos.
Hay que reconocer que según quede la primate vestida, será objeto o no de veneración; hoy por hoy, la mona si es mona, mucho mejor. Pero tú has ido un paso más lejos, vestirla de rojo es provocación.
ResponderEliminarMuy buen partido le sacas al contenido del refrán, Isidro, y mucho humor. Sello de la casa. Un abrazo.
Muchas gracias, Manuel por comentar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Y aún cuando el relato tiene ese caractaerístico toque de humor tan tuyo, Isidro, también resulta, paradójicamente triste. Esa frustación eterna, ese no star a gusto con uno mismo, bien vale para la mona, pero también para cualquier humano que se enfrenta repetidamente a sus fracasos.
ResponderEliminarAbrazo.
Ahí le has dado, amigo Carles. Ese es el auténtico sentido del refrán, tal y como lo comento al amigo Quique Mochón.
EliminarMil gracias por leer y comentar.
un fuerte abrazo.
Estamos en una sociedad en la que muchas veces se valora más la estética que la ética, más el tener que el ser. Algunos programas y anuncios de la tele hacen mucho daño en ese sentido. Interesante tema, Isidro. Saludos.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo contigo.
EliminarMuchas gracias, Juana, por leer y comentar.
Saludos.
Isidro, eres único. Tus micros, variados, originales y frescos. Después de leerte siempre sale una sonrisa, seguida de una reflexión. Eso es lo que me gusta de tu forma de escribir, siempre transmites algo profundo, intenso y con una dosis de humor o ironía en su justa medida.
ResponderEliminar¡Ay, qué seria me he puesto! Pero tenía que decirlo. Ah... también quería decirte que leo a ratos tus relatos y me gustan mucho.
Un beso grande.
Malu.
Amigas como tú me suben el ánimo. Muchas gracias por tan grato comentario y me alegra muchísimo que mi relato te saque una sonrisa.
EliminarMil gracias por leerme y comentar.
Un besazo.
Ni un vestido de seda rojo oculta lo que somos. Los disfraces suelen estropearse y deteriorarse con el tiempo. Al final si o si, sale tu yo. Pero mientras la mona se vea bien...
ResponderEliminarMuy bueno Isidro. Besotes.
Eres único construyendo micros de humor e ironía, Isidro. Yo me quito el sombrero, de verdad. Un beso, artista.
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