La llamada
Fue inevitable, como también añorarte toda la vida. Sonó el teléfono a las tres de la madrugada e intuí que no era una equivocación; algo grave había ocurrido.
Al escuchar al interlocutor experimenté un déjà vu: tras la colisión quedabas atrapado en el asiento del copiloto, fallecido en el acto.
Al escuchar al interlocutor experimenté un déjà vu: tras la colisión quedabas atrapado en el asiento del copiloto, fallecido en el acto.
Me atrae e intriga el aire misterioso y fantasmal que transmite tu relato por medio de esa llamada, María José. Suerte y saludos.
ResponderEliminarAnte situaciones tan trágicas como la que relatas, la huella emocional es devastadora, tal como indicas con la primera frase del relato. La intuición parece anticipar el contenido de esa llamada y su receptor recibe el impacto en carne propia con ese dèjà vu que eriza la piel.
ResponderEliminarMª José, un desgarrador micro que nos muestra dimensiones y recovecos emocionales más allá del frío marco racional de los hechos. Saludos y felicitaciones por este relato tan vibrante.
Sentir esa sensación de que algo no va bien y luego ratificarlo. Uf!...
ResponderEliminarUn emotivo micro.
Saludos.
Hay llamadas que nos cambian la vida. Ojalá no recibamos nunca una como la de tu protagonista.
ResponderEliminarMalu.
Muchas gracias a todos. Hasta hoy no he leído vuestros comentarios. Seguiré escribiendo para seguir aprendiendo. Saludos. María José
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