Basura
Lo depositó sobre la toquilla con sumo cuidado, pero el bebé escogió aquel instante para abrir los ojos. Su madre le habló cariñosamente en susurros hasta que, confortado por la voz familiar, volvió a quedarse dormido. Ella bajó entonces la tapa del contenedor y se alejó presurosa en la noche.
Un relato de una cruda rudeza, que nos acerca a la realidad. la pobreza a veces lleva a cometer actos contranatura. El primer deber es proteger a nuestros hijos, pero la vida a veces desbarata lo que debiera ser sagrado. Me ha impresionado mucho amigo Manuel. Abrazos.
ResponderEliminarLa pobreza, el miedo, la desesperación...No se debe juzgar nunca, pero que difícil resulta entenderlo. Muchas gracias, un abrazo.
EliminarCariño y ternura, que termina con un hachazo brutal, que deja una quemazón en la garganta, que se vuelve incendio al leer el título. Eso solo sucede con los buenos relatos, eso solo ocurre cuando lo escribe alguien que domina el género.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Manuel
El título es interpretable, amigo, pero creo que tú, como buen lector, sabes a que basura me refiero. Muchas gracias por tu generosidad siempre Ángel. fuerte abrazo!.
EliminarDuro golpe en el estómago debido a una historia cruel, con toques de ternura, aunque parezca increíble, y todo ello gracias a ala gran maestría de la pluma del que firma este pedazo de relato.
ResponderEliminarAplausos y reverencias.
Un abrazo, brother.
Pablo.
Hermano, el día que no me apetezca escribir lo haré solo para leer tus comentarios. Tu sí que eres un maestro y yo, como dice una buena amiga común, siempre aprendiz. Fuerte abrazo!
EliminarJopé, primero te sacude su lectura y luego casi es peor, cuando te das cuenta de que eso sigue sucediendo. Sin ir más lejos, hace una semana y pico en Ourense, encontrándolo aún con vida un indigente que revolvía en la Basura. Habría que ponerse en el lugar de la madre (cosa realmente difícil), pero no hay dónde entregar al niño cuando no te puedes hacer cargo, sea por la causa que sea, y no te pidan explicaciones. Seguramente haya infinidad de personas deseando cuidar a ese bebé. Suerte, manuel. Un abrazo.
ResponderEliminarExactamente Jesús, lo terrible de este relato es que es real, no son monstruos que se desvanecen al encender la luz, son realidades desgraciadamente casi habituales. Un abrazo.
EliminarNunca entenderé por qué hay personas, madres o padres que deciden hacer eso... siempre hay otras opciones mejores, como dejarlo en un hospital o una casa de acogida. Supongo que tendrán sus motivos, pero me cuesta entenderlo.
ResponderEliminarTema duro donde los haya contado con la seriedad que corresponde y guardando la sorpresa que nos golpea justo al final. Como siempre, impecable en fondo y forma, Manuel.
Un beso, enhorabuena.
Malu.
Amiga, como dije antes, sin querer juzgar, cualquier solución es mejor que el asesinato de la criatura mas indefensa e inocente que hay y que además resulta que es tu hijo. Tema muy duro por ser muy real y casi cotidiano, desgraciadamente. ¡Muchísimas gracias por tu generosidad, un besote grande!
EliminarManuel, excelente micro.
EliminarLa trágica y desgarradora contradicción de una madre. Se ve en el trance de una suerte de espantoso segundo parto de la misma criatura, esta vez mirando no a la vida sino a la basura de la muerte.
Un saludo!
Me gusta esa imagen de segundo parto. Muchas gracias. ¡Un saludo!
EliminarMe sobrecoge el micro por la grandeza de su sencillez. Cómo en una historia tan breve, el amor maternal y su actitud contrapuesta, el abandono, tienen lugar en un aparte del submundo, en la basura. Ahí, hasta el amor se vuelve vil. Saludos, Manuel.
ResponderEliminarMuchísimas gracias tocayo. Quizás es que nunca hubo amor, no lo sé, como digo es un tema que no soy capaz de entender, aunque me resulta muy doloroso por antinatural. Un saludo.
EliminarTremenda historia con la que nos golpeas al final, Manuel. Nada nos conmueve más que la vulnerabilidad de un recién nacido. Por desgracia, estos hechos suceden. No sabemos qué lleva a una madre -o a un padre- a tamaña crueldad.
ResponderEliminarExcelente micro, Manuel. Un fuerte abrazo.
Tremenda historia que cada cierto tiempo nos golpea en los periódicos y, como muy bien dices, duele más porque atañe a quien más deberíamos proteger. Un fuerte abrazo amiga.
EliminarTremendo... dolorosamente desgarrador. Es tannn inhumano hacer algo así.
ResponderEliminarYo lo siento, pero me permito juzgar ya que el niño no puede hacerlo.. No hay desesperación que justifique semejante brutalidad.
Fíjate... cuando dices que el niño vuelve a dormirse, al sentir la voz calida y familiar... esa con la que se siente "seguro",,, Aún me ha indignado más. ¿Cómo se puede abandonar de esta forma a un ser indefenso, que siente que tú eres su mayor protección?
Ese desprecio a que viva o muera. Ese tratarlo como si fuera basura... sin ningún derecho a la vida.
Excelente micro... y tristīsima realidad la que esconde.
Supongo que cuando lo escribo yo también estoy juzgando, aunque no quiera hacerlo. Tengo que reconocer que si el relato indigna y duele he conseguido transmitir lo que sentía al escribirlo. Muchísimas gracias y un saludo.
EliminarManuel, un relato que duele.
ResponderEliminarContrapones de forma genial esas frases de cariño de la madre para calmar a la criatura y luego escuchamos perfectamente como se cierra esa tapa del contenedor, que nos golpea.
Me ha gustado, enhorabuena Manuel.
Un abrazo.
Gracias amigo, sin duda el objetivo era que doliera, imposible abordar este tema de otra manera. Fuerte abrazo.
EliminarRealmente aterrador... Hay que tener mucha sangre fría.
ResponderEliminarun saludo.
Pero el caso es que ocurre. Gracias por comentar. Un saludo.
EliminarUna denuncia, convertida en un "50", para reflexionar y abominar de los sentimientos más bajos.
ResponderEliminarCerteramente expuesto, Manuel.
Suerte y un saludo
Jope!! Que sangre tan fría!!
ResponderEliminarMe da mucha rabia que ocurran estas cosas. Esas "mujeres" o lo que sean, saben perfectamente que en la puerta de cualquiera ese niño es bien recibido. ¿Que necesidad hay de no dejarle vivir?
Muy bueno, Manuel. Y muy crudo.
Es conmovedor. He empezado a leer y he intuido el drama. He acabado de leerlo y he descubierto un buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo delos dos.
Manuel, un relato desgarrador lleno de realidad, por desgracia.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos apretados.
Tremendo drama nos presentas, Manuel. Una escena que parece amor maternal hasta que nos horroriza con ese sonido de la tapa del contenedor al cerrarse y esos pasos alejándose para siempre.
ResponderEliminarUn beso y enhorabuena por sacudir nuestras entrañas una vez más.