La miel del opositor
A un examen de tipo test
dos mil aspirantes concurrieron
que por ingenuos suspendieron
la plaza del hijo del juez.
Parece ser que, a pesar de lo establecido,
no acudieron en igualdad de condiciones;
muchos con meses de estudio e ilusiones
y un tipo con las respuestas en el bolsillo.
dos mil aspirantes concurrieron
que por ingenuos suspendieron
la plaza del hijo del juez.
Parece ser que, a pesar de lo establecido,
no acudieron en igualdad de condiciones;
muchos con meses de estudio e ilusiones
y un tipo con las respuestas en el bolsillo.
Antonio, eres genial. Has iniciado en Cincuenta el bonito género de la denuncia poética. Me encanta cómo innovas, te arriesgas y nos dejas siempre con la boca abierta.
ResponderEliminarAplausos y abrazos.
Calla, calla, que me sonrojo y me 'autoempalago'. Qué bonito nombre ese de denuncia poética. Si lo llego a saber vengo preparado con mi tijera de inaugurar géneros.
EliminarGracias por tus maravillosas palabras, Patricia.
Una reverencia y un fuerte abrazo.
Menuda fábula adaptada a los últimos( y no tan últimos, me da) tiempos te has marcado, Antonio. Nos haces disfrutar con el ingenio y la sonoridad poético-realista del texto y nos das motivos para reflexionar y acabar cabreándonos con todo lo que se mueve. Enhorabuena. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarGracias Jesús. La verdad es que este texto ha visto la luz gracias a la ayuda del gran Carles Quílez, que me ayudó a vencer las naturales reticencias de Álex para publicarlo porque andaba sobre los límites de las normas de la página.
EliminarY no te cabrees demasiado, sino, en este país, no ganaremos para adrenalina.
Mil gracias y un abrazo.
¿Es un cincuenta o una noticia sacada del periódico?. ¡Me encanta, humor ácido, poesía y realidad unidas, enhorabuena!
ResponderEliminarPues quizá sea un poco de todo.
EliminarCuanto me alegro de que te haya gustado, Manuel. Gracias por decírmelo.
Un abrazo.
Por si no fuera suficiente con el reto que supone contar una historia en cincuenta palabras, te autoimpones los condicionantes de la métrica y la rima, logrando una propuesta excepcional.
ResponderEliminarLa que cuentas esta vez muestra una situación tan indignante como arraigada en la sociedad desde tiempos inmemoriales. Solo hay que hacer una lista de las “estirpes” de abogados, arquitectos, médicos… establecidas de manera continua en el estrato más alto y que procuran a toda costa “conservar” su privilegio en perjuicio de los hijos del panadero, del fontanero, del barrendero…, por muchas ilusiones y horas de estudio que lleven encima, y por muchos y evidentes sacrificios que hayan hecho sus padres.
Con todo, creo que has hecho un Cincuenta para coleccionistas, tanto por su originalidad como por su enorme calidad.
Enhorabuena y un fuerte abrazo, Antonio.
Aunque con la métrica lo intenté, desistí. Pero tienes toda la razón, Enrique, a veces me meto en cada 'fregao' que luego me digo: 'pero qué necesidad...' Aunque, la verdad, disfruto más que un gorrino en un charco.
EliminarGracias por todo lo bueno que me dices. Para mí eres un referente, no me cansaré de repetirlo, y es un orgullo que me regales esas palabras.
Un fuerte abrazo.
Como dice Enrique, ES PARA GUARDAR!!!! Cuántas cosas positivas se pueen decir de esas dos estrofas, ocho versos, CINCUENTA PALABRAS.
ResponderEliminarEn realidad me has dejado un momento sorpendido. Qué manera de decir cosas importantes y que nos golpean sin parar. Saludos.
Gracias Omar por dejarme tan motivadoras palabras. Es una gran satisfacción saber que le has dado tan buena acogida a mi relato.
EliminarUn abrazo.
Antonio, genial relato, como ya te han comentado has unido a la historia que narras, la rima, presentado el relato como recitándolo, has logrado una gran composición, enhorabuena.
