Emprendedores
La enemistad entre ambos pueblos tenía tanta antigüedad como su propia historia. Por eso resultó tan sorprendente que los vecinos de Villaldea de Abajo hicieran una colecta para regalar unos espléndidos aseos públicos a Villaldea de Arriba. Solo después de inaugurado, pusieron en marcha el criadero de cangrejos de río.
Como siempre, ingenioso, original y dando lecciones de cómo escribir un micro de altura. Solo al alcance de maestros como tú.
ResponderEliminar¡Bravo!
Un abrazo.
Pablo.
Como siempre exagerado y generoso. ¡Ni que fueras andaluz! Se agradece en cualquier caso.
EliminarAbrazos, Pablo.
Mi abuela y mi madre decían que "quien regala, bien vende"; también (aún no estaba el euro) aquello de "nadie da duros a pesetas". Los villaldeanos de abajo han matado varios pájaros de un solo disparo (seguimos con los refranes), pues sus vecinos ahora están en deuda con ellos, han eliminado las hostilidades y se van a hacer de oro con el negocio de los crustáceos. Unos emprendedores hábiles y astutos, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafa
Una estratagema para hacer viable el negocio.
EliminarGracias, Ángel, siempre tan certero en tus análisis.
Abrazos.
Vaya, va de refranes!! "Nadie da duros a peseta"
ResponderEliminarPuro marketing, tu micro. Muy bueno, Rafa. Besotes
Gracias, Olga.
EliminarUn beso.
Ingenioso, divertido y bien escrito. ¿Qué más se le puede pedir a un relato? Sólo que interceda ante el autor para que nos regale otro el mes que viene.
ResponderEliminarFelicidades, Rafa.
Un abrazo
¡Hecho!
EliminarGracias, Antonio.
Abrazos.
Me ha hecho gracia tu relato, Rafa. Lo encuentro incisivo y divertido
ResponderEliminarUn saludo
Eso es todo un premio.
EliminarGracias, María Jesús.
Un beso.
Sin duda, esa palabra tan de moda con la que has titulado tu microcuento tiene su lado oscuro, algo que llevaría su tiempo analizar y discutir, y creo que tu irónica historia ya apunta en ese sentido.
ResponderEliminarPor un lado, está esa enemistad tan normal entre pueblos vecinos, regiones vecinas, naciones vecinas y hasta vecinos, y ahora, con el mundo globalizado, la enemistad ya puede ser hasta con los de las antípodas.
Pues basta con que nos pongan a unos al lado de los otros para que, a la más mínima, estemos a la greña y hasta a la melena entera; lo malo va a ser que en una de esas trifulcas nos llevamos medio planeta o el planeta entero por delante, léase Donald Trump y Kim Jong-un. No sé si surgirá alguien por ahí con alguna argucia parecida a los de Villaldea de Abajo, habrá que ofrendar a los dioses para que así sea. Pues en tan disparatado mundo, a veces, sólo nos queda el humor, ese que tales cenutrios son incapaces de entender.
Mi enhorabuena por tu fina ironía y otras virtudes de escritura, Rafa, un abrazo.
Gracias, Enrique, siempre tan generoso, exhaustivo y preciso en tus comentarios. Yo creo que sigo concursando por leer lo que cada mes me dedicas.
EliminarAbrazo fuerte, amigo.
Imagino a los de Villaldea de Arriba llorando, de emoción al principio...
ResponderEliminarMuy divertido, Rafa.
Un abrazo.
No sé si cuando supieran del criadero volverían a su antiguos hábitos de hacerlo en el río.
EliminarGracias, Enrique.
Un abrazo.
Divertidísimo, Rafa, muy de tu estilo. Me ha encantado, maestro. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Asun. Me alegra que te haya divertido.
EliminarBesos.
Original, fresco, divertido... solo puede llevar tu sello, señor Olivares.
ResponderEliminarUn beso. Genial, Rafa.
Malu.
Demasiados adjetivos para algo tan doméstico.
EliminarGracias, Malu
Besos.
Las eternas rencillas entre vecinos contadas con humor, desenfado y buenas letras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Rafa.
He pretendido un ambiente berlanguiano.
EliminarBesos, Carmen.