ResponderEliminarLuego viene lo que cuentas, una realidad que hoy en día en ocasiones sigue ocurriendo, pero que en tiempos pretéritos era el pan nuestro de muchas oposiciones.
Muy buen relato, Antonio, me ha gustado.
Un abrazo enorme.
Este es un relato en el que exploro mis límites y lo hago pensando que va a ser publicado en un foro, éste, donde escribe gente de mucho nivel. Por tanto, ser reconocido por personas de tu talento para mí es muy satisfactorio.
EliminarMil gracias por tus palabras, Javier.
Un fuerte abrazo.
Antonio,
ResponderEliminarme has hecho sentirme una mosca.
Yo que me consideraba un moscón...
Muy bueno!
Un abrazo
Pues para eso tejí el relato, para poderte atrapar en su red...
EliminarEn serio, gracias por tus palabras, Carmelo.
Un abrazo.
Ay, Antonio, ¡cómo sorprendes cada mes, ladrón! El temita de las oposiciones se las trae... has usado muy bien este poema-parodia para un tema tan "escabroso".
ResponderEliminarSuerte y un abrazo.
Cierto lo que dices, el temita se las trae.
Eliminar¡Cómo me gusta sorprenderte, María José! Ojalá pueda seguir haciéndolo por los mes de los mese, amén.
Un fuerte abrazo.
Parafraseando la conocida fábula de Samaniego, nos traes una situación que, supongo, la mayoría hemos vivido, y lo que es peor, en tiempos democráticos y con gobiernos de un partido que tenía un lema que decía algo de no sé cuántos años de honradez, me parece que era un siglo.
ResponderEliminarUno de los casos más chuscos que conozco al respecto, por haberse dado en donde trabajaba, es el de un individuo –en este caso no era hijo de un juez, sino sobrino de un obispo-, al que le dieron todas las respuestas del test.
Pues bien, el menda en cuestión, uno de los jetas más impresionantes que he conocido –y he conocido a muchos-, ni se preocupó en aprenderse las respuestas, sino que se llevó al examen una chuleta con las mismas. Una sindicalista le pilló y compraron su silencio con un ascenso, así la cacicada fue doble.
Y es que pesan más los ‘genes’ históricos de esta piel de toro que todas las ideologías, y, al final, uno ha de remitirse a aquello tan trillado del Evangelio: por sus obras les conoceréis. Y vaya si les va uno conociendo a todos a pesar de las banderas, siglas y etiquetas tras las que se esconden.
Así que, tras las risas que me he echado después de leer tu original microcuento en verso -que me ha traído a la memoria el caso sobre el que he escrito y algún otro, pues hubo una época en la que nuestro país era una orgía de trincar en la que el lema parecía ser: tonto el último-, sólo me queda aplaudirte y felicitarte.
Un abrazo, Antonio.
Bueno, Bueno. Lo de los sindicatos da para otro poema, pero uno bien grande, mínimo un soneto.
EliminarLa verdad es que es un gusto leerte, Enrique. Tienes historias para todos los bolsillos.
Un placer, como siempre, y gracias por dejarme tan entretenido comentarios.
Un abrazo.
Antonio, de nuevo nos sorprendes con tu 50palabras. Demuestras que cualquier tema puede ser tratado por la poesía. Me has recordado a los juglares, que recitaban al pueblo las historias en verso.
ResponderEliminarEl tema sigue totalmente vigente.
Excelente, amigo.
Besos apretados.
Cierto que todo cabe en la poesía, para mí es la madre de los géneros literarios.
EliminarMe ha gustado esa mención a los juglares. Sería bueno que volvieran a surgir, pero no para cantarle al pueblo, sino a ciertos individuos de la clase política. A ver si con poesía se les cuela algo de honradez.
Muchas gracias por dejarme tus impresiones, Pilar.
Un fuerte abrazo.
Un relato rimado, un conjunto muy cuidado que te ha quedado redondo. Una muestra de originalidad, al menos, yo no recuerdo que haya habido otro valiente antes que tú que se haya lanzado con una propuesta tan distinta y tan bien hecha. Es de agradecer el esfuerzo que pones en crear nuevas historias, con un lenguaje preciso y bello, con una estructura que siempre sorprende. Gracias una vez más por ese buen sabor que siempre dejas.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Antonio
Soy yo el que os tiene mucho que agradecer, Ángel. Como en momentos como éste, en el que un gran escritor como tú valora de esta manera lo que uno hace y alienta a seguir mejorando y poder estar a la altura de esta talentosa familia de escritores.
EliminarGracias a ti. Siempre.
Un fuerte abrazo y te deseo un buen e inolvidable viaje.
Nada que añadir al resto de comentarios. Simplemente genial.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Maria, te agradezco mucho que me hayas dejado tus impresiones.
EliminarUn abrazo.
Innovadora y brillante forma de presentar un tema que yo diría que debe ser tan viejo como las oposiciones.
ResponderEliminarEnhorabuena, Antonio.
Un abrazo.
Gracias Georges.
EliminarCierto, somos tramposos por naturaleza.
Te agradezco el comentario.
Un abrazo.
Amanece septiembre con tu originalísima propuesta narrativa. Denuncias una práctica social de corrupción muy extendida en nuestro país, heredada de siglos. Lo que más me ha gustado es la adaptación de la fábula de Samaniego en verso. Inauguras, que yo pueda recordar, en esta página un nuevo formato de escritura, el del verso -con métrica y rima-. Sé que era uno de tus sueños. Te felicito por ello y porque es un auténtico placer leerte, Antonio.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, es cierto. Siempre me ha gustado la agudeza de las fábulas de Samaniego y me apetecía mucho contar una historia al tiempo que le rendía un homenaje. Ahora, a por más sueños.
EliminarGracias por tu cariñoso comentario. Te aseguro que el placer es mutuo.
Un besazo.
Mi querido Antonio, escribes todo lo que te propongas y además muy bien. Tu relato me ha recordado la letra de un pasodoble que escribí, cuando estudiaba en la facultad, a la hija de un profesor de la misma que sacaba notables y sobresalientes sin apenas estudiar. Se lo cantamos, mis amigos le dijeron quién se lo escribió, y yo tuve que pedir un cambio de profesor. Ya ha llovido, pero el tema es más que actual.
ResponderEliminarQuería comentarte, ya que tengo la oportunidad, que tu relato sobre la relatividad del mes anterior, como el otro que también hablaba de otra relatividad del amigo Mochón, son de los que no se me olvidarán nunca. Me han recordado, en otro caso, a la gran película "Ciudadano Kane", que sin haber ganado el Óscar, nadie olvida y se ha considerado durante muchos años como la mejor de la historia. Pues eso, para mí, respetando los grandes relatos que pueblan esta página, vuestras relatividades, además de coincidir en el mismo mes, creo que son los dos relatos más brillantes del año, así que aprovecho para, desde aquí, darte la enhorabuena. A Mochón se lo diré cuando llegue su próximo Micromochón.
Un abrazo.
Pablo.
Pablo, un día me tienes que cantar ese pasodoble, debe ser digno de oir.
Eliminar¿Y qué decirte sobre tus elogios hacia mi esquelética amazona? Mi máxima aspiración cuando escribo es ser leído, pero si además te dicen que algunas de tus historias serán recordadas, es algo que me sobrepasa. Sólo puedo decirte que te agradezco tus palabras como no te imaginas y que suscribo las que empleas respecto al gran relato de Enrique.
Un fuerte abrazo, querido artista.
Antonio del alma,
ResponderEliminarAntonio de mi corazón,
los enchufes dan corriente
y también la ocupación.
Genial, sencillamente. El pan nuestro de cada día. Algo que nació con la humanidad y morirá con la humanidad. Pero contado así te lleva a sortear una carcajada de las gordas. Un 10 no te doy, sino un 20 (como mínimo).
Besitos de resto de verano.
A "soltar". Perdón.
EliminarOle, esa poetisa.
EliminarPues cuánto me alegro que te haya gustado, María José. Y sí, somos un país de corriente continua, siempre lista para alojar enchufes.
Gracias por ese diez que me sabe a Gloria.
Te mando otro beso de temporada.
Antonio, de hermosos epítetos traía un cesto lleno, pero los fui echando por el camino para luego recordar el regreso y resulta que mis compañeros de comentario los fueron cogiendo y los han puesto en los suyos. Así que si no te importa, leyendo el comentario de los demás te harás idea de lo que me ha parecido el tuyo.
ResponderEliminarTe leeré solo el último de los halagos que traía en el cesto, que como aún no lo solté, creo que nadie lo ha dicho, y es que tu relato es pura miel para el lector. Así de sencillo. Que lo hermoso, si es simple, a veces, sabe mejor.
Ahora, desandaré el camino, recorriendo los comentarios anteriores, para no perderme, y llegar de nuevo a tu contar rimado, amigo juglar, y disfrutadlo una vez más antes de irme a dormir. Porque, aunque de este cuento, me sabía el final, me han quedado ganas de más.Y es que creo, me gusta mucho la miel de tus letras con esas gotas de ácido limón que les pones.
Un abrazo grande, Antonio.
Manuel, el cesto de tus comentarios siempre viene repleto de una expresividad que ya me gustaría a mí. Aprecio mucho tus comentarios. Atesoras una dialéctica poco habitual que acierta a colocar en su lugar lo que quieres decir y de una forma realmente espléndida. He visto tus acuarelas y si alguien no lo ha hecho aún, se lo aconsejo. Disfruto mucho contemplándolas, son muy buenas. Igual que lo que escribes, sea donde quieras hacerlo.
EliminarTener a un artista de tu talla por aquí es una verdadera suerte.
Y muchas gracias por dejarme, una vez más, este pedazo de comentario.
Un fuerte abrazo, compañero.
Muy ingeniosa sátira. Enhorabuena, Antonio. Saludos
ResponderEliminarTe lo agradezco, Plácido. Mil gracias por dejarme tu comentario
EliminarUn saludo
¡Qué bárbaro, Antonio!, domador de palabras y paladín de los opositores deseherados y sin padrino.
ResponderEliminarAbrazo
Pues, por si aún no lo sabe, este relato va por 'usté', señor Carles.
EliminarNo sé si lo recuerdas, pero ahora hace casi un año que me ayudaste a vencer la lógica reticencia del gran capitán a admitir textos en verso con la condición de que contaran una historia. Así que, voilà, y gracias por dejarme esos elogios.
Lo de domador; ahí andamos. Pero lo de paladín, como mucho 'a la taza' y espeso.
Un abrazo.
Te atreves con todo, Antonio, y lo mejor de todo es que lo bordas.
ResponderEliminarRelato denuncia bien rimado.
Toda mi admiración, maestro.
Un beso grande.
Malu.
Por atreverme que no quede. Si me estrello, sin problemas; será por muros.
EliminarGracias, querida Malu, por tu cariñoso comentario, de un recíproco admirador.
Un besazo.
Has escogido una forma pegadiza, para pegar fuerte. Cada vez que se lee, más ganas de gritar produce por la verdad de su contenido.
ResponderEliminarMuy bueno, Antonio.
Suerte y un besito virtual.
A veces, un par de bofetones de realidad a conciencias adormiladas vienen muy bien. Hay cosas que no se pueden decir más claras, y mejor que más alto, en verso.
EliminarGracias por tu comentario, María Jesús.
Un abrazo.
Una magnifica fábula en prosa poética.
ResponderEliminarMe encanta, Antonio
Mucha suerte
Besicos
Encantado de encantarte, encantadora Carmen.
EliminarMil gracias por tu comentario.
Un beso.
Muy ingeniosa, Antonio, tu denuncia en rima
ResponderEliminarde una práctica injusta que da mucha grima.
Lo has tratado con mucho humor, aunque sea un tema muy serio y vergonzante. Muy logrado. Un abrazo.
Grima, repelús y rabia, mucha rabia.
EliminarMe alegro de que te haya gustado, Juana.
Un fuerte abrazo